¿Dolor de cabeza después de una jornada agotadora de trabajo? La solución la tenemos muchas veces al alcance de la mano en la mesa de noche: dos antiinflamatorios con un vaso de agua y se acabó el problema. Fin del dolor para los humanos, pero probablemente el inicio de una real amenaza para las peces. Los residuos de los medicamentos son los nuevos contaminantes de las aguas del planeta.
Resulta que la próxima vez que vaya al baño, renovado y probablemente sin jaqueca, eliminará a través de la orina entre el 50 y el 90% de la pastilla que tomó para aliviar el dolor. Estos residuos viajan por el desagüe y van a parar a las aguas servidas.
Al no existir mecanismos de depuración 100% efectivos, los residuos regresan a las aguas donde peces, crustáceos y miles de especies marinas terminan consumiendo el resto de ese medicamento que los humanos desechamos.
Los científicos europeos están alarmados por la situación. En Francia, un grupo de investigadores encontró residuos de ibuprofeno, aspirina y antidepresivos en las superficies de ríos cercanos a Burdeos y hasta en el famoso río Sena, que atraviesa la ciudad de Paris.
Del cuerpo al océano
“Estos residuos de medicamentos pueden causar problemas en la reproducción de la especie marina y además bajan las defensas de su sistema inmunitario”, dijo Philippe Garrigues, del Instituto Nacional de Investigación (CNRS, por sus siglas en francés) de Francia. El nivel de toxicidad y su impacto en las especies está en estudio.
En España, los investigadores encontraron residuos de medicamentos en los tejidos de algunos peces como anguilas y carpas en los ríos Llobregat, Júcar y Guadalquivir.
A un ser humano el diclofenaco (más conocido como Voltarén) le puede desinflamar un tobillo o eliminar su dolor de espalda. Pero el impacto es negativo cuando este fármaco llega a una especie marina. Puede, por ejemplo, disminuir su fertilidad.
También se han encontrado en ríos de España concentraciones de hormonas y esteroides provenientes de los residuos de las pastillas anticonceptivas.
“Esto altera el equilibrio de reproducción, inducen un cambio de sexo en los peces haciendo que las poblaciones sean fundamentalmente de hembras”, le dijo Alberto Fernández del grupo ecologista WWF (World Wide Fund Nature).
El champú y el maquillaje también
Nuestra higiene cotidiana también contribuye contaminar las aguas del planeta. Algunos de los componentes del champú que utilizamos en la ducha diaria o los compuestos del maquillaje femenino son una amenaza para las especies marinas.
Estos residuos tampoco están siendo eliminados en el proceso de purificación de las aguas. “Esto se debe a que cuando las estaciones de depuración fueron construidas en Francia, no fueron concebidas para tratar este tipo de productos en las aguas”, dijo Garrigues.
En España hay un panorama similar. Solo se purifica el 50% de las aguas residuales urbanas, según confirmó el grupo ecologista WWF.
La situación es aún más preocupante cuando estas aguas, que contienen nuestros desechos sin ser totalmente depurados, llegan a míticos lugares como el Parque Nacional de Doñana, situado en Andalucía, España, donde habitan más de 200 mil aves marinas.
A la lista de estos “nuevos” contaminantes también se suman el champú para perros y otros líquidos desinfectantes. En los ríos de Francia los científicos encontraron residuos de esos productos que se utilizan para el cuidado de animales.
“Muchas veces se trata de algunos nanogramos de estos productos por litro, pero aún es difícil establecer su toxicidad o establecer una relación de causa-efecto porque son productos de los cuales no tenemos muchos datos”, señala Garrigues.
Qué dice la ONU
Para Naciones Unidas, hay un reconocimiento del impacto global de la situación.
“Hemos recomendado realizar estudios para medir el impacto a largo plazo que puede tener para la salud humana la presencia de estos residuos en el agua”, aseguró María del Pilar González, de la Oficina de la ONU para el apoyo al Decenio Internacional para la Acción del Agua.
Para los científicos una de las soluciones es modernizar y actualizar los métodos de depuración del agua. Hoy en día solo se elimina el 40% de estos incómodos residuos, según González.
Pero la otra parte de la solución está en nuestras manos. Los investigadores aseguran que hay que ir a la fuente del problema.
No tenemos que llegar al extremo de renunciar a tomar una ducha con champú, siempre que utilicemos cantidades razonables.
Según la Organización Mundial de la Salud, el 50% de los fármacos son empleados de manera inapropiada.
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