"Estamos al límite", se alarma Nicolás Lodeiro Ocampo, presidente de la
Red Yaguareté, con sede en Posadas. En esa ciudad acaba de realizarse
el Segundo Taller Nacional para la Conservación del Monumento Natural
Nacional Yaguareté, con la participación de ONGs; guardaparques,
intendentes y autoridades de la Administración de Parques Nacionales;
representantes de la Dirección Nacional de Fauna y de las áreas
ambientales de Misiones y Jujuy; escasa presencia oficial de Chaco y
ningún funcionario de Salta, Formosa ni Santiago del Estero.
Originariamente se veía a nuestro tigre criollo en casi todo el país.
Hacia el oeste, vivía hasta la franja este de Cuyo. Hacia el sur, se lo
encontraba hasta el sur del río Negro. Hoy en día, las únicas huellas
de su andar muelle y silencioso son las localidades que llevan el
nombre que le dieron los europeos. El partido de Tigre, por ejemplo, se
refiere a los que había en el Delta.
Se conoce que la población más comprometida y con mayor riesgo de
extinción en el corto plazo es la de la selva paranaense de Misiones:
apenas unos 50 ejemplares, incluidos los 15 del Parque Nacional Iguazú.
Los de la selva de Yungas no llegarían a 100. No hay estudios sobre los
del Chaco seco (este de Salta, oeste de Formosa y Chaco, nordeste de
Santiago del Estero), ni se sabe si hay animales en el bañado La
Estrella (Formosa).
El taller realizado en Posadas identificó y jerarquizó las amenazas a
la supervivencia del yaguareté. Las principales —en distinto orden
según la zona— son: la pérdida, alteración o fragmentación del hábitat;
la caza, por distintos motivos (ataques a animales domésticos, miedo,
caza deportiva); y la disminución de presas (pecaríes, tapires,
corzuelas), por reducción del hábitat y porque también la gente las
come.
"Sabemos lo que hay que hacer", dijo la bióloga Paula Cichero,
directora de la Delegación Regional NEA de Parques Nacionales. Dio una
larga lista: ordenamiento territorial, sobre todo respecto del uso de
la tierra; cumplimiento de las leyes existentes, en especial contra los
cazadores. "Intensificar controles y reforzar las áreas protegidas
—agrega Cichero—: en los parques nacionales hay mayor densidad de
yaguaretés y de presas".
Una de las estrategias decididas para el corto plazo se basa en la
educación. A pesar de que el yaguareté casi nunca ataca al hombre, "la
gente le tiene miedo, piensa que es nefasto y no conoce su situación
—comenta la bióloga—. Es preciso que lo valore, que comprenda que hay
muy pocos y que podemos perderlos".
Otra meta urgente apunta a conectar las áreas protegidas mediante
corredores biológicos, con restricciones a los usos de la tierra. Con
financiamiento de la Embajada británica, Parques Nacionales está
liderando una estrategia de corredor chaqueño que conecta el este de
Formosa y el de Chaco, y al que luego se sumarán el Chaco seco de Salta
y Santiago del Estero.
"La tercera estrategia que definimos en el taller es el tiempo
—concluyó Cichero—. El tiempo se acaba: tiene que haber muchas medidas
implementadas en el próximo año. Tiempo y decisión política: Parques
Nacionales puede hacer gestiones con las provincias, pero en un país
federal, hace falta más que eso".
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Tenemos que colaborar todos Escrito por Invitado el 2006-11-24 09:53:26 Más allá del sentimentalismo diciendo: ¡uh uh qué lástima!, tendríamos que aplicar algo fuerte de difusión, de trabajo concreto. Los que conocen de estas cuestiones que nos expliquen qué podemos hacer. Gracias por el espacio. |