Estas amenazas para el ambiente no siempre se solucionan con grandes
medidas tomadas a nivel de Estado sino con pequeñas aportaciones
individuales, trabajando localmente, pensando globalmente.
El concepto de educación ambiental ha venido transformándose y
evolucionado; perfeccionándose con los aportes de científicos y
expertos comprometidos con la conservación de la naturaleza;
enriqueciéndose con las experiencias acumuladas por numerosas
organizaciones en todo el planeta y la labor de millones de
ambientalistas disgregados a lo largo y ancho de la tierra; adecuándose
a las exigencias y nuevos retos de un mundo cambiante; en fin, buscando
como expresar y servir mejor a los fines que representa.
Esta educación esta dirigida a desarrollar una población mundial que
esté consciente de, y preocupada por el ambiente en su totalidad y los
problemas asociados, la cual tiene el conocimiento, las actitudes, las
habilidades, la motivación y el compromiso para trabajar individual y
colectivamente hacia la solución de los actuales y la prevención de
nuevos problemas.
La educación ambiental integra múltiples aspectos: científicos,
sociales, económicos, políticos, filosóficos, éticos y culturales,
desde una perspectiva globalizadora, buscando fomentar la creación y el
desarrollo de normas, valores y comportamientos en la comunidad, para
hacer frente a la crisis ambiental; que pone en peligro el futuro de la
humanidad. Por ello es indispensable desarrollar una política ambiental
desde el campo educativo formal y no formal.
En definitiva, la educación ambiental es un proceso integral,
sistemático y permanente de información, formación y capacitación
formal, no formal e informal, basado en el respeto a todas las formas
de vida, por el que las personas, individual y colectivamente, toman
conciencia y se responsabilizan del ambiente y sus recursos, mediante
la adquisición de conocimientos, aptitudes, actitudes, valores y
motivaciones que le facilitan comprender las complejas interrelaciones
de los aspectos ecológicos, económicos, sociales, políticos,
culturales, éticos y estéticos que intervienen en el medio ambiente,
así como participar y movilizarse en función de resolver y prevenir sus
problemas presentes y futuros; dentro de un proceso de desarrollo
sostenible, orientados hacia la convivencia en armonía y equilibrio con
la naturaleza, para beneficio de las generaciones actuales y por venir.
Los programas de educación ambiental para estudiantes no sólo deben
permitir que los jóvenes comprendan cuáles son los problemas del
ambiente como: contaminación, degradación de suelos y ecosistemas, sino
por qué han surgido y cómo deben ser controlados. La mayoría de los
educadores afirman que los niños y jóvenes adquieren mayor conciencia
ambiental, precisamente en el medio natural.
Los elementos de los programas de educación ambiental se encaminan en
el conocimiento y puesta en práctica de los principios ecológicos; el
estudio de la naturaleza; el mejoramiento del medio urbano y rural a
partir de programas y políticas que permitan el beneficio de las
comunidades; el conocimiento de los sistemas de producción en todas las
zonas que el hombre ha habilitado para cultivar; y finalmente con las
campañas para proteger el medio natural.
Para hacer posible los propósitos de la educación ambiental, es decir,
mejorar todas las relaciones ecológicas incluyendo las del mismo hombre
con la naturaleza y las del hombre entre sí; así como también generar
conciencia, interés, aptitudes, motivaciones y compromisos con el
ambiente, la educación ambiental debe transmitir conceptos básicos como:
1) El ambiente de la tierra está formado por componentes físicos como:
el aire, el suelo y el agua que se interrelacionan entre sí, formando
la biosfera la cual se compone de ecosistemas en donde habitan los
organismos que se interrelacionan con los componentes físicos.
2) La materia cumple continuamente un ciclo dentro de los ecosistemas y entre estos.
3) Cada ecosistema tiene una capacidad, llamada biogénica, para soportar un determinado número de cada una de sus especies.
4) El hombre es parte integral de los ecosistemas terrestres y para mantener su vida depende de estos.
Estos conceptos de educación ambiental se reglamentan a nivel mundial,
pero los propósitos deben variar de acuerdo con cada región, el número,
el tipo y la gravedad de los problemas ambientales.
La educación ambiental para una sociedad sostenible y equitativa es un
proceso de aprendizaje permanente, basado en el respeto por todas las
formas de vida. Es una educación que afirma valores y acciones, que
contribuyen con la transformación humana y social y con la preservación
de los recursos naturales y el ambiente.
Debe estimular la formación de sociedades socialmente justas y
ecológicamente equilibradas, que conserven entre sí una relación de
interdependencia y diversidad.
La educación ambiental, en el contexto del desarrollo sostenible, debe
generar con urgencia, cambios en la calidad de vida y mayor conciencia
en la conducta personal, así como armonía entre los seres humanos y de
éstos con otras formas de vida.
La aplicación de la educación ambiental no consiste, entonces, en una
mera aplicación de ajustes y complementos a los programas tradicionales
de la educación, se trata, más bien, de convocar a nuevos enfoques,
nuevos contenidos y nuevos métodos, haciendo más flexibles las
tradicionales estructuras de los sistemas educativos.
Esta educación trasciende el ámbito formal de la educación tradicional,
no circunscribiéndose únicamente a los centros educativos, sino
empleándose, también, en el ámbito laboral, en la empresa o el centro
de trabajo, siendo éste un excelente vehículo para comunicar valores a
favor del ambiente, relacionándolo con las características productivas.
Por otra parte, el desarrollo eficaz de la educación ambiental demanda
el pleno aprovechamiento de todos los medios públicos y privados de que
la sociedad disponga, a través de diferentes sistemas y subsistemas de
aplicación, vinculándose con la legislación, las políticas, los planes
y programas de ejecución, las medidas y mecanismos de control y a todas
las decisiones que los gobiernos adopten respecto al ambiente.
Proteger y preservar el ambiente y los recursos naturales de Argentina
es un interés esencial del pueblo argentino en particular y de la
humanidad en general, por cuanto constituyen condiciones primordiales
para su supervivencia y desarrollo. Siendo la protección y conservación
del ambiente y sus recursos un interés esencial de todos los
argentinos, se convierte, por tanto, en un objetivo fundamental del
Estado de la República Argentina, que interpreta, establece y tutela
los intereses del pueblo.
Cristian Frers
cristianfrers@hotmail.com
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