Las
244 islas, islotes y zonas costeras situadas en el Golfo de California
en el noreste de México y el Parque Nacional Coiba (PNC), en el
Pacífico panameño, forman parte de los nuevos siete sitios declarados
Patrimonio Natural de la Humanidad, informó la UNESCO.
El parque japonés de Shiretoko, en la isla norteña de Hokkaido; los
fiordos Geirangerfjord y Naeroyfjord, en el suroeste del Noruega; la
bóveda de Vredefort, a unos 120 kilómetros de Johannesburgo; Wadi
Al-Hitan, el Valle de las ballenas, en el desierto occidental de
Egipto; y el complejo forestal de Dong Phayayen, en Tailandia,
completan la lista.
Con la decisión adoptada por el Comité del Patrimonio Mundial de la
Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), reunido ayer en Durban (Sudáfrica), la lista del Patrimonio
Natural de la Humanidad se eleva a 160 sitios naturales y 24 mixtos, es
decir, naturales y culturales de un valor "excepcional", subrayó hoy la
Organización.
Las islas y zonas protegidas mexicanas en el mar de Cortez están
consideradas como "un laboratorio para la investigación", pues "todos
los procesos oceanográficos del planeta están representados en el
sitio", que tiene "una belleza natural destacable".
La zona "ofrece un paisaje espectacular de islas de relieve accidentado
compuestas por grandes acantilados y de playas de arena, que contrastan
con el marco desértico que reflejan y las aguas turquesa", destaca la
UNESCO.
El sitio abriga 695 especies de plantas vasculares, más que en
cualquier otro sitio marino e insular de la Lista del Patrimonio
Natural de la Humanidad, y es también "excepcional" desde el punto de
vista del número de especies de peces: 891, de los cuales 90 son
endémicas.
El sitio alberga el 39 por ciento de las especies mamíferas marinas y un tercio de las de cetáceos de la Tierra.
El Parque Nacional Coiba (PNC), en el Pacífico panameño, incluye la
isla de Coiba, 38 islotes y las zonas marítimas del entorno en el Golfo
de Chiriquí.
Al abrigo de los vientos fríos y de los efectos del fenómeno
meteorológico "El Niño", los bosques tropicales húmedos del Pacífico de
Coiba contienen un nivel endémico excepcional para los mamíferos, los
pájaros y las plantas debido a la evolución de nuevas especies.
"Es el último refugio de un cierto número de especies amenazadas" y "un
laboratorio excepcional para la investigación científica y sirve de
escala ecológica clave en el Pacífico tropical oriental para el
tránsito y la supervivencia de peces pelágicos y mamíferos marinos",
destaca la UNESCO.
Del parque japonés de Shiretoko, en la isla de Hokkaido, la más al
norte de Japón, la UNESCO subraya que es un ejemplo destacable de
interacción de ecosistemas marinos y terrestres, así como de gran
importancia para varias especies en peligro endémico.
Sobre los fiordos Geirangerfjord y Naeroyfjord, en el suroeste del
Noruega, los expertos de la UNESCO señalan que son de los más largos y
más profundos del mundo y que están considerados como característicos
de la geografía de los fiordos y como unos de los paisajes más
espectaculares del Planeta.
"Su excepcional belleza natural proviene de paredes cristalinas,
estrechas y abruptas, que se elevan hasta mil 400 metros del mar y se
hunden 500 metros por debajo", aseguran.
De la bóveda de Vredefort, a unos 120 kilómetros de Johannesburgo, la
UNESCO subraya que es representativa de la estructura del impacto de un
meteorito de gran tamaño hace más de 2 mil millones de años, el más
antiguo descubierto hasta ahora.
Sobre Wadi Al-Hitan, el Valle de las ballenas, en el desierto
occidental de Egipto, contiene fósiles de gran valor, pues muestra un
momento precioso de la evolución de este mamífero de su etapa terrestre
a la marina.
Y, por último, del complejo forestal de Dong Phayayen, en Tailandia, la UNESCO retiene su riqueza paisajística y de especies.
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