Página 1 de 2 Habían
sido exterminados porque eran juzgados como muy peligrosos, o porque el
hombre se apropio de su espacio vital. El lobo, el oso, el lince, el
ave quebrantahuesos, el castor y la nutria llevan a cabo un tímido
retorno hacia Suiza. Pero algunos creen que esto no podrá ser
definitivo.
El oso café que llegó de Italia al cantón de los Grisones este verano
partió ahora hacia territorio austriaco. Pero él u otros animales
regresarán.
Sólo el comportamiento hostil del hombre podría impedirles encontrar un
medioambiente propicio a sus necesidades en los Alpes suizos.
Doris Calegari del Fondo para la Naturaleza,el WWF sección Suiza,
comenta al respecto: "Los expertos de la Confederación estiman que en
Suiza habrá suficiente espacio para recibir a una veintena o treintena
de cuadrúpedos."
El oso café aparecido en los Grisones fue recibido con mucho entusiasmo
y curiosidad ya que el animal se vio beneficiado del interés del
público.
Los turistas se dirigieron al valle de Münstair con la esperanza de
verlo, teniendo tal vez en la mente la figura inofensiva del Winnie The
Pooh, el célebre osezno de los dibujos animados.
Por su parte, los expertos observan este fenómeno con cierta inquietud.
La población debe reaprender a cohabitar con especies que habían
desaparecido del territorio helvético entre los siglos XIX y XX. Un
aprendizaje que puede partir, o bien, de un exceso de miedo, o, al
contrario, de un arranque de simpatía.
El hambre, origen de la desaparición
La terrible lucha que liberan el hombre y el animal para controlar el
mismo territorio es, frecuentemente, el origen de la desaparición de
numerosas especies. Esta regla es válida para el lobo, el oso, el lince
y la nutria. Esta última fue acusada de aniquilar los recursos de la
pesca que el hombre requiere.
En lo que respecta al castor, la causante de su exterminación ha sido la canalización de muchas vías acuíferas.
El hambre de los predadores y del hombre mismo es un elemento central
para la comprensión de esta desaparición de especies salvajes. Tal es
el caso de la cabra montés, acosada sin piedad por los cazadores en la
región de los Grisones.
Si se cree en la leyenda, los habitantes de ese cantón suizo habrían
hurtado algunos especimenes de la reserva nacional real del Gran
Paradiso, en la provincia del Piemont, en Italia.
Otras voces sostienen que estos animales fueron ofrecidos por su Majestad, el rey Umberto I.
Pero independientemente de lo que verdaderamente pudo haber originado
la llegada de estos animales, este episodio es emblemático de la
precariedad alimenticia que afectó a la población alpina y que llevó a
la sobreexplotación de ese territorio.
En la lucha por la supremacía
El hombre y el animal libraron una lucha sin perdón, en un duelo que no
sólo giraba en torno a la alimentación. El instinto dominante, propio
del ser humano, también marcó profundamente este enfrentamiento. Sobre
todo, cuando el hombre quiso afirmar su superioridad ante la naturaleza.
Algunos animales adquirieron una reputación siniestra, como fue el caso
para el osífraga o quebrantahuesos de quien se decía que dirigía los
rebaños hacia los barrancos, para después devorar sus esqueletos.
"Actualmente sabemos que todo eso es mentira", indica Doris Calegari.
"Estas aves se alimentan de carroñas pero no conducen a ningún animal a
los abismos de las montañas", explica.
Pero las leyendas son persistentes. Actualmente algunos temen el
regreso de los animales salvajes. "El grado de aceptación de los
ciudadanos sigue siendo un problema", opina.
"Los hemos constatado con el lobo y el lince: las resistencias existen,
sobre todo entre los agricultores y criadores de animales". Los
cazadores tampoco se muestran muy de acuerdo con su regreso, pues son
sus más férreos competidores.
En las ciudades esta hostilidad es menos pronunciada, pero no al punto
de aceptar sin reserva el regreso de las especies desaparecidas. Un
sondeo reciente demuestra que 68% de los suizos aceptan el lince, 50%
se pronuncian a favor del oso, pero sólo 47% aceptan el lobo.
Regreso posible
Un oso, tres lobos y una centena de linces no pueden ser considerados
como la señal del regreso definitivo de estas especies a los Alpes
suizos. Los quebrantahuesos liberados en el parque nacional atravesaron
la frontera para anidar.
La nutria como el quebrantahuesos sirven de indicadores biológicos.
Demuestran la existencia de una naturaleza sana, que no ha tenido lugar
en nuestras latitudes desde hace tiempo.
Su regreso es posible, precisamente debido a que el hombre no requiere
ya de la explotación del medio ambiente en el masivo alpino, con la
intensidad que lo hizo en el pasado. "La situación es totalmente
diferente desde hace un siglo", indica la experta del WWF.
La última palabra pertenece al público. Éste, en efecto, deberá superar
sus temores para aceptar el retorno de esas especies y las
consecuencias de su presencia, o, a la inversa, podrá poner punto final
a la historia de esos animales en nuestro territorio.
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El regreso de animales en extinción Escrito por Invitado el 2005-09-19 23:20:31 Opino que la nota es muy buena. Me parece que explica bien la situación. En mi opinión personal me alegra que estos animales regresen y que se conserven las especies. Espero que el hombre acepte y permita la expansión de estos animales. | |