"Tenemos la ciencia, tenemos los datos y oiremos más durante esta
conferencia, pero lo que realmente importa es lo que hacemos", dijo
Maathai, fundadora del Movimiento Cinturón Verde, que ha plantado
treinta millones de árboles en Africa en treinta años.
"Queremos comprometernos a la acción y llamar al mundo a participar.
Plantar un árbol es algo que todo el mundo puede hacer: sólo hay que
hacer un agujero en la tierra, introducir su semilla y asegurar que
sobrevive", agregó.
La campaña, apoyada por el príncipe Alberto de Mónaco, el Programa de
la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Centro Mundial Agroforestal
(ICRAF en inglés) fue presentada durante la reunión de la Convención
Marco de la ONU sobre Cambio Climático (CMNUCC) y del Protocolo de
Kyoto que se celebra en Nairobi.
El director ejecutivo del PNUMA, Achim Steiner, afirmó ser consciente
de que el proceso de lucha contra el cambio climático que llevan a cabo
los gobiernos "es difícil, es lento y es frustrante", pero resaltó que
"mientras los gobiernos negocian, los ciudadanos pueden actuar".
"Muchas personas se preguntan a menudo qué pueden hacer para ayudar a
que no aumenten las temperaturas, o qué hacer ante las políticas
energéticas de las naciones", dijo Steiner, quien agregó que plantar un
árbol es una alternativa sencilla para cualquiera y un gesto más
significativo que cualquier informe que pueda difundir.
"Los ciudadanos pueden tomar medidas pequeñas pero vitales, y plantar
un árbol no sólo contribuye a paliar el cambio climático sino que tiene
beneficios adicionales, como preservar la biodiversidad", señaló.
"Si logramos plantar mil millones de árboles (cifra equivalente a una
sexta parte de la población mundial) eso supone que uno de cada seis
ciudadanos del mundo está haciendo una declaración política de que le
preocupa lo que está ocurriendo", concluyó.
La campaña será coordinada por el PNUMA, que no financiará la compra de
semillas en distintas partes del mundo sino que recopilará la
información sobre quiénes individual o colectivamente deciden unirse a
la iniciativa y lo comunican a través de la página de internet de la
agencia de la ONU (www.unep.org/billiontreecampaign).
Según el PNUMA, los bosques cubren un 30 por ciento de la superficie
terrestre, pero el área forestal mundial en 2005 era inferior a 4.000
hectáreas, un tercio menos de la superficie que ocupaban antes del
advenimiento hace 10.000 años de la agricultura.
Los árboles absorben de forma natural dióxido de carbono (uno de los
gases que causa el calentamiento global), por lo que contribuyen a
minimizar las emisiones industriales de dicho gas, pero cuando los
árboles son quemados o se pudren lo liberan a la atmósfera, empeorando
el problema.
Por su parte, el director de ICRAF, Dennis Garrity, destacó la
importancia de informarse sobre el tipo de árbol que cada ciudadano
puede plantar en su región dependiendo del ecosistema en el que vive.
Más de 5.000 participantes asisten en la capital keniana a la
Conferencia de las Partes (COP) de la CMNUCC, de la que son parte 189
estados, y del Protocolo de Kyoto, ratificado por 166 países.
El Protocolo, en vigor desde el 16 de febrero de 2005, impone a las
naciones industrializadas límites obligatorios de emisiones de gases de
efecto invernadero con objeto de reducir éstas globalmente entre 2008 y
2012 en un 5,2 por ciento respecto a los niveles de 1990.
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