La reciente cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático celebrada en la ciudad de Montreal (Canadá) el pasado mes de Diciembre, ha puesto sobre la mesa la taxativa decisión de que no habrá mejoras ambientales,  si ello no lleva ello consigo un desarrollo sostenible alternativo, una adaptación a los efectos del cambio climático, y un aprovechamiento de la tecnología, así como de los instrumentos de los mercados.

Todo ello se recoge en el documento que ha elaborado el presidente de la Cumbre del Clima y Ministro de Medio Ambiente de Canadá, Stephaen Dion, con el objetivo de someterlo a la discusión de los Ministros de los países asistentes a una próxima cumbre que debería celebrarse en el mes de diciembre del año 2007.

Y es que, yo no vería mal lo de someternos a dos años más de espera, aunque ya vayan para quince los años de retraso en la "búsqueda de soluciones " desde que se celebró la Cumbre de Río en el año 1992, si no fuera porque deduzco que los intereses que mueven todas estas cumbres y reuniones dilatorias, son realmente económicos, y no por el beneficio del amplio sector social empobrecido, si no por el de unas cuantas multinacionales que manejan el mercado energético del planeta como si éste fuese inagotable y no estuviera creando el severo cambio ambiental que ya tenemos encima.

Los científicos advierten que para que el calentamiento no suponga un grave problema social, económico y ambiental, las emisiones deberían reducirse un 50 % en el año 2030. Los ciudadanos se manifiestan, y unos cuarenta mil protestaron durante la Cumbre exigiendo con sus voces acciones eficaces para luchar contra el cambio climático. Previamente, otros seiscientos mil norteamericanos habían firmado un documento que se entregó en el consulado de Canadá pidiendo medidas eficaces contra el calentamiento. Y tras dos semanas de negociaciones se alcanzaron dos acuerdos, el primero se refiere al antiguo Protocolo de Kyoto, ese que ya fue firmado en 1997 por 156 países, y para el que ahora se exige que se "inicie un proceso para considerar posteriores compromisos" que hagan que se cumpla lo que ya se acordó hace cinco años, es decir, reducir las emisiones para el año 2012. El segundo acuerdo que se alcanzó fue el de "implicar a toda la Comunidad internacional para luchar contra el cambio climático".

He leído en algunos  periódicos de éste país, aún llamado España, que las asociaciones ecologistas aplaudieron los "logros" conseguidos en esta Cumbre que algunos ya llaman Kyoto "dos". Supongo que sería porque, la siempre reticente Estados Unidos, había accedido a unirse al futuro dialogo que deberá buscar las soluciones al problema, pero siempre y cuando éste favorezca acuerdos que conlleven grandes inversiones en tecnología para el almacenamiento del hidrógeno y del carbono, entre otras opciones.

Si fueran esos los motivos de alegría de nuestras ONGs, yo rompería de inmediato mi simbólico carné de medioambientalista, pues en esta Cumbre no se ha logrado nada más que dilación y retraso en la aplicación de medidas que hacen falta para minimizar el severo problema que le estamos causando a nuestra calidad de vida futura en éste planeta llamado Tierra.

Según un reciente artículo publicado en la prestigiosa revista Nature, la Corriente del Golfo, esa circulación oceánica atlántica  que distribuye las aguas templadas hacia el Norte y las frías hacia el Sur, se ha debilitado en un treinta por ciento debido al calentamiento global, y ello, unido al aumento de precipitaciones y derretimiento de los hielos, provocaría un aumento de la entrada de agua dulce en el Atlántico Norte, reduciendo la densidad del agua y afectando a la circulación oceánica del planeta. Pero como esa alteración de las corrientes oceánicas influye directamente sobre el clima, se podría intensificar el "cambio", y con él, fenómenos meteorológicos adversos como sequías, inundaciones, o procesos de desertización que acelerarán las crisis alérgicas y enfermedades como la malaria, diarreas, y malnutriciones diversas, causantes de más del seis millones de muertes cada año en los países en vías de desarrollo que no tiene medicinas para prevenir y curar de las enfermedades, porque éstas se distribuyen en las naciones ricas que sí tiene dinero para comprarlas.

Mientras tanto, China sigue desconectada de Kyoto intensificando a marchas forzadas su proceso de industrialización para hacerse poderosa; Rusia controla el gas de Europa y pide más recursos para no cerrar el "grifo"; los Estados Unidos venden la  tecnología que sea precisa, con un orden y método exclusivamente de bienestar económico que no distingue el mercado; los pequeños países "satélites"  europeos, asiáticos y americanos que están en el "primer" mundo, saltan gozosos y aplauden las decisiones de sus "hermanos" mayores que les dan el pan y el vino, y se consideran afortunados cuando miran a ese "tercer" mundo que no tiene ni fuerzas para llorar, y muere en silencio.

Dicen que para el 2008 deberá haber una alternativa que permita conseguir los objetivos del "viejo" Kyoto "uno", y que deberá hacerse con el esfuerzo de todos. Me imagino la sonrisa de satisfacción de los magnates del poder que han conseguido otra prorroga para seguir generando beneficios económicos; me imagino la sonrisa de satisfacción de las ONG y grupos ecologistas que creen haber logrado "doblegar" parcialmente al gigante norteamericano; me imagino la sonrisa de los chinos y rusos que se olvidan del Protocolo y no son asediados por los ambientalistas porque ahí les encarcelan; me imagino la sonrisa de mi presidente, compartiendo la medalla junto a otros presidentes, por éste engañoso éxito que se sobrelleva con talante y sin talento; y me imagino la sonrisa del "rictus" que se pone en la cara de los muertos del tercer mundo, que son los verdaderos sufridores del engaño global. Pero para comprobar todo esto, habrá que esperar unos años a que llegue Kyoto "tres".

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Comentario[s]

Compromiso Escrito por Facundo Saigg el 2006-10-03 14:59:00 Muy buena recopilación de datos con una valoración de los contenidos que no vicia la información. Quiero destacar el detalle que considero cierto, que las potencias desarrolladas son felices si pueden mantener su Status Quo y a la vez quienes mueren no representan amenazas políticas.    Por desgracia considero que la falta de compromiso de la ciudadanía en el mundo impacta negativamente en cualquier intento de avanzar en el cuidado del medioambiente.     Por último, creo que ni los ciudadanos estadounidenses o chinos tienen conciencia de los desastres que sus economía generan al planeta y la relación con las catástrofes naturales que cada día nos sorprenden más.