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fueron los problemas generados por la Minera Manhattan-Sechura,
subsidiaria de Manhattan Minerals de Canadá, que intentó explotar minas
a cielo abierto bajo el poblado de Tambogrande (Piura-Perú) y del Valle
de San Lorenzo, uno de los más fértiles de Perú y sin disponer de
licencia social. La población se opuso férreamente en defensa de su
tierra y nuestro ministerio de Energía y Minas (y otras autoridades),
retiraron su apoyo a la Manhattan-Sechura, que ha llevado este caso a
un arbitraje internacional.
Hoy se trata de las perniciosas pretensiones de la
compañía minera Majaz, subsidiaria de la Monterrico Metals de
Inglaterra, que pretende explotar el proyecto minero Río Blanco
(explotación cuprífera a cielo abierto y hoy en proceso de factibilidad
en la zona) en las cabeceras de este río en el distrito de Carmen de la
frontera, comunidades de Segunda, Cajas y Yanta (Huancabamba y Yanta,
Piura).
Las grandes cuencas en las que se concentra la biodiversidad y
actividad agropecuaria de Piura, son las de los ríos Chira, Piura y
Huancabamba. En un escenario de diversas empresas mineras operando en
muchos sitios con tajos abiertos, el futuro inevitable es la
desertificación de esta región agraria (con la consecuente extinción de
mucha avifauna silvestre), pues el mapa de denuncios mineros afecta no
sólo a las zonas agrícolas de Costa y sus bosques secos, sino también a
las nacientes de las principales cuencas de todo Piura. Se encuentran
bajo denuncios, en la zona andina de Piura, el curso del río Chipillico
y su naciente, donde toma el nombre de río San Pedro, cuyas aguas
desembocan al Reservorio de San Lorenzo, el curso del río Quiroz cuyas
aguas desembocan al Reservorio de Poechos y también la naciente del río
Huancabamba.
Nuestro singular y frágil ecosistema de páramos y bosques de neblina de
Piura, se encuentra casi en su totalidad denunciado por las empresas
mineras (son más de 200 denuncios mineros sólo en las provincias de
Ayabaca y Huancabamba). Destacándose las grandes concesiones de Minera
Majaz-Monterrico Metals de Inglaterra, Newmont de EEUU y Minera San
Jorge, donde registramos una especial, endémica y amenazada
biodiversidad. Este es el último refugio en Perú de los casi extintos
tapires de altura (tapirus pinchaque), los que se han refugiado en el
área por su especial climatología y agreste geografía. Estos fósiles
vivientes, cuya población no excede los 2,500 ejemplares en el mundo
(CC. Downer) y menos de 500 en Perú (A. Zegarra Pezo), se han refugiado
en algunos agrestes lugares de nuestra serranía piurana, hoy
denunciados por los mineros (Monterrico Metals y Newmont) para realizar
explotaciones mineras a cielo abierto.
Tal vez un 90% de la población de tapirus pinchaque de Perú, supervive
actualmente en los páramos y bosques de neblina del noroeste de Perú,
su especial hábitat será arrasado para dar paso a explotación minera a
cielo abierto, eliminando, de esta forma, a un ecosistema vital que
alberga además a otras especies registradas también como en vías de
extinción por la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y por el
Decreto Supremo peruano 013-99-ag.
Nuestros tapires de altura viven en una armoniosa co-evolución con los
felinos más raros del mundo, el muy pocas veces avistado gato andino
(oreailurus jacobita), osos de anteojos (tremartos ornatus), venados
enanos (pudu mephistopeles), majaz (agouti taczanowsky y dinomiz
braniickii), pava aliblanca (penélope albipennis), pava barbada
(penélope barbata), cóndor andino (vultur griphus), jaguares (pantera
onca), gato montés (felis colocolo), tigrillo (felis pardalis), etc.
Existen, además, muchas otras especies en vulnerabilidad, raras, sin
estudio y aún no descubiertas por la ciencia mundial.
