 El
número de familias afectadas por la histórica e intensa sequía que ha
convertido en charcos varios ríos de la Amazonía brasileña saltó de
33.000 a 72.000 en los últimos quince días, informó hoy el gobierno del
estado de Amazonas.
La previsión inicial estaba basada en un informe de la Defensa Civil
concluido hace quince días. Desde entonces, los ríos comenzaron a subir
apenas en las cabeceras, pero siguieron bajando en sus partes medias y
bajas", explicó el secretario de Gobierno de Amazonas, José Melo.
Ahora otras comunidades están siendo afectadas por la sequía", agregó
Melo, que es coordinador del Plan de Emergencia para atender a las
familias perjudicadas por una sequía que la Amazonía no conocía desde
hace un siglo y cuyas causas aún son motivo de polémica entre los
especialistas.
El funcionario explicó que ya han sido enviadas 900 toneladas de
alimentos y 36 toneladas de medicinas a las 32.000 familias, con unas
167.000 personas, que inicialmente fueron consideradas como víctimas de
la sequía.
El fenómeno secó varios afluentes del río Amazonas y paralizó por
completo el transporte fluvial en el estado homónimo, de 1,5 millones
de kilómetros cuadrados.
Como la región depende casi exclusivamente del transporte fluvial, 914
comunidades quedaron prácticamente aisladas en las regiones altas de
los ríos y sus habitantes tienen que desplazarse varios kilómetros en
busca de alimentos o de agua.
Según la Defensa Civil, con el agravamiento de la sequía en las
regiones más bajas de los ríos, otras 75 comunidades quedaron aisladas
en municipios con mayor densidad de población.
El Gobierno brasileño, que declaró hace dos semanas en estado de
calamidad pública los 61 municipios del interior del estado de
Amazonas, asegura que la actual sequía es la mayor en la región en los
últimos 50 años, incluso superior a la de 1963, y que probablemente
alcanza los niveles de otra registrada en 1902.
El ministro de Integración Nacional, Ciro Gomes, atribuyó el fenómeno a
un calentamiento de las aguas del Atlántico, que también ha motivado un
aumento del número de huracanes este año.
Algunos científicos aseguran que la sequía es un fenómeno cíclico sin
vínculos con la deforestación que ha sufrido la región y organizaciones
internacionales como "Greenpeace" atribuyen el fenómeno a la
devastación de la Amazonía, que ha perdido cerca del 17 por ciento de
su capa vegetal en los últimos treinta años.
La ayuda enviada por el Gobierno depende de la navegabilidad de los
ríos o de la ayuda que puedan brindar los helicópteros y aviones de las
Fuerzas Armadas.
Entre las medicinas enviadas destaca el hipoclorito de sodio, usado
para purificar el agua y que se ha convertido en elemento esencial para
prevenir problemas gástricos, principalmente diarrea, debido a la
putrefacción de las aguas estancadas por la muerte en ellas de miles de
peces y mamíferos acuáticos, algunos amenazados de extinción.
Pese a que hasta ahora no se han registrado epidemias, lo que más
preocupa al Gobierno es la escasez de agua potable, que se mantendrá
por lo menos hasta que los ríos recuperen sus niveles mínimos, lo que
se prevé para finales de noviembre en caso de que siga lloviendo en el
oeste de la Amazonía.
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