Una
empresa encontró que es posible producir cal a partir de los residuos
que genera la industria en el procesamiento de la piedra caliza. Se
trata de capas muy finas de material que no son aprovechadas y generan
contaminación. Por eso diseñarán un horno piloto para fabricarla.
El descarte de la producción de cal puede convertirse en cuestión de
meses en un nuevo potencial de negocios para la zona de Cuyo. Tras una
serie de ensayos de laboratorio, la Universidad Nacional de San Juan
(UNSJ) encontró que es posible elaborar cales de alta reactividad a
costos competitivos tan sólo con emplear los restos de piedras calizas
desaprovechados hasta ahora. Junto con la empresa C&B Ingeniería
SH, el instituto de Ingeniería Química de la casa de altos estudios
demostró que a través de un novedoso proceso de calcinación se pueden
utilizar los materiales finos antes rechazados por no cumplir con los
parámetros establecidos por la industria.
La cal es, probablemente, el producto de una reacción química más
antiguo utilizado por el hombre. Se obtiene de las piedras de caliza,
expuestas al calor durante un lapso determinado, se utiliza para la
agricultura y estabilización de suelos, el tratamiento de aguas, la
producción azucarera, la construcción, el procesamiento de minerales,
la siderurgia y las industrias de la celulosa y el papel.
El uso intensivo de este producto para sus múltiples aplicaciones ha
incentivado la explotación de los yacimientos de caliza para generar
los distintos tipos de cales que ellas demandan. Pero la tecnología
industrial condiciona los tamaños de piedra caliza a utilizar en la
fabricación de cales y deja un rechazo de material fino (menor a 12
mm), que en la actualidad supera los tres millones de toneladas, en
sólo dos de los distritos de explotación sanjuaninos (Los Berros y
Villicum). Por otra parte, estos finos están generando un impacto
ambiental negativo en el medio circundante a las explotaciones debido a
que su disposición produce, principalmente, la dispersión de polvos y
la alteración del paisaje. Este aspecto afecta la calidad de vida de
las poblaciones de la zona.
Con los resultados del estudio, la Unidad de Vinculación Tecnológica
(UVT) de la UNSJ gestionó fondos ante la secretaría de Ciencia, Técnica
e Innovación Productiva de la Nación (Secyt ) y logró más de 32 mil
pesos para poner en marcha el diseño y construcción de un horno piloto
que producirá la nueva cal.
Si el plan de la institución llega a materializarse como fue pensado,
esta alternativa se perfila como una oportunidad de negocio con amplias
perspectivas de crecimiento y oportunidades de asociación con actuales
productores. Como un modelo de gestión compartida entre sector público
y privado, los realizadores de este proyecto dividieron las tareas en
forma equitativa: mientras la ejecución está a cargo de la empresa y de
su administración se ocupa la universidad a través de la UVT, el
Instituto de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería se encarga
de la coordinación y ejecución, además del aporte de infraestructura,
ingeniería, análisis y ensayos.
Tal como dio a conocer la UNSJ, la idea de desarrollar este prototipo
de reactor a escala piloto es plantar el diseño de uno a escala
industrial. Por eso el plan para una evaluación de los rangos óptimos
de operación del reactor y de los aspectos económicos del proceso.
Según el plan original, la idea es que al finalizar el proceso la
planta pueda ensayar por lo menos tres tipos de carbonatos para la
producción de cales requeridos por diversas industrias (carbonato de
calcio, de magnesio y dolomitas). "El diseño propuesto prevé un óptimo
contacto entre las fases sólida y gaseosa, facilitando la transferencia
de calor y disminuyendo el tiempo de residencia necesario para asegurar
la reacción completa del material", indicó el informe de la
universidad.
De acuerdo con la evaluación de la institución cuyana, "la calcinación
de los carbonatos naturales es un proceso complejo donde se deben
combinar las ecuaciones que cuantifican el transporte de materia y
calor con la cinética de la reacción, para determinar el tiempo de
contacto necesario para completar la transformación del carbonato en el
óxido correspondiente". Al parecer, la determinación del tiempo de
reacción y la temperatura de descomposición son parámetros críticos
cuando se considera la calidad exigida al producto final para ciertas
aplicaciones.
El conocimiento de cómo dimensionar y construir las unidades de
producción permitirá ofrecer tecnologías nuevas para el procesamiento
de finos. La posibilidad de obtener el know-how sobre tecnologías de
calcinación, a partir del conocimiento derivado de la ejecución de este
proyecto, abre posibilidades interesantes para las partes que
intervienen, para las empresas productoras de cal, que pueden mejorar
las condiciones de competitividad y para potenciar la economía de la
región. Estas perspectivas producen efectos positivos sobre la
situación social. El proyecto permitirá aprovechar capacidades
desarrolladas tanto en el sector científico tecnológico público como en
la actividad privada, mostrando que es posible y auspicioso el esfuerzo
conjunto, para el desarrollo económico y social de la región y el país.
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