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Tiburón oceánico (Carcharhinus longimanus) Animales en peligro

Tiburón oceánico (Carcharhinus longimanus)
México
Filo Chordata
Clase Chondrichthyes
Orden Carcharhiniformes
Familia Carcharhinidae
Status UICN ver 3.1 Vulnerable
Status CITES Sin determinar

U.I.CN. - Vulnerable

Nombre científico: Carcharhinus longimanus (Poey, 1861)

Otros nombres vulgares: Tiburón oceánico de puntas blancas, Lamia o Jaquetón de ley.

Descripción general y características

Es un tiburón de cuerpo más bien aplastado y robusto, lo que le da un cierto aspecto jorobado. Se diferencia por sus características aletas largas, redondeadas y de punta blanca, que los hacen inconfundibles.

Los juveniles y algunos adultos pueden carecer de la característica de que las aletas tengan las puntas blancas. Las aletas pueden ser moteadas y en los juveniles pueden tener marcas negras.

Su dorso puede ser de color bronce, café, azulado o gris, variando según la región. Ventralmente son blancos o amarillentos. Se puede divisar una marca en forma de silla de montar entre la primera y segunda aleta dorsal.

Las aletas son significativamente más largas que en las otras especies de tiburón. Su hocico es corto y redondeado y sus ojos circulares con membranas nictitantes (membranas transparentes para que el ojo no resulte dañado pero que le permite ver; en ocasiones se le llama tercer párpado).

El tiburón tiene dientes que difieren entre las mandíbulas. Los de la mandíbula inferior pueden tener una punta fina aserrada y son relativamente pequeños y triangulares (algunos parecen colmillo). Los dientes en la mandíbula superior son triangulares, pero más largos y anchos, siendo completamente serrados. Los dentículos son aplanadamente falsos y tiene entre 5-7 crestas.

Pueden llegar a medir hasta 4 metros, aunque normalmente miden alrededor de 3 metros. Con respecto a su peso, pueden llegar a pesar hasta 170 kg, siendo la hembra más grande que el macho.

El ejemplar más longevo conocido tenía 22 años.

Comportamiento

Ya que son tiburones no muy estudiados, la estructura y la dinámica de la población de esta especie son desconocidas.

Es un pez de movimientos lentos que no dejan en ningún momento de nadar, pero que puede llegar a ser muy agresivo cuando está capturando presas.

A pesar de su aislamiento de las otras especies, se le puede ver acompañado de un pez piloto (Naucrates ductor), de un pez delfín o de una rémora (familia Echeneidae). En 1988, Jeremy Stafford-Deitsch avistó a un ejemplar acompañado de un calderón tropical o ballena piloto de aleta corta (Globicephala macrorhynchus).

Estos tiburones son predadores oportunistas altamente competitivos y que se desplazan grandes distancias para buscar comida. Su alimentación consiste principalmente en cefalópodos y peces óseos (lanzones, pez remo, barracuda, jureles, lampugas, marlines, atúnes, y caballas, pez espada), aunque pueden incluir en su dieta otras presas como barbos, manta rayas, tortugas marinas, aves marinas, gasterópodos, crustáceos, carroña de mamíferos, y hasta basura arrojadas desde los barcos.

Según de lo que se vaya a alimentar puede comportarse más o menos agresivo. En el caso de un cardumen de atunes se le ha visto nadar con la boca abierta, pero con otras presas actúa más agresivamente, por ejemplo, metiéndose entre los peces y mordiendo. Además se les puede ver compitiendo por la comida con los tiburones sedosos (Carcharhinus falciformis).

Cuando los tiburones se alimentan puede tener lugar el “frenesí alimentario”; esta es la situación en la cual los tiburones estimulados por la presencia de sangre y alimento, se muestran extremadamente violentos. Es tal la agresividad que un tiburón estimulado, puede llegar a atacar y matar a un tiburón de su misma especie.”

La época de apareamiento se produce a principios del verano en todo el noroeste del Océano Atlántico y en el sudoeste del Océano Índico. En la zona de Nueva Gales del Sur los apareamientos son entre enero y marzo. En cambio han sido capturadas hembras en el Pacífico con embriones en su útero en otras épocas del año, sugiriendo una época de apareamiento más larga o durante todo el año en esta zona de la Tierra.

Hay tiburones vivíparos, ovovivíparos y ovíparos. En este caso son vivíparos al igual que las personas. Sin embargo su período de gestación es de 1 año, tras lo cual nacen entre 1 y 15 recién nacidos con una longitud de entre 60 y 65 cm.

La ubicación de los viveros no se conoce bien, pero se han encontrado jóvenes tiburones oceánicos a lo largo de la costa del sudeste de EE.UU., lo que sugiere la presencia de los mismos sobre la plataforma continental.

La madurez sexual se obtiene cuando los machos tienen 1,75 m de longitud y las hembras 2 m. (A los 4 ó 5 años de edad).

El importante oceanógrafo Jacques Cousteau describió a este tiburón como “el más peligroso de todos los tiburones”. De hecho, este tiburón está considerado como el responsable de la mayor parte de las fatalidades humanas en alta mar entre todas las otras especies, como resultado de la predación de naufragios en mar abierto o de aviones caídos al Océano.

Hábitat y distribución geográfica

Es un tiburón pelágico de los mares tropicales y subtropicales.

Un pez pelágico es el que vive en mar abierto (o lagos muy grandes) en las capas superficiales o entre aguas, evitando o limitando al máximo su contacto con la costa y el fondo.

