Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (conocidos como RAEEs ) son el principal motivo de debate a la hora de pensar en el sistema de reciclaje de una ciudad, una provincia o un país entero. Pero también son motivo de molestia para representantes gubernamentales y empresas privadas por la urgente necesidad de asumir la responsabilidad de un tipo de residuo altamente contaminante para el medio ambiente.

De hecho, en nuestro país, fue un fracaso absoluto la pérdida de estado parlamentario de la Ley de Basura Electrónica que buscaba dar tratamiento a estos residuos tóxicos, prohibir el uso de sustancias tóxicas en su fabricación y obligar a las empresas a hacerse responsables legal y financieramente de la gestión (reutilización y reciclado) de los residuos de sus aparatos.

Lo curioso es que estas mismas personas que dejaron pasar una verdadera oportunidad de responsabilidad productiva en el país no advierten que estos residuos son, al mismo tiempo, verdaderas fuentes de materia prima que pueden reinsertarse en la industria para la elaboración de nuevos dispositivos u otros fines. Cada pequeño componente que conforma un celular puede volver a formar parte de la elaboración de un nuevo teléfono u otro aparato con sólo realizar una correcta disposición y posterior separación de piezas.

Durante el fervor y entusiasmo que causó la llegada al mercado tecnológico del iPhone 5C parece haber pasado desapercibido un pequeño detalle: la empresa asumiría la responsabilidad como productor de celulares viejos para aquellos que deseaban reemplazarlo por el nuevo ejemplar.

El programa

Bajo el lema "Cambiá tu iPhone por otro nuevo", Apple relanzó el programa de responsabilidad extendida a comienzos de septiembre pasado. ¿En qué consiste? Un consumidor que tenga modelos anteriores de cualquier generación de un iPhone podrá cambiarlo recibiendo una tarjeta con crédito para la adquisición de uno nuevo, conforme el estado del dispositivo entregado. Por ejemplo, podrán llegar a obtener hasta un descuento de US$ 52 por un iPhone 3GS.

El consumidor debe cumplir ciertas condiciones para que el cambio sea efectivo: el celular debe estar usado pero aún ser funcional; sólo puede realizarse la operación en tiendas oficiales de Apple; el nuevo iPhone sólo podrá adquirirse bajo la modalidad de contrato y no libre; no pueden cambiarse los teléfonos dañados por agua pero sí los que tengan la pantalla rota.

Considerado como un "Programa de Reutilización y Reciclaje", el objetivo de la campaña busca brindarle facilidades económicas al cliente en la adquisición de un nuevo teléfono (según medios estadounidenses el dinero a recuperarse oscila los US$ 120 y US$ 250) y, al mismo tiempo, contribuir en el cuidado del medio ambiente asumiendo la responsabilidad por la disposición y destino final de los productos.

Cabe destacar que la compañía ya contaba con un programa de reciclaje en funcionamiento a través de correo electrónico donde los usuarios podían donar sus dispositivos dañados o rotos, la novedad desde septiembre del pasado año se puede ponerse en práctica en las 250 tiendas o Apple Stores, al momento, sólo de Estados Unidos.

Reciclando celulares

Desde Apple aseguran que el Programa de Reutilización y Reciclaje forma parte del compromiso de la compañía por minimizar el impacto que sus productos tienen en el medio ambiente. Aquellos dispositivos que aún funcionan y puedan volver a insertarse en el mercado como tales son enviados a una compañía que se ocupa de repararlos y se venden posteriormente en el país.

En cambio, los que ya no tienen posibilidades de un valor en el mercado, son desmontados y se les extraen todos aquellos componentes que pueden ser reutilizados:

• El vidrio y el metal son reprocesados para su uso en nuevos productos.

La mayor parte de los plásticos son reprocesados en un nuevo material secundario.

• Se estima que, con los materiales de reprocesamiento y reutilización de componentes, Apple alcanza una tasa de recuperación del 90% en peso del producto original.

Les compartimos un dato que nos pareció interesante: en este enlace webhttp://www.apple.com/es/environment/reports/ podrán consultar el informe ambiental de cada producto de Apple para conocer qué características de sustentabilidad aplicaron en su elaboración.

¿Obsolescencia o responsabilidad?

Si bien debemos admitir que adoramos la tecnología y Apple siempre nos sorprende con aquellos pequeños detalles que hacen grande a sus dispositivos, muchas veces nos cuestionamos las prácticas de la empresa. ¿En qué sentido? En la ya conocida, especialmente en el rubro tecnológico y de electrodomésticos, obsolescencia programada. No terminamos de adaptarnos a un smartphone que al año siguiente ya sale uno nuevo que nos incita a comprarlo por quizás sólo unas pocas características diferenciales.

Y esto no lo hace sólo Apple sino las múltiples compañías dedicadas a proveer constantemente de productos al público. Aquí es donde entonces debe hacerse valer nuestra responsabilidad como consumidores. Por un lado, investigando sobre las condiciones de producción de los productos y tratando siempre de prever las posibilidades que ofrecen en cuanto a la disposición final del producto. Por otro, y el aspecto más importante, asumiendo una postura crítica y responsable a la hora de consumir. Si nuestro celular aún funciona y cumple a la perfección con sus funciones: ¿Para qué comprar uno nuevo? O incluso, si continúa operando correctamente, la posibilidad de que tome vida en las manos de otra persona que lo necesite. Exijamos a las autoridades públicas y privadas la obligatoriedad de su responsabilidad pero también asumamos la propia.

Sí, las empresas deben asumir su responsabilidad extendida como productores. Pero sí también nosotros como consumidores tenemos una responsabilidad consciente a la hora de comprar un producto. Como siempre expresamos, el acto de compra es un voto por una determinada forma de producción.