Página 1 de 2  Lo
espera con impaciencia y cuenta los días para encontrarse con él. Sabe
que llegará pronto y decide aprovechar el tiempo, así que elige un
lugar acogedor donde su compañero se sienta a gusto y, de inmediato, se
ocupa de su aspecto personal. Escoge el mejor atuendo: se viste de
gala, sexy, y ensaya una danza a tono, hasta lograr un contoneo
seductor. Lejos del amor, el objetivo está muy claro: una noche de
pasión.
Ella no es una mujer. Esta historia de preparativos y tácticas para
cautivar la protagonizan las hembras de los falaropo, unas aves de pico
largo y patas palmeadas que cada año, puntualmente, regresan a la
tundra ártica para aparearse y procrear. En esta especie, ellas mandan.
Son quienes toman la iniciativa, unas auténticas 'femme fatal'.
El macho, en cambio, es tímido y sumiso. Muchas veces se siente
avasallado por ese estímulo de vedette que incluye bailes, cantos y
plumas exuberantes. Durante el acto sexual deja que ella lleve las
riendas y, después, se queda en casa, encargado de cuidar los huevos.
Ella no. "Se va de marcha" con otras féminas de la comunidad.
El comportamiento animal a la hora del sexo resulta sorprendente. Y muy
parecido al de los seres humanos. "Nada hay que hagamos nosotros, que
ellos no hagan más y mejor", asegura la sexóloga y antropóloga Pilar
Cristóbal, quizá para envidia de muchos. Y esa, precisamente, es la
idea central de su último libro -"También los jabalíes se besan en la
boca" -, donde relata cientos de curiosidades sexuales del reino
animal. Al parecer, en este campo, el ser humano no ha inventado nada.
Pero, ¿qué significa exactamente eso de "más y mejor"? "Que puedes
imaginarte haciendo cualquier cosa, pero es seguro que existirá un
bicho que supera tu actividad", responde la sexóloga. "Algunos lo harán
más veces, otros durante más tiempo, habrá animales más resistentes,
más amorosos o más dedicados a su pareja. Y saben siempre buscar el
placer".
Ver para creer
Aunque en los libros suele mostrarse la cópula de los animales como un
acto meramente reproductivo, lo cierto es que "todo depende del ángulo
en que se mire", matiza la autora. Y cita ejemplos. Para el
investigador, "será un medio necesario de cara a perpetuar la especie".
Para el individuo, en cambio, "será un fin en sí mismo", la búsqueda
"del placer, del disfrute", señala Pilar Cristóbal. De hecho, "los
únicos seres que copulan para tener hijos son los humanos, pues solo
ellos conocen el alcance del gesto".
¿Y el resto? "Actúa por deseo y por placer. La fecundación es una
consecuencia". "Para todos los animales, machos y hembras, la función
del coito es pasarlo bien, saciar el impulso y descargar tensiones",
enumera la antropóloga. En esa búsqueda, las técnicas son de lo más
variadas.
Para contemplar algunas escenas subidas de tono, basta con observar en
la naturaleza y descubrir abrazos, besos apasionados, pero, también,
"prácticas masoquistas y cinturones de castidad". El cangrejo fantasma,
por ejemplo, "fabrica una gelatina especial para sellar el tracto
reproductor de la hembra y asegurarse la paternidad de las crías".
También entre animales hay promesas de amor eterno, momentos de
ternura, casos de adopción de hijos e, incluso, "matrimonios" por
conveniencia.
¿Qué animal elige a su pareja basándose en el interés? La hembra de los
pergoleros, unos pájaros muy trabajadores que, para ganarse el aprecio
de su "chica'" construyen primero la casa. Así, mientras muchas
especies escogen a sus machos por la belleza, la fuerza o la destreza,
"lo que valoran los pergoleros es la capacidad para 'poner un pisito'",
comenta la investigadora.
Más románticos son los albatros, máximo ejemplo de monogamia absoluta.
"Se emparejan una sola vez en la vida, y si uno de los dos muere, el
otro permanece solo para siempre".
Sobre ternura en la conquista, quienes más saben son los felinos, que
"adquieren conductas infantiles para acercarse a la hembra. Se
comportan como bebés", manifiesta la sexóloga. Quienes no resultan tan
inofensivos son los machos de los grillos, las langostas, algunos peces
y varios primates, pues de forma recurrente "violan a sus compañeras".
En el compendio de prácticas también se incluye la sodomía, las
relaciones homosexuales, las orgías y el incesto, "como sucede con el
salmón". Incluso algo tan humano como el fetichismo es común entre los
cobs de Uganda.
Una reunión de hombres en un bar es suficiente, en muchas ocasiones,
para determinar que son los únicos seres vivos que se obsesionan con
los tamaños y récords amatorios, pero lo cierto es que los animales son
quienes -sin proponérselo- rompen todas las marcas y, de paso, algunas
ilusiones.
El ránking del amor
Palos: Estos insectos son los campeones de la resistencia, pues el acto sexual dura diez semanas sin interrupción.
Moscas del vinagre: Tarda semanas en crear un solo espermatozoide.
Claro que este mide treinta veces más que la propia mosca. Si se
tratara de un hombre, el espermatozoide tendría el tamaño de una
ballena azul.
Leones: Aunque estos felinos son capaces de copular hasta 157 veces en
55 horas, hay otros animales que los superan notablemente. El hámster
lo hace 65 veces en una hora y el jerbillo (otro roedor), 224 en el
mismo periodo.
Percebes: En términos relativos, estos animales tienen el récord en
cuanto al tamaño del pene, que supera 38 veces el de su cuerpo entero.
El equivalente humano sería el de un hombre de 1,80 con un órgano
reproductor de casi 70 metros.
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Mi deseo... Escrito por Gabriel el 2005-09-30 10:53:32 Desde hoy seré un falaropo-albatros. | |