Un
estudio del CONICET demuestra la extinción de la especie en la Selva
Paranaense. Calculan que existen 50 felinos en todo el corredor verde.
Se establecieron tres áreas en el trabajo de campo.
La extinción de la especie parece inevitable. Solo 50 yaguaretés
habitan el corredor verde de la Selva Paranaense lo que deja en
evidencia un retroceso en la reproducción del animal autóctono. La
investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET) reveló la rapidez con la que se extingue esta
población felina en la zona.
El informe fue presentado el viernes pasado en el hotel Saint George de
Puerto Iguazú y estuvo a cargo del doctor Mario Di Bitetti, coordinador
del proyecto. Durante su exposición, el investigador dijo que "la
densidad estimada para la población de yaguareté en la Selva
Paranaense, incluyendo el lado brasilero, es entre cinco y seis veces
menor que la encontrada a principios de los 90’ en un estudio similar
dirigido por el investigador brasilero Peter Crashaw".
Mientras el estudio exponía la dramática situación de la fauna, en el
zoológico de la ciudad de Buenos Aires el proyecto de Asistencia a la
Reproducción y Conservación Animal (ARCA) inseminó a una yaguareté para
promover su procreación. El viernes Jagui entró el viernes en quirófano
y se convirtió en la primera yaguareté argentina inseminada
artificialmente con semen congelado de un padre también argentino.
El corredor verde es el área mejor conservada de la Selva Paranaense en
toda la región (Paraguay, Brasil y Argentina) y por lo tanto es
señalada como referente para hacer efectiva la viabilidad de
poblaciones de fauna, por lo que los datos del CONICET profundizan aún
más la grave situación ambiental.
Se considera que es necesario contar con 500 ejemplares de una especie
para lograr su supervivencia a mediano plazo. La contabilización de
menos de 100 individuos de yaguaretés en Misiones representa un plazo
de supervivencia más breve del que se pensaba al crearse el Corredor
Verde, por ejemplo, donde uno de los objetivos era preservar en buenas
condiciones grandes extensiones de selva nativa para asegurar la
permanencia de grandes animales como los felinos, la harpía, el pecarí
labiado, el oso hormiguero, entre otros.
El trabajo data de dos años atrás en el que, junto a Di Bitetti,
participaron los biólogos Agustín Paviolo, Carlos De Ángelo, la
colaboración de numerosos voluntarios y el apoyo de Vida Silvestre. Los
investigadores se valieron de moderna tecnología para obtener
evidencias de la presencia o ausencia del tigre. Instalaron dos cámaras
fotográficas enfrentadas, que se disparan automáticamente a través de
un censor infrarrojo cuando un animal pasa por las picadas que se abren
dentro del monte.
El patrón de manchas único que tiene cada uno de estos felinos es
similar a las huellas digitales y permite reconocer un mismo yaguareté
en distintas fotografías y así realizar las estimaciones. Las áreas de
estudio incluyeron tres sitios, el Parque Provincial Urugua-í sumada a
la Reserva de Vida Silvestre Urugua-í y el Campo Los Palmitos de la
empresa Alto Paraná, lindantes con el parque provincial; el Parque
Nacional Iguazú y el Parque Provincial Esmeralda, dentro de la Reserva
de Biosfera Yabotí.
Causas
Entre las probables causas de la declinación de la especie, los
investigadores del CONICET citaron: 1) la caza directa del yaguareté,
por cazadores o por productores como consecuencia del ataque de felinos
a ganados; 2) la falta de una cantidad de presas (alimento) adecuadas,
también resultado de la intensa caza que ocurre incluso dentro de áreas
protegidas como el Parque Urugua-í; y 3) la pérdida de hábitat
(reducción de selva nativa). Un dato muy importante: es amplia la gama
de presas de este animal y coincide con la que usa el hombre: pecaríes,
venado, tapir, pacas, agutíes.
¿Medidas insuficientes o ineficaces?
Misiones fue la primer provincia de la Argentina que declaró a la
especie Monumento Natural Provincial (Ley 2589) (tiene vedada su caza
desde hace años), e implementó distintas iniciativas tendientes a
evitar justamente la situación planteada.
Una de ellas fue el Proyecto Tigre, en el año 1996, a cargo del Centro
de Investigaciones Ecológicas Subtropicales (con Karina Schiafino) de
la Administración de Parques Nacionales, con apoyo de ESSO, FVSA y WWF.
Comenzó como una evaluación del problema de depredación de animales
domésticos en las propiedades vecinas al Parque Nacional Iguazú y se
amplió a otros aspectos de esta situación que provoca un conflicto
permanente del jaguar con el colono. En ese marco, se hicieron varios
talleres con la participación de técnicos de la provincia, de otras
regiones el país y del extranjero (el ya célebre Peter Crawshaw).
Esto determinó un plan de acción, con la gran novedad de compensar a
ganaderos cuya producción fuera perjudicada por el ataque de felinos y
logrando con ello evitar que dieran muerte a los tigres (proyecto de
ley Plan Provincial de Conservación de Grandes Felinos). En Andresito,
una persona que fue lastimada por un yaguareté recibió una compensación
por parte de la Provincia, lo que demostró sensibilidad para seguir
conviviendo con el animal. También se inició una acción educativa
consistente en la difusión de un video (“La historia de un tigre”) en
las escuelas de la zona norte.
Paralelamente, desde la década del 80 el Gobierno da continuidad a la
creación de áreas protegidas o, dicho en otras palabras, sigue abriendo
paraguas protectores para la especie. Esto, apoyado por una red de
guardaparques y el anuncio de más hombres que custodiarían los parques
y reservas. El Gobierno nacional, por su parte, declaró a la especie
Monumento Nacional y en Resistencia ( Chaco) se efectivizó una reunión
para implementar medidas de conservación en conjunto en toda la región.
¿Por qué se llegó a esta situación?
Los resultados demuestran que todas la acciones fueron insuficientes o
que no están funcionando los recaudos jurídicos y prácticos anunciados.
Quizás un control más efectivo y la concreción de la tan anunciada
multiplicación de guardaparques en todo el Corredor Verde, ayuden a
mejorar la situación.
Como medida más extrema, los expertos aconsejan censar a la poblaciones
dentro del Corredor Verde y tomar recaudos para evitar problemas
genéticos y que desaparezcan por endogamia. Esto, bajo un estricto
control del Estado.
En el año 1996, el Centro de Investigaciones Ecológicas Subtropicales
(CIES) de la Administración de Parques Nacionales, con apoyo de ESSO,
FVSA y WWF, inició en el Parque Nacional Iguazú un trabajo de
investigación sobre el Yaguareté. Comenzó como una evaluación del
problema de depredación de animales domésticos en las propiedades
vecinas al Parque Nacional y se amplió a otros aspectos de esta
situación que provoca un conflicto permanente del jaguar con el colono.
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