Termine
con más o menos éxito, este 17 de Noviembre, la XII Conferencia de la
ONU sobre Cambio Climático (COP 12) que esta teniendo lugar en Nairobi,
y que debería relanzar el compromiso mundial sobre los objetivos
mínimos establecidos en Kyoto, preparando el camino para proseguir
después del 2012, con las medidas necesarias para conseguir que se
frene a tiempo el calentamiento del planeta.
Se consigan en ella más o menos acuerdos para reducir las emisiones de
gases, sean estos más o menos insuficientes para atajar en un límite el
cambio climático que se esta produciendo, se incorporen o no nuevos
países emergentes (como Brasil, India o China) a los compromisos de
Kyoto, en ningún caso la salida estará en relanzar la energía nuclear
como fuente que no produce CO2, como propone la Agencia Internacional
de Energía por encargo del G-8, el club de los países más ricos y
poderosos, y como secundan aquí algunas voces del PP.
La nuclear sigue siendo una fuente de energía sucia, muy peligrosa, y
solo viable económicamente con grandes aportaciones de dinero público;
una energía no renovable (el uranio también es limitado y escaso)
rechazada por la ciudadanía, que evoca imágenes de catástrofes como la
de Chernobyl, de utilización militar y de riesgo terrorista; que
produce contaminación y residuos altamente peligrosos y duraderos, para
los que no existe otra salida que custodiarlos costosamente durante
siglos en cementerios nucleares (los indeseables ATC) que ninguna
población quiere en su territorio.
Sólo aumentar la eficiencia energética, junto al desarrollo decidido de
todas las energías limpias y de fuentes renovables, garantiza un futuro
sostenible. Las inversiones más rentables -diez veces más rentables-
para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes
del calentamiento de la atmósfera y el cambio del clima, son las
dedicadas a aumentar la eficiencia de la energía que consumimos.
En ese sentido iban las promesas electorales del Gobierno, que se
comprometió a establecer un calendario para el cierre de las centrales
nucleares actuales y, a sustituir por renovables su relativamente
pequeña aportación a nuestro consumo energético, y esa es también la
exigencia que le hacemos. Ningún riesgo nuclear es asumible y,
sustituir una energía como el petróleo, sucia y contaminante, por otra
que lo es igualmente y que, además, requiere fortísimas inversiones sin
rentabilidad, subvencionadas por dinero público, solo es un horizonte
para los que monopolizan ese negocio; sean aquí las empresas eléctricas
que buscan alargar los plazos de vida de sus centrales ya amortizadas,
o sean los gobiernos del G-8 (Rusia la primera) que buscan exportar su
tecnología a países en vías de desarrollo para sacar beneficios
económicos y de dependencia política.
Fuente: Ecologistes en Acción, Valencia
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Sobre la NO solución Escrito por Benito A. de la Morena el 2006-11-26 11:07:49 Estoy totalmente de acuerdo con ese deseo, pero la realidad nos empuja hacia otros caminos en los que prima el bienestar económico y, no sólo de unas cuantas multinacionales, sino de la mayoría de las personas de clase media acomodada que tienen algo que conservar. Es lamentable que la prioridad se dé sólo en lo material, pero así nos han enseñado en la sociedad capitalista, una sociedad que se ha convertido en el modelo a seguir, incluso por los chinos y rusos que fueron lectores de Marx. Me apena aún mas que sea un sector de viejos acaudalados los que dispongan del mundo que ya pertenece a los jóvenes maduros, y que sean los políticos los encargados de convencer a las masas de cual es la dirección correcta, usando medios subliminales televisivos que idiotizan y confunden. ¿Qué hacer?. A mis cincuenta y seis años, ya he empezado a respaldar con mi experiencia a las nuevas generaciones que deben construir el mundo en el que deberé vegetar al abrigo de mis nietos. Aún así, la energía nuclear se impondrá en los próximos años. B. A. de la M. (Huelva-España) |