Juan Carlos Chebez es uno de los naturalistas argentinos más prestigiosos, referente en especies amenazadas y áreas naturales protegidas de nuestro país. Con sólo trece años fundó y dirigió la Asociación Pro Conservación de la Naturaleza Argentina. Del ´82 al ´89 ocupó diversos cargos en la Dirección Técnica de la Fundación Vida Silvestre Argentina. Desde 1987, asesora al gobierno de Misiones en defensa de su patrimonio natural. En el ´90 ingresó a la Administración de Parques Nacionales donde fue director de Conservación y Manejo, se desempeñó como asesor de la Presidencia y dirigió la delegación NEA. Presidió la Asociación Ornitológica del Plata-Aves Argentinas.
"Es una lucha de mucho tiempo, empezamos fundando una entidad ambientalista a los trece, fui pasando por diferentes entidades oficiales y privadas de conservación, viendo que en todas partes hay grandes posibilidades de hacer cosas, también grandes limitaciones. Pero sin aflojar nunca en la convicción de predicar sobre este tema para que las actuales y futuras generaciones tomemos alguna carta en el asunto en serio. La pérdida de especies está ocurriendo hoy, no pasado mañana. Se habla mucho de la contaminación, de la ecología urbana, pero los problemas de la basura o de los ríos contaminados tienen posibilidad de volver atrás. La extinción de las especies no tiene retorno. Ante eso, creemos -respetando todos los otros temas y la cantidad de gente que se dedica a ellos- que es insuficiente lo que se hace. La cenicienta de las cuestiones ambientales, el más grave de nuestros tiempos, es la exterminación de especies. No se están extinguiendo, las estamos eliminando". -Es intencionalidad humana. -Aunque es duro decirlo, en el plan biológico de una especie, la extinción -como en el plan de una vida, la muerte- está prevista. Es un proceso natural. Lo que hace el hombre tiene el nombre de exterminación, que acelera la extinción. Apura el proceso a tal punto que la especie no tiene chance de aclimatación alguna, de adaptarse a los cambios. A una selva le pasa topadora, la transforma en llanura y las especies arborícolas o que polenizaban una planta, no tienen donde ir. Y por más que no esté cazada o la maten ex profeso, al verse sin su casa termina extinguiéndose. Decimos en peligro de extinción pero es más correcto de exterminación, proceso que involucra a tantas especies que se equipara a las grandes extinciones masivas que siempre tuvieron una causa natural. -Fenómenos incontrolables? -Para todos y que pueden volver a ocurrir. Este homo sapiens, como no humildemente se nombró, el hombre sabio, tendría que dar el ejemplo de que puede, primero, controlar su número para no terminar abusando de un planeta con recursos limitados, espacios limitados; y, además, muy mal planificado. -¿Hay oídos para los materiales que usted y sus colegas exponen habitualmente en Argentina y el mundo? -De alguna manera, sí, desde nuestro país, en mi caso particular, he asumido dos temas, uno es el problema y el otro, la solución. Es deber de los ambientalistas no sólo alertar, sino aportar soluciones. Es muy común escuchar la queja y ni una sola propuesta, cosa que está generando, sobre todo en los jóvenes, indiferencia ante el ideario ecologista. Queremos que la queja esté en el drama de las especies que se nos van. Por eso el libro que presento ahora. Además, marcamos los aspectos naturales que no aprovechamos, para usarlos bien a través de una planificación sectorial adecuada. Argentina puede planificar el uso del territorio, eso no todos los países pueden hacerlo. Estamos durmiendo en los laureles o desconociendo de plano el exterminio de las especies. ¿Cuál es la solución? La creación de las reservas. Tenemos entre cuatrocientas y quinientas áreas esparcidas por todo el país, provinciales, municipales, privadas, aunque masivamente se conocen los parques nacionales que son treinta y pico. -También hay un poder político que parece cómplice de quienes explotan el suelo desmedidamente. Si hay legislación, no hay cuidado de que se cumpla... -En Argentina, la legislación es casi un modelo, hay de lo que pidamos, pero tenemos una deuda con el cumplimiento. Hay organismos para ocuparse de estas cuestiones de conservación, pero no son, desde ya, los más poderosos ni con más presupuesto; y hay otros que hacen la vista gorda. Fuente: RIONEGROonline* El último comentario se muestra en esta página, los anteriores podrás leerlos en las páginas subsiguientes. Todos los comentarios requieren de la aprobación del administrador. No se publicarán consultas, las que sugerimos realizar a través del formulario de contacto. Sólo los usuarios registrados pueden escribir comentarios. Por favor valídate o regístrate. Powered by AkoComment 2.0! |