Había
una vez un equipo de investigadores que buscaba nuevas especies marinas
cuando las poderosas luces de sus vehículos a control remoto se
enfrentaron a una total oscuridad. Durante horas los científicos
investigaron la zona, a cuatro kilómetros de profundidad, y no pudieron
encontrar ninguna señal de vida.
Parece el principio de un cuento de miedo o una película de ciencia
ficción pero se trata de un grupo de investigadores canadienses que
forman parte del proyecto Censo de la Vida Marina y descubrieron una
zona "muerta" cerca del epicentro del tsunami de diciembre pasado.
Los biólogos marinos de la Universidad de Dalhousie, en Nueva Escocia,
estudiaban el lugar en el que se generó el devastador fenómeno y
encontraron una zona donde misteriosa y sencillamente no hay nada.
El maremoto de 9,3 grados de magnitud causó devastación generalizada en
los países de la costa y abrió un abismo de 1.000 metros en el lecho
marino.
"En todos los años que llevamos realizando este tipo de
investigaciones, siempre encontramos algo vivo nadando a ese nivel de
profundidad", explicó el profesor Ron O'Dor, a cargo del proyecto de la
Universidad de Dalhousie.
Y agrega que "estuvimos once horas navegando la zona y no pudimos
encontrar nada moviéndose, ni peces, ni plantas, ni microorganismos".
Colapso
Cuando ocurrió el maremoto el 26 de diciembre de 2004, se desplazaron
enormes cantidades de agua que crearon olas gigantes que al llegar a la
costa causaron devastación y más de 270.000 muertes.
El maremoto, que tuvo su epicentro en la costa occidental de Sumatra,
provocó el colapso de un acantilado en un área de 200 metros de ancho y
varios kilómetros de largo.
Fue en esa zona, dicen los investigadores canadienses, donde hoy no existe nada.
Según los biólogos es posible que el enorme vacío creado tras el
derrumbe del acantilado se deba a que las fuentes de alimentación de
las especies más profundas quedaron enterradas.
Esto a su vez, dicen, ha tenido un efecto en los depredadores más grandes.
Tras un evento de esta magnitud, la recuperación del medio ambiente marino o terrestre, no ocurre rápidamente.
A ese nivel de profundidad, el mar es extremadamente frío y por lo
general la capacidad de vida es proporcional a la temperatura.
"Nada ocurre rápidamente a cuatro grados centígrados", afirma el experto.
Fuentes de alimento
Lo que parece inexplicable es que en zonas inmediatas, las especies marinas continúan movilizándose normalmente.
"Puede ser que algo, como un mal olor, o alguna sustancia química en el
agua, esté impidiendo que los peces entren a esa zona", señala el
profesor D'Or.
Pero otra explicación, dice, "es que los peces en el fondo del mar nadan libremente buscando alimento".
"En esta zona no pueden encontrar nada para comer porque no ha podido
recolonizarse tras el desastre y eso no ocurrirá hasta que regresen las
fuentes de alimento", agrega.
Este tipo de situaciones, afirman los investigadores, ocurren cada dos
o tres años cuando un "pedazo" del océano se colapsa tras un maremoto.
Así que para los investigadores, ésta puede ser una oportunidad para
observar de cerca y registrar cómo ocurre la recuperación de la vida
marina tras un desastre.
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