Las
etiquetas electrónicas de alta tecnología que llevan algunos tiburones
ballena, el pez más largo del mundo, ha permitido que los científicos
puedan determinar cómo y dónde encuentran su comida. Varios
especialistas en Belice siguieron los rastros de estos tiburones, que
recorrieron casi un kilómetro para buscar alimento, y descubrieron un
banco de huevas de pececitos.
Este tipo de tiburón puede llegar a tener 20 metros de longitud y está
en la lista rojas de los animales en extinción, por lo que los
científicos creen que gracias a estos descubrimientos podrán elaborar
un plan para preservar la especie.
Este estudio sin precedentes se hizo en la barrera de arrecife de
Belice, la cual es la segunda más larga del mundo y patrimonio de la
humanidad.
"Nuestro trabajo demuestra que los tiburones nadan mucho más profundo
de lo que en un principio se creía, llegando a sumergirse hasta 1.000
metros para conseguir comida", explica Rachel Graham, de la Sociedad
para Preservar la Vida Salvaje (cuyas siglas en inglés son WCS).
"A esa profundidad, el agua está a unos pocos grados por encima del
congelamiento. Esto explica por qué los tiburones ballenas tropicales
tienen una capa térmica de grasa justo debajo de la piel, algo que
había dejado perplejos a los científicos durante años".
Día y noche
Durante la noche los tiburones -generalmente- permanecen en aguas poco
profundas, alimentándose de plancton y guardando las profundidades para
el día.
En luna llena, los pargos cubera se acercan a la costa para dejar sus
huevos, lo que origina una gran masa de cuerpos retorcidos en una sopa
de huevos recién salidos.
Para el tiburón ballena esto representa un festín, por lo que nadan por
esa sopa una y otra vez, llenando sus grandes trompas con caviar de
pargo.
Este hábito de llenarse durante el período en que los pargos ponen sus
huevos permitió a los científicos colocar el dispositivo electrónico a
los tiburones.
Estas etiquetas llevan un registro de la temperatura, la presión del agua y los niveles de luz.
Después de un período previamente programado, automáticamente se
sueltan del tiburón, flotan a la superficie y envían toda esa
información en un e-mail vía satélite.