La arqueología registrada en estas zonas es de veras impresionante,
alguna está registrada y mucha aún no. A pesar que nuestras leyes no
permiten concesiones mineras en áreas arqueológicas, como es el caso de
nuestra serranía piurana, los mineros siguen adelante con sus
proyectos, sin importarles mucho la destrucción de monumentos
arqueológicos de inestimable valor para la ciencia mundial.
El especial y aún saludable clima de nuestra serranía piurana y
especialmente de nuestros bosques montañosos tropicales, han dado lugar
a nuevas actividades ecológicas y para desarrollo sostenido, como son
la producción de café orgánico, exportado casi en su totalidad a
Alemania por la Central Piurana de Cafetaleros -Cepicafe que agrupa a
3,700 familias del norte de Perú. La producción de panela granulada
(azúcar ecológica), derivado de la caña de azúcar, es hoy un producto
cuya demanda internacional se ha incrementado notablemente y agrupa a
decenas de familias de nuestra serranía.
La empresa comunal de servicios comunitarios La Orquídea de
Cujaca-Ayabaca, se ocupa de la conservación, manejo y comercialización
de orquídeas. En nuestras altas lagunas de las Huaringas de
Huancabamba, sabios maestros de nuestra ancestral medicina tradicional
incaica utilizan productos de la madre naturaleza silvestre de nuestros
energéticos páramos y bosques de neblina para realizar sus fantásticas
curaciones. Este supremo accionar da lugar a un turismo de la salud y
esotérico que ocupa a cientos de personas de Huancabamba y anexos.
En el caserío el progreso de Suyo-Ayabaca, los pobladores han instalado
la empresa para derivados lácteos Blanca Nieve y se elaboran deliciosos
dulces de leche como la natilla y el manjar además de ligero yogurt,
utilizando leche de ganado caprino cuya crianza es la principal
actividad del lugar.
En nuestro cercano Querecotillo (Sullana) se produce y exporta plátano
orgánico y exportación de mango además de arroz, maíz, cereales
diversos y todo tipo de frutas es un renglón económico muy importante
para miles de familias. La maravillosa fertilidad de nuestros suelos y
pureza de nuestro ambiente dan lugar a que en el norte peruano se pueda
desarrollar cualquier tipo de actividad agrícola con resultados
prodigiosos, en especial la orgánica. Sin embargo, agrediéndonos
siempre con su poder económico, millonarias transnacionales mineras,
coludidas con autoridades peruanas deslumbradas por un fulgor efímero,
no dudan en pretender arrastrarnos bajo el tempestuoso caudal de un
desarrollo insostenido y finito, tratando de imponernos un esquema de
vida artificial y muy distinta al nuestro.
Sin lugar a dudas que la explotación minera a cielo abierto en una
región tan frágil como nuestros Andes septentrionales no sólo
extinguirá a especies únicas en Perú como el tapir de altura, sino
también agotará y contaminará irreversiblemente nuestras reservas
acuíferas. En muy poco tiempo destruirá un conjunto de ecosistemas que
demoraron miles de años en desarrollarse, eliminará totalmente nuestra
súper farmacia y extinguirá decenas de especies aun sin haberlas
conocido. No habrá dinero en el mundo para restituirlo y menos para
anular la letalidad de los mortales elementos químicos que allí
descansan, arrojados por los mineros, siempre activos por cientos y
cientos de años. Así acaba la vida.
'El proyecto minero Río Blanco de Minera Majaz subsidiaria de la
Monterrico Metals de Inglaterra, actualmente en fase de factibilidad en
las provincias de Huancabamba y Ayabaca, tiene proyectado extraer
anualmente 20 millones de toneladas de cobre y estima niveles de venta
bruta de ese recurso por 500 millones de dólares al año', según
informan técnicos de Minera Majaz
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Explotación minera, caos ecológico Escrito por Invitado el 2005-10-11 01:29:33 ¿Porqué las autoridades no respetan los convenios internacionales que protegen la vida en vias de extincion que existe en la serrania Piurana?. Creo que Alejandro es el único que sabe realmente lo que hay en las concesiones de los mineros, por eso lo hostigan tanto. | |