En
la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA descubrieron que
cada vez que se da este fenómeno climático, las aguas del tramo
inferior del río Luján presentan un aumento de nitritos y cloruros,
entre otros indicadores contaminantes.
Más allá de las temidas consecuencias que genera
en las poblaciones cercanas a la costa del Río de la Plata, ahora los
vientos de la Sudestada no sólo producen crecidas, sino que dejan un
claro síntoma de contaminación ambiental.
Al menos así lo descubrió una especialista de la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la bióloga
Haydeé Pizarro, docente de Ecología General e investigadora del
CONICET, tras estudiar durante más de dos años muestras de agua y datos
que aportan microorganismos como las algas.
"Como efecto de este fenómeno meteorológico aumenta considerablemente
la cantidad de cloruros, nitratos y distintos indicadores de la
contaminación en el tramo inferior del río Luján, afluente del Plata",
indicó la experta.
En declaraciones al Centro de Divulgación Científica (FCEyN), el
biólogo Guillermo Tell, profesor de esa casa de estudios e investigador
del CONICET, aseguró que "estos pequeños vegetales, en su gran mayoría
microscópicos, son importantes indicadores de la calidad del agua. Son
sensibles a cualquier cambio que ocurra en el medio acuático, ya sea de
origen natural o artificial, por lo que se constituyen en eficientes
'detectores' de cambios producto de la actividad humana".
Según se dio a conocer, a lo largo de los 23 kilómetros finales del río
Luján que baña distintos poblados del conurbano bonaerense
pertenecientes a Escobar, Tigre y San Fernando, el equipo de trabajo
siguió en detalle el nivel de contaminantes orgánicos y cómo estos
variaban en presencia de la sudestada.
"Se registra un aumento del 400% de amonio que indica desechos
orgánicos, un alza del 50% de cloruros, señal de desechos urbanos y
cloacales, como el sodio, que también se incrementó alrededor de un
67%"; describió la especialista acerca de los valores recogidos en una
estación de muestreo ubicada a 12 kilómetros aguas arriba de la
desembocadura del río Luján en el Río de la Plata.
A lo que agregó: "La sudestada incrementa el deterioro ambiental dado
que frena el drenaje normal del río hacia el estuario del Río de la
Plata. Su efecto es de tapón. Además, cuando este fenómeno viene
acompañado por lluvias, éstas lavan zonas muy deterioradas y suman más
materia orgánica contaminante".
Para Susana Bischoff, del Departamento de Ciencias de la Atmósfera de
esta Facultad, "las sudestadas se producen durante todo el año, pero
con más frecuencia a fin de invierno y principio de primavera y verano.
Su duración es variable entre 24 y 140 horas, aunque habitualmente
persisten durante dos o tres días".
Las algas tienen la palabra
Para la investigación, los expertos de la UBA recorrieron a bordo de
embarcaciones de la Prefectura Naval Argentina desde el puente de
Panamericana y río Luján hasta su desembocadura a la altura de San
Fernando.
En ese tramo tomaron mensualmente muestras de agua de distintos lugares
para determinar su calidad. Luego, no sólo sometieron las pruebas a los
tradicionales análisis físico-químicos de laboratorio, sino que
pusieron su atención en los pequeños seres vivientes como las algas,
una especie de barómetro de los cambios ambientales. "Estos
microorganismos son marcadores muy sensibles, resumen la historia
físico-química del lugar donde se encuentran", definió Pizarro.
"Dado que tienen estructuras de adhesión que son gelatinosas, provocan
que uno se resbale cuando pisa una piedra donde se hallan adheridas. Un
centímetro cuadrado puede reunir a varios miles de individuos",
describió la especialista.
Si bien algunas flotan y sus medios de locomoción sólo les permite ir
en dirección de la corriente, otras están fijadas al fondo de los
cuerpos de agua tapizando distintos superficies. "Las microalgas sin
movilidad resultan clave para dar cuenta de qué sucede en un punto
determinado donde se ubican", indicó. Su testimonio lo pueden expresar
a través del aumento o disminución de la población, entre otros
cambios. "Ante una perturbación -dice- responden rápidamente, ya sea
cambiando el número de individuos, desapareciendo por completo o
aumentando mucho su número".
La velocidad de reacción es una de las razones para buscarlas como
finas sensoras de la calidad de agua. "Su ciclo de vida es muy corto
para los estándares humanos, porque no sobreviven a los 25 días de edad
en promedio. Esta característica las hace muy plásticas. Si se tomara
como bioindicadores a organismos de ciclo de vida largo, las
adaptaciones serían más lentas y no fácilmente observables en breve
tiempo. Para ellas lo que pasa en minutos, sería comparable a décadas",
precisó.
Algunas especies son típicas de ambientes muy perturbados. Es así que
su sola presencia está indicando esta condición, aunque un análisis
físico-químico pueda resultar cercano a valores normales. "Los estudios
químicos, si bien tienen una enorme validez, toman muestras de un
momento determinado y la contaminación por lo general no es continua
sino por impulsos". Esto quiere decir que, si la corriente se llevó los
nitritos o cloruros de un vertido clandestino, la muestra química no
los mide, pero "las algas, como resumen la historia físico-química de
un punto determinado, están más allá de los vaivenes momentáneos de la
contaminación", subrayó.
Con las algas como aliadas para avizorar los rastros de la
contaminación, el estudio del equipo del Laboratorio de Limnología de
FCEyN observó que, "si bien el agua del río Luján está contaminada, la
sudestada disminuye aún más su calidad en relación con situaciones en
que este fenómeno no se registra". ¿La solución? "La situación solo
puede mejorar con un cambio de política en el control de los desechos
industriales y cloacales", concluyó Pizarro.
En tanto, las sudestadas parece que se irán incrementando. "Estudios de
las últimas décadas del siglo pasado muestran que la frecuencia de
sudestadas aumentó hacia fines del siglo y la perspectiva es que el
sistema climático refuerce la dirección de viento del este-sudeste
sobre el estuario del Río de la Plata en el mismo período. La tendencia
en esta región indicaría que la frecuencia de sudestadas irá en
aumento", advirtió la meteoróloga Bischoff.
El último comentario se muestra en esta página, los anteriores podrás leerlos en las páginas subsiguientes:
Sólo los usuarios registrados pueden escribir comentarios. Por favor valídate o regístrate. Powered by AkoComment 2.0! |