El reciclado, en el marco de la cada vez más afianzada visión de un mundo más sustentable, más consciente y comprometido con el futuro, llegó también al interior de nuestros hogares. Además de reciclar muebles antiguos, que expresan historia y calidez, la nueva tendencia es percibir que los objetos pueden tener tantos usos como necesidades tengamos. La clave está en “resignificar”. Sólo basta un poco de imaginación.

Latas de pintura vacías amuradas a la pared con tornillos pueden servir como percheros o para guardar medias, ropa interior o pañuelos.

Los neumáticos reciclados o las botellas de plástico se vuelven perfectos maceteros. Los dientes de un viejo rastrillo se transforman en una forma divertida y original para organizar copas.

No tires los caños plásticos sin uso, cortalos en tiras de aproximadamente 40 cm y amuralos apilados. Podés guardar zapatos, medias ¡o lo que se te ocurra!

También podés pedirle a tu verdulero los “mejorcitos” cajones para lijarlos, pintarlos y reutilizarlos como estantes.

Y hasta podés colgar una escalera de pintor de forma horizontal y ¡voilá! se transforma en biblioteca.