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Las manchas de tinta son muy comunes y de las más persistentes. Sin embargo, la sal, el bicarbonato de sosa o el jugo de limón pueden hacerlas desaparecer sin tener que recurrir a la laca de pelo, por ejemplo. Si la mancha es fresca, se espolvorea con sal y luego se pone a remojo en leche entera, para lavar después.

Otro método consiste en hacer una pasta de jugo de limón y cremor tártaro. Se mezclan ambos, se aplica la mezcla sobre la mancha y se coloca al sol, si la prenda es blanca. Si no, conviene antes hacer una prueba de solidez del color en un borde oculto durante 20 minutos de aplicación. Si vemos que el tejido empalidece, sólo ponemos un poquito de limón y limitamos la aplicación a un par de minutos, fuera del sol, desde luego. Lavar a continuación. En caso de que nos manchemos fuera de casa, aplicar con un pañuelo soda sobre la mancha evitará que esta se asiente.

Al igual que las de tinta, las manchas de vino se pueden eliminar con facilidad. Se remojan en agua, se aplica cremor tártaro sobre ellas y se deja reposar. A continuación, la zona manchada se mete y se saca varias veces en agua caliente y se lava. En situaciones de emergencia, espolvorear sal o añadir agua hirviendo sobre la mancha y aclarar después evitará que la mancha se fije al tejido.

Las manchas de sangre sobre algodón, lino u otras fibras naturales deben sumergirse en agua salada fría durante una hora, luego se lava con agua tibia y jabón. Si la mancha de sangre es fresca, cubrirla con sal y agua fría servirá. Después se agrega agua limpia hasta que la mancha se haya ido.

La cera de la vela hay que manipularla en frío y aplicar calor a continuación. Primero se coloca un cubo de hielo sobre la cera. Cuando se ha endurecido, se retira lo mayor con un cuchillo sin filo. A continuación se coloca un pedazo de papel grueso sobre la mancha y se aplica la plancha caliente, de tal modo que la cera restante se derrita sobre el papel.

Con las manchas de óxido el cremor tártaro también juega su papel de limpiador verde, dado que su acidez le permite descomponer la roña. Se cubre la mancha con el cremor, se ata la zona a limpiar en forma de bolsa y se remoja en agua muy caliente durante unos cinco a diez minutos, luego se desata y se lava la prenda como de costumbre.

La sal y el vinagre también funcionan en la eliminación de herrumbre en los tejidos. Se mezclan los dos ingredientes hasta formar una pasta fina que se extiende sobre la zona manchada. Luego se coloca al sol para terminar el trabajo. Si no es posible colocarlo al sol, otra opción es extender la tela en una bandeja y verter agua hirviendo a través de la zona manchada. Tanto si se utiliza el blanqueo al sol como el método del agua caliente, hay que dejar que el tejido se seque por sí solo. Después se puede lavar a mano o enjuagar en la lavadora. Si la mancha no ha desaparecido, se repite el tratamiento. Y hasta que no esté limpia, la prenda no se puede meter en la secadora.

Tampoco es necesario utilizar lejía para eliminar las manchas de moho. Una pasta fina a base de jugo de limón y sal esparcida sobre la mancha y colocar al sol el tejido harán el trabajo. También puede elaborarse una pasta de sal, vinagre y agua. E incluso únicamente sal y vinagre si la mancha es profunda.

Algunas prendas todavía pueden conservar el olor a humedad incluso después del lavado. Para eliminarlo, se empapa la ropa en jugo de limón y agua y se deja secar al sol.

Dúo Dinámico vs manchas difíciles

Lo cierto es que para las manchas tercas, la combinación, a partes iguales, de vinagre blanco y jugo de limón funcionan muy bien. Se coloca dicha mezcla en una palangana, se introduce la prenda manchada y se deja reposar entre 30 minutos y una hora. Comprobar el resultado y lavar cuando la mancha haya desparecido. Si después del lavado todavía encontramos restos, se repite el proceso. Recordar que el calor de la secadora fijaría la mancha.

Las manchas de salsa y grasa pueden arruinar nuestra ropa, pero si actuamos rápidamente no tiene por qué tener consecuencias. Se cubre la mancha con sal y se deja que absorba la mayor cantidad de grasa posible. Después se cepilla suavemente. Si la mancha es aún visible, se le aplica un paño humedecido en vinagre. Este método es efectivo con cualquier mancha fresca de grasa.

Si una prenda se nos mancha con café o té, aclararla inmediatamente con agua fría puede ser la solución, dependiendo del tejido. Si no, podemos ponerla a remojo en una dilución de una parte de vinagre por dos de agua y luego colgarla al sol para que se seque.

Del mismo modo se pueden limpiar las manchas de jugo de frutas rojizas de cualquier tipo – arándano, cereza, mora – sin tener que recurrir a la lejía. Remojar en una mezcla de una parte de vinagre por una de agua y lavar a continuación suele resolver el problema.

Eliminar las manchas de verdín, tan habituales en la ropa de los chavales cuando llega el buen tiempo, se convierte en un verdadero reto para los jabones convencionales. Si la prenda es blanca, se puede remojar en vinagre durante media hora y lavar a continuación. Cuando la ropa es de color, suele servir frotar la mancha con jabón tradicional y colocarla al sol antes de lavarla.

Cuando nos enfrentamos a las manchas de orina hay que remojar la prenda en una solución de agua caliente y vinagre blanco destilado. Si el tejido es delicado, el agua debe ser fría. Dejar a remojo durante media hora, enjuagar y lavar como de costumbre.