Página 1 de 2 Los
criadores buscan el volumen de producción que les permita exportar
desde Rosario. La cría de caracol, de antigua data y arraigado consumo
en Europa, era considerada en la Argentina en 2000 entre las
producciones alternativas más accesibles para aquellos que querían
tener una salida laboral o un ingreso adicional a su actividad
principal.
Un grupo de productores de Santa Fe, luego de criar caracoles por
varios años en forma intensiva, se lanzaron en el último año a la cría
a campo. Desde su experiencia, todos coinciden en afirmar en que ésta
es una actividad que requiere de una fuerte inversión inicial y la
conformación de grupos asociativos que permitan lograr volúmenes
necesarios para exportar.
"Esto no es un microemprendimiento como muchos creen. Para conseguir
que la actividad se convierta en una unidad económica independiente hay
que hacer una inversión inicial no menor a 35.000 pesos por hectárea,
sin contar el terreno, y un mantenimiento de unos 1.500 pesos mensuales
por hectárea para tener una rentabilidad mínima a los dos años",
sostuvo Sergio Coria, helicicultor y directivo de la Asociación de
Helicicultores de la provincia de Santa Fe.
"Si bien el Hélix Aspersa, la especie que elegimos producir, se paga
durante el invierno europeo entre 4 y 5,2 euros el kilo, hay que tener
en cuenta que los pedidos chicos de países como Francia, Italia o
España rondan las tres toneladas semanales, un factor decisivo para
embarcarse en esta producción, cuando en el sur de Santa Fe la cría
extensiva produce aproximadamente 8 toneladas anuales de caracoles por
hectárea", añadió.
Detalles de la producción
Coria explicó que la cría intensiva del Hélix requiere una habitación
con una temperatura entre 17 a 20° y 85% de humedad. Si bien este clima
favorece una mayor frecuencia de reproducciones, tiene como desventaja
la tendencia a las enfermedades.
Según Coria, la cría extensiva requirió nutrir la tierra para cultivar
verduras de hoja u hortalizas y el uso de riego por aspersión, ya que
un factor por controlar es la temperatura y la humedad del suelo.
Cada hectárea debe estar rodeada con placas de chapa para evitar el
ingreso de roedores y dividida en parcelas. Respecto de la
alimentación, "el caracol come girasol y repollo, pero es mejor en
raciones y no plantarlos, ya que se lo puede comer todo y se queda sin
sombra", comentó Coria. "Los caracoles son hermafroditas y ponen entre
80 a 100 huevos por cada una de las dos posturas anuales".
Comercialización
Para poder comercializarlos, los caracoles deben purgarse, un
procedimiento que sólo se hace en un frigorífico habilitado en Buenos
Aires, de acuerdo con las disposiciones del Servicio Nacional de
Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). Para este operativo se deja
de darle de comer para que limpie su intestino, se lo airea y baja la
temperatura para que se cierre. "Luego se lo coloca en bolsas de 2 a 5
kilos y se los dispone en cajas, sin cortar la cadena de frío. Así se
mantiene vivo hasta su cocción."
El productor destacó que la presentación de la asociación en diferentes
ferias ayudó a difundir el producto. "Este año hicimos degustaciones en
la Feria Internacional de Alimentación de Rosario (Fiar) con tanto
éxito, que colocamos el producto en varios hoteles y restaurantes."
Ahora la asociación busca armar la estructura y conseguir el volumen necesario para poder exportar desde Rosario.
Información sobre el Manual para la cría de caracoles
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Consulta Escrito por Invitado el 2005-11-16 22:21:48 El articulo es muy interesante. Quisiera saber cómo es el proceso de extracción de la baba de caracol, y si es que la realizan antes de comercializarlos. | |