El análisis de más de una década mostró que a medida que la temperatura
del agua de la superficie de los océanos se calentó, la biomasa del
fitoplancton disminuyó.
Las diminutas plantas marinas, denominadas fitoplancton, impactan la
cadena de organismos que directa o indirectamente dependen de ellos
para obtener alimento. Los cambios en el color del océano – una medida
de la masa del fitoplancton – detectada desde el espacio, permitió a
los investigadores calcular los rangos de fotosíntesis y correlacionar
estos cambios con el clima.
A medida que las temperaturas del aire se eleven, calentando la
superficie de los océanos, esta agua se vuelve menos densa y se separa
de la capa más densa y fría que se encuentra debajo, la cual está llena
de nutrientes. Como el fitoplancton requiere de luz para la
fotosíntesis, estas plantas flotantes se ven restringidas a la capa
superficial – ahora separada de los nutrientes que requieren para su
crecimiento.
Cuando el fitoplancton es abundante, el color del agua cambia de azul a
verde. Estas plantas marinas eliminan el dióxido de carbono y lo
convierten en carbono orgánico, justificando casi la mitad de la
fotosíntesis en la Tierra.
Durante los períodos de temperaturas más frías, existe una floración de
estas plantas marinas. Tal fue el caso a finales del 1999 cuando los
océanos se estaban recuperando del ciclo del Niño y el planeta se
estaba enfriando.
Pero entre el 2000 y el presente, los investigadores han encontrado que
ha medida que los océanos se han calentado y vuelto más estratificados,
la producción del fitoplancton disminuyó en 190 millones de toneladas
de carbono cada año.
"Esto claramente muestra que la producción global de los océanos
disminuye cuando el clima se calienta", dijo el autor Michael
Behrenfeld de la Oregon State University.
A diferencia de las plantas terrestres que pueden mantener su hábitat
por cientos de años, estas pequeñas plantas verdes tienen ciclos de
cambio muy rápidos. Cada dos a seis días, los predadores se encargan de
ir eliminando la masa total global del fitoplancton.
"Este grado de reciclaje tan rápido, unido al hecho de que el
fitoplancton se encuentra limitado a un delgado revestimiento de la
superficie del océano donde hay suficiente luz solar para mantener la
fotosíntesis, los convierte en responsables de los cambios en el
clima", dijo Behrenfeld. "Así fue como pudimos relacionar los cambios
de productividad a la variabilidad en el clima en solamente un tiempo
record de 10 años. Semejantes conexiones serían mucho más difíciles de
detector desde el espacio para obtener la biomasa de las plantas
terrestres".
El problema podría crear un círculo vicioso.
A medida que aumentan los niveles de dióxido de carbono, se reduce la
producción de fitoplancton. Esto significa que habrán menos plantas
marinas para absorber este gas de invernadero, lo cual empeora el
problema total, dijo Behrenfeld.
El estudio se puede ver en detalle en la edición del 7 de diciembre de la revista Nature.
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