En 2011, Haití se vio asolado por una verdadera catástrofe natural. Un terremoto de magnitud 7,0 en la escala de Richter terminó con la vida de 220.000 personas. Alrededor de un año más tarde, la tierra volvió a temblar, esta vez en Nueva Zelanda. El saldo: 187 muertos. Mientras Haití es considerado un “estado fallido”, ya que más de la mitad de su población vive bajo el nivel de pobreza, Nueva Zelanda es un país desarrollado y en democracia. A menudo, los factores sociales son decisivos. El grado de destrucción que puede causar una catástrofe natural, como un terremoto, un huracán, una inundación o un período de sequía depende en mucho de ellos.
Países caribeños, expuestos a altos riesgosEl grado de vulnerabilidad de un país ante los peligros naturales es mucho más decisivo que un fenómeno natural en sí mismo, o que su intensidad, dice Jörn Birkmann, de la Universidad de las Naciones Unidas, en Bonn. Birkmann es uno de los autores del
Índice Mundial de Riesgo 2012, elaborado en conjunto con la ONG “Alliance Development Works”, que fue presentado el pasado 12 de septiembre.
El índice comprende a 173 países y mide el riesgo que éstos corren si se produjera un fenómeno natural como, por ejemplo, el ascenso del nivel del mar. De acuerdo con el análisis, las islas del Pacífico serían las más afectadas. La república insular de Vanuatu, por ejemplo, corre el mayor riesgo, con un 36,31 por ciento. Le siguen Tonga, con un 28,62 por ciento, y Filipinas, con un 27,9 por ciento. También el Caribe, Centroamérica y África están entre las regiones más expuestas. Al fin de la lista está Qatar, con un riesgo por debajo del 1 por ciento.
Argentina, con 3,70 por ciento, ocupa el puesto 130, con lo cual está en la más segura en cuatro de las cinco clasificaciones de riesgo (la excepción corresponde a la probabilidad de sufrir daño, a la que corresponde un rango medio). “El Índice Mundial de Riesgo abarca los peligros causados por fenómenos naturales, teniendo en cuenta la vulnerabilidad de los distintos marcos sociales, dice Peter Mucke, director de la organización “Alliance Development Works”. “Eso significa analizar si la personas están más expuestas a catástrofes que en otros lugares, y si los gobiernos tienen la posibilidad de adaptarse como para superarlas o tomar medidas preventivas.”
Las sociedades más vulnerables son las más pobresLos países que pueden llegar a resultar más dañados por un fenómeno natural extremo son aquellos con una mala infraestructura y una situación de alimentación y vivienda deficiente, explicar Jörn Brinkmann, de la Universidad de la ONU en Bonn. Por otro lado, “la capacidad de superar catástrofes está directamente relacionada con instrumentos como la asistencia médica, además de un Estado que funcione”, subraya el experto. La capacidad de adaptación a las catástrofes tiene que ver, en definitiva, con la manera en que los países se preparan a mediano plazo para el cambio climático, por ejemplo, a través de inversiones en el desarrollo medioambiental o educacional.
Un ejemplo muy positivo de esto es Holanda, país que se halla por debajo del nivel del mar. Sin los diques, hace tiempo que estaría completamente inundado por el Mar del Norte. Pero, gracias al bienestar económico y social, así como al buen funcionamiento de las instituciones, no es uno de los países en peligro extremo, ocupando el puesto Nr. 51 del Índice Mundial de Riesgo.
Peter Mucke señala que el Índice Mundial de Riesgo se refiere a las causas principales de peligro para los diferentes países. De allí es de donde deben partir el accionar de la política, para poder implementar medidas concretas, basándose en los descubrimientos de la ciencia. La protección del medioambiente es un factor central en la prevención de catástrofes, subraya Michael W. Beck, de la ONG “The Nature Conservancy”, que también participó en la elaboración del estudio. En todo el mundo solo queda un 15 por ciento de los arrecifes de ostras, y cerca de un 40 por ciento de manglares, protección natural de las costas, tan sostenibles y económicas que dejan atrás a cualquier muralla de hormigón. Es por eso que proteger a la naturaleza es la condición fundamental para prevenir cualquier tipo de catástrofe natural.