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gran sector de la población brasileña cree que potencias extranjeras
quieren apoderarse de la región. ¿Tiene bases reales este temor? .
Nueve de cada 10 brasileños creen que está en marcha una conspiración
para desnacionalizar la Amazonia mediante la ocupación extranjera o
algún tipo de control internacional, afirma el senador Jefferson Peres.
Esa convicción es tan fuerte como inverosímil para Peres, legislador
del noroccidental estado de Amazonas y del nacionalista Partido
Democrático Laborista, quien admite perder votantes por disentir
públicamente con ella.
Uno de los combustibles de la teoría conspirativa fue un mensaje
diseminado por internet a partir de 2000, denunciando que libros
escolares en Estados Unidos reproducían mapas de Brasil privado de su
Amazonia, convertida en una reserva forestal internacional.
Más tarde apareció como "prueba" la supuesta página del manual escolar
con un mapa de América del Sur y un texto que calificaba a los países
amazónicos de "irresponsables, crueles y autoritarios", y de ser
"pueblos sin inteligencia y primitivos".
Pero errores groseros en el texto inglés y en las cifras desnudaron la
falsificación. El diplomático Paulo Roberto de Almeida, entonces
destacado en la embajada brasileña en Washington, elaboró un informe
sobre el fraude que puede leerse en este sitio de internet
www.pralmeida.org .
Allí se identifica como origen de los rumores a un sitio cuya consigna,
"Brasil, ámalo o déjalo", indica su pertenencia a un grupo
ultraderechista.
Los desmentidos y la evidencia de la falsificación no interrumpieron
los efectos del rumor. En junio, el Concejo de Valinhos, aprobó una
moción de protesta contra el supuesto libro de geografía.
Desarmar la intriga cuesta un trabajo al encargado de prensa de la
embajada de EU en Brasilia, Wesley Carrington, quien envió a Valinhos
los documentos que comprueban el fraude.
Carrington dijo comprender esas reacciones porque hay algunas similares
en su país. El reconocimiento de un monumento como patrimonio cultural
de la humanidad es motivo de orgullo en cualquier país, pero en EU
muchos lo sienten como "el primer paso para la desnacionalización",
dijo el diplomático a Tierramérica .
Los temores se intensifican con comentarios como los de Pascal Lamy,
director general de la Organización Mundial del Comercio, quien declaró
en febrero que podría aplicarse una "gestión colectiva internacional" a
la Amazonia, si se declararan "bienes públicos mundiales", aunque
manteniendo la propiedad nacional.
No hay razón para temer esa posibilidad ni una ocupación extranjera de
la Amazonia, según Guarino Monteiro, coronel reformado del Ejército de
Brail y profesor de la Escuela de Guerra.
Además de la capacidad de las Fuerzas Armadas brasileñas, los militares
del primer mundo "no saben actuar en ambiente hostil", como se vio en
Vietnam e Irak, dijo Monteiro a Tierramérica .
En cambio, preocupa la ocupación económica, que transfiere al exterior
decisiones que afectan a la región. "Los recursos naturales del mundo
son finitos, y la Amazonia es rica en minerales importantes para
tecnología aeroespacial, señaló.
Para Aluízio Leal, profesor de economía política en la Universidad
Federal de Pará, la Amazonia está internacionalizada por un control
económico.
La economía local está "vinculada de forma umbilical y sometida al
mercado internacional". Gran parte de su producción es exportada y
controlada por empresas transnacionales, como el mineral de hierro de
Carajás, un gigantesco yacimiento, ejemplificó.
Una acción militar en la Amazonia por parte de EU podría materializarse
si los gobiernos de la región le negaran recursos naturales necesarios,
como los energéticos, advirtió Leal. Las presiones sobre Venezuela,
proveedora de petróleo a EU y gobernada por Hugo Chávez, son una
muestra, acotó.
Pero para muchos, la diversidad biológica es el recurso amazónico más
amenazado por la codicia extranjera. La consecuente paranoia contra la
biopiratería está trabando las investigaciones con controles que
dificultan el acceso a materiales biológicos, dijo a Tierramérica
Charles Clement, experto en frutas amazónicas del Instituto Nacional de
Investigación de la Amazonia (INPA).
La biopiratería es el usufructo ilegal de recursos genéticos y
conocimientos tradicionales vinculados a ellos. Sí, hay biopiratas,
pero es "uno en 100" investigadores, sostuvo Clement.
Se ha difundido que la biodiversidad equivale a ganancias en forma de
nuevos medicamentos, alimentos y cosméticos, pero identificar y
desarrollar un producto exige muchos años, entre 10 y 20 en el caso de
los fármacos, comentó.
Su compatriota Thomas Lovejoy, respetado ecólogo, conocedor de la
Amazonia y presidente del Centro Heinz de Washington, tampoco se quejó
de constreñimientos.
El temor a la internacionalización de la Amazonia y a la biopiratería
tal como hoy se manifiesta, "no tiene bases reales", dijo a
Tierramérica .
La biodiversidad amazónica "es robada a las futuras generaciones
brasileñas, sí, pero por su destrucción", la deforestación que
convierte los árboles en dióxido de carbono, dijo Lovejoy.
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Pero... Escrito por Julio Fandiño el 2005-09-30 10:52:36 Cuando el rio suena, piedras y... cañones trae... El IIRSA, comenzó en Brasil. globautopia@yahoo.es | |