El electrodoméstico está basado en "la forma tradicional de hacer jabón de las abuelas de toda la vida", pero lo que hace es "industrializar" el proceso para "hacerlo más fácil para nuestro estilo de vida actual, en el que trabajamos y tenemos poco tiempo", señala la joven.
Su forma se asemeja a una pequeña caja blanca cuadrada, con un depósito superior donde, una vez filtrado, se echa el aceite, que va a parar a un bol interno donde se mezcla con el resto de productos.
La mezcla resultante se deposita en un molde, donde a las 48 horas ya se ha convertido en una pastilla de jabón que se puede "partir con la mano sin necesidad de cuchilla".
"La materia prima principal es el aceite usado aunque también se puede usar virgen", al que habría que añadirle soda cáustica y agua y si se quiere, de forma opcional, alguna fragancia para que huela bien.
Reciclar en casaEste innovador electrodoméstico ayuda a deshacerse del aceite usado de manera fácil, sin salir de casa y cuanto uno decida; nace para encargarse de realizar todo el proceso sin necesidad de que la persona lo controle y "minimizando la exposición a la soda cáustica tan corrosiva".
"Si tenemos en cuenta que una persona consume y genera una media anual de cuatro litros de aceite y un litro de aceite contamina mil de agua, con Fábrica de Jabón dejaría de contaminar 333 centilitros de agua mensuales", explica Blanco.
Con medio litro de aceite se obtienen 850 gramos de jabón, lo que a su juicio "rinde para mucho" porque permite "limpiar los platos directamente con la pastilla", usarlo en la lavadora si se ralla o diluirlo en el agua para fregar el suelo y así conseguir "una limpieza ecológica del hogar".
Primer premio internacional de diseñoActualmente el prototipo está en fase de "testeo" antes de sacarlo al mercado y Blanco explica su funcionamiento con la maqueta, con la que ganó el primer premio nacional del concurso internacional de diseño James Dyson Award.
La idea de crear este electrodoméstico surge, según la emprendedora, a consecuencia de "la observación" del entorno a la que se dedican los diseñadores industriales para tratar de resolver problemas de la vida cotidiana como qué hacer con el aceite de las patatas fritas. "Empecé a buscar por interés ciudadano y encontré que el que quiere reciclar lo tiene un poco difícil, porque no todas las ciudades tienen acceso a un punto limpio", relata para asegurar que con la inquietud "por cambiar el mundo" que le da ser diseñadora industrial se propuso "hacer algo para solucionar el problema".
Aunque su principal uso es ayudar al reciclado de aceite doméstico, Fábrica de Jabón también ha despertado el interés para su utilización en los sectores de la hostelería y la restauración aunque su creadora considera que ese paso "será posterior".
Su proyecto nació tutelado por la incubadora de proyectos sociales Socialnest, a la que Blanco agradece haber puesto a su servicio herramientas como la formación, la mentorización, el marketing, la venta y la comunicación virtual, "que cuestan mucho dinero" y a las que de otra forma, los jóvenes emprendedores no podrían acceder.