La cuenca amazónica no retiene el CO2 que se esperaba |
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Publicado por Administrador
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sábado, 03 de septiembre de 2005 |
La
mayor parte del carbono exhalado como dióxido de carbono (CO2) en la
cuenca del Amazonas ha estado no más de 5 años aprisionado en la
vegetación y los suelos, lo que defrauda las esperazas que se habían
depositado en la capacidad de regiones como ésta de retener carbono
durante décadas e incluso siglos, mitigando así los efectos nocivos del
exceso de CO2 atmosférico provocado por el Hombre.
El descubrimiento lo han hecho investigadores estadounidenses y
brasileños. "Se había esperado que regiones como la Gran Cuenca del
Amazonas, donde los bosques tropicales rápidamente absorben el dióxido
de carbono durante la fotosíntesis, fuesen capaces de ejercer un
duradero secuestro del carbono", explica Emilio Mayorga, oceanógrafo de
la Universidad de Washington.
A medida que numerosos estamentos políticos se decantan cada vez más
hacia el comercio de créditos o cuotas de carbono como un medio de
lidiar con los impactos del cambio climático inducido
antropogénicamente, se hace más crítico conocer cuánto carbono se puede
guardar de forma sólida, dónde y por cuánto tiempo.
Mediciones previas habían comprobado que el carbono presente en los
ríos que procedía de los bosques circundantes, tenía de 40 a más de mil
años de edad. Se asumió, por tanto, que el retorno de este carbono de
la selva a la atmósfera debía ser un proceso lento que ofrecía al menos
una tregua temporal para los impactos del Efecto Invernadero.
El nuevo estudio constituye el análisis por datación mediante
radiocarbono más exhaustivo que se haya hecho alguna vez para una
cuenca individual. Ningún estudio tropical previo ha usado al mismo
tiempo el isótopo de carbono-14 radiactivo y el isótopo estable
carbono-13 para tratar de resolver estas cuestiones.
La investigación ha revelado que la respiración del río es mucho más
profunda y rápida de lo que nadie imaginaba. La cantidad enorme de
dióxido de carbono silenciosamente devuelto a la atmósfera es mucho más
joven que la arrastrada corriente abajo.
El carbono, transportado por las lluvias y el agua subterránea, es
utilizado por microorganismos, insectos y peces. El dióxido de carbono
que generan retorna con extrema rapidez a la atmósfera, a razón de unos
500 millones de toneladas al año, una cantidad igual a la que es
absorbida anualmente por la selva amazónica.
Todo ello indicaría que el depósito de carbono es muy dinámico, lo que
podría hacer al sistema mucho más reactivo a la deforestación y al
cambio climático. Por ejemplo, los datos de una región de deforestación
amazónica activa en la zona meridional ya demuestran que el carbono que
sale de los ríos tiene una señal o firma isotópica identificable como
proveniente de pastizales.
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