En este caso en concreto este tiburón pasa la mayor parte de su tiempo en la capa superior del océano (entre los 0 y 50 m) de aguas abiertas y profundas. Si embargo, ocasionalmente se encuentran en aguas poco profundas, hasta los 37 m, principalmente alrededor de islas mesooceánicas como Hawai, o en las áreas en las que la placa continental es delgada y hay acceso a aguas profundas cerca.

Se les encuentra entre los 30° N y los 35° S (según datos de la UICN) en aguas con temperatura superior a 18°C, prefiriendo aguas entre 20 y 28 °C. Sin embargo, en 2004, un oceánico de punta blanca fue encontrado muerto al Oeste de la costa de Suecia, bastante más al norte de donde se considera su límite norte.

Su distribución parece depender del tamaño y el sexo. Algunas muestras son que parece ser que se capturan individuos más grandes en zonas más profundas. Además la captura de tiburones oceánicos de manera incidental demuestra que esta especie aumenta en abundancia conforme nos alejamos de la costa, no congregándose en torno a masas de tierra como en el caso de los tiburones sedosos.

Causas de disminución

Pese a que los problemas están derivados de la pesca incidental o no, las capturas, especialmente en las aguas internacionales, no están suficientemente controladas, lo que empeora la situación. Y es que el tiburón oceánico, a pesar de estar expuesto a la misma presión de pesca que otras especies pelágicas, no tiene estudios con datos suficientes sobre su disminución, por lo que es necesario realizar mayores esfuerzos para mejorar su evaluación global. De hecho, ya se están realizando esfuerzos para mejorar los datos de algunas regiones y asegurar la conservación y la gestión, que sin duda requiere de acuerdos internacionales. Algunos de los problemas son:

1) Esta es una especie muy importante comercialmente ya que sus aletas son usadas para la sopa de aleta de tiburón y su grasa es usada para obtener aceite usado con fines medicinales. También se aprovecha su carne tanto fresca, ahumada como salada y su piel como cuero. Por lo tanto está sujeto a fuerte presión debido a la pesca en toda su distribución.

2) Otro problema es el de la pesca incidental; puede caer en palangres, redes de enmalle y de arrastre de fondo de barcos o buques que van en busca de otras especies de peces, como por ejemplo, de atunes.

Para hacernos una idea de su disminución, mientras que en el Golfo de México los buques palangreros podían recoger entre 2 y 25 tiburones en los años 50, por lo que su abundancia se consideraba un problema debido a elevada proporción de atunes dañados por los tiburones que los mordían. Sin embargo, los últimos documentos o no lo mencionan como especie o lo nombran como raro.

Como ya se ha mencionado, la existencia de pocos datos sobre su tasa de captura es un grave obstáculo para evaluar la situación de esta especie en regiones distintas a las ya estudiadas del Atlántico. Solo existen algunos datos ya algo antiguos; por ejemplo, en Estrasburgo (1958) estos tiburones constituían el 28 % del total de las capturas con los buques palangreros cuando salían a buscar atún. Por otro lado, según Berkeley y Campos (1988), estos tiburones constituían el 2,1% de la captura incidental de tiburones en la pesquería de pez espada a lo largo de la costa este de Florida entre 1981 y 1983. Según las estadísticas de pesca en Japón, esta especie en el Pacífico constituía el 20 – 30 % de la pesca incidental.

Medidas de conservación

Aunque se sabe que antes era muy abundante, realmente hay pocos estudios de población hasta 2003. Para este año la población ya se estimaba que había descendido en un 70%.

En otro estudio realizado en la zona del Golfo de México usando datos de varios estudios de fauna pelágica de las Costas de Estados Unidos de mediados de la década de los 50 y observaciones de finales de la década de los 90, estimaron una declinación de nada menos que el 99,3% en este período. Sin embargo, en este estudio no se consideraron los cambios en las prácticas de pesca o en la de forma de recoger los datos, por lo que existe un fuerte debate referente a la validez estadística de éstas afirmaciones.

En definitiva la conservación y gestión se requieren con urgencia, ya que las únicas medidas de conservación actuales se basan en una cuota de una amplia variedad de especies de tiburones para las aguas Atlánticas de Estados Unidos.

En concreto, la presión pesquera sobre esta especie debe ser disminuida considerablemente a través de la reducción del esfuerzo pesquero y de los límites de captura.

Además deben aumentarse las medidas para aumentar las posibilidades de supervivencia tras la captura e implementar la aplicación a gran escala de medidas que eviten la pesca en áreas a gran escala oceánica.

Tal vez lo más importante a la hora de proteger a una especie que se mueve por muchos océanos sea el conseguir cooperación internacional. Por ello aparece como una especie altamente migratoria en virtud del Acuerdo de las Naciones Unidas relativo a las poblaciones pesqueras (UNFSA) de 1995. El Acuerdo requiere que las zonas costeras e industrias de pesca tomen medidas para asegurar las especies en peligro, pero avances bastante pobres se han dado en relación a la protección del oceánico de punta blanca.

También es de importancia el Plan de Acción Internacional para la Conservación y Ordenación de los Tiburones (PAI-Tiburones), que recomienda específicamente que las Organizaciones Regionales de Pesca (ORP) lleven a cabo evaluaciones periódicas de población de tiburones y que los Estados miembros cooperen conjuntamente en la realización de planes de ordenación regionales para los tiburones. Aunque se están tomando medidas por parte de algunos miembros para recoger datos específicos de especies de tiburones pelágicos, y para prohibir la práctica del aleteo, hasta la fecha ninguno de ellos ha limitado las capturas de tiburones o ha redactado un “Plan tiburón” como sugieren las directrices del PAI-Tiburones. (Según la IUCN).