El cambio climático global tiene en alerta a las organizaciones ambientales  por haber puesto contra la pared a las distintas especies de animales que se han visto obligadas a adaptarse a un medio que no les ofrece lo que necesitan.

Por eso cada vez es más frecuente oír que la cifra de especies que pueden llegar a desaparecer, aumenta considerablemente. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su sigla en inglés) publicó recientemente una lista de los diez principales animales en peligro de extinción debido a los cambios de la temperatura.

El oso blanco encabeza la lista  y le  siguen el tigre de Bengala, los corales, el canguro, las ballenas, los pingüinos, la tortuga de mar, el elefante y el albatros, animales que, de continuar con las actuales condiciones ambientales,  desaparecerán de la faz de la Tierra en lo que queda de este siglo.

Oso polar

Como las placas del Ártico se han derretido en los últimos años de manera acelerada, el oso polar se ha visto obligado a retirarse a tierra firme sin haber completado sus reservas de grasa, lo cual ha hecho que las hembras pierdan su capacidad para quedar preñadas. Según la WWF, si hacia mediados del siglo XXI se pierde el 42% de los hielos de verano, esta especie desaparecería dentro de 75 años.

Tigre de Bengala

En el año 2001 el tigre de Bengala, que habita en manglares entre Bangladesh y la India, ya se había reducido a cerca de 3.000 ejemplares. Sin embargo, la situación cada día es más preocupante porque, debido al crecimiento anual de cuatro milímetros del nivel del mar, el 70% del hábitat de este felino podría perderse antes de 2060.

Los corales

En 1998, por culpa del cambio climático, desapareció el 16% de los arrecifes del planeta, ya que las temperaturas altas del aire impiden que éstos puedan recibir las sustancias nutritivas que necesitan, lo cual hace que pierdan su color natural. A pesar de las alertas que se dieron en la época, las cifras hoy en día no son nada alentadoras. Según los cálculos de la WWF, el 80% de los corales pueden dejar de existir dentro de unos decenios.

Canguro

En el continente australiano, como consecuencia de la disminución de las precipitaciones y del aumento de la temperatura, muchos animales están al borde de desaparecer, incluido uno de los más característicos de esta zona: el canguro. Las transformaciones que ha sufrido su hábitat y la disminución de las reservas acuíferas han obligado al marsupial a trasladarse, lo cual, según expertos, puede no ser suficiente para que subsista.

Ballena

El cambio de temperatura en el agua está haciendo que las ballenas busquen un lugar más propicio para vivir. Por eso ahora se las encuentra  en mar abierto y en lugares por donde antes nunca se las hubiera visto.

Pingüino

El derretimiento de hielos en la Antártida y el agotamiento de recursos biológicos hídricos han afectado la supervivencia de esta ave, al punto de que ciertas colonias del pingüino imperial se redujeron en un 50% en las últimas cinco décadas.

Tortuga de mar

La tortuga de mar tiene un particular sistema de incubación, pues la temperatura del nido es la que determina el sexo de la descendencia: el frío favorece el nacimiento de los varones, mientras que el calor el de las hembras. Por eso, el calentamiento global desequilibra el proceso natural del animal y pone en peligro su existencia.

Orangután

En dos islas de Indonesia donde habita este simio, el cambio climático provoca el aumento de las precipitaciones durante la temporada de lluvias y de los incendios en la de sequía. Los orangutanes, al ser animales lentos, se ven sorprendidos por los incendios forestales. Tanto así que en los últimos diez años su población se redujo entre un 30 y un 50%.

Elefante

En la medida en que el clima de África cada vez se vuelve más seco y menos predecible, el elefante se ha visto obligado a desplazarse, cambiar su alimentación y su rutina, hecho que, con el correr de los años, probablemente cause su extinción.

Albatros

La lista de la WWF de posibles animales a punto de desaparecer en este siglo la cierra el albatros, un ave cuya variedad australiana es especialmente vulnerable porque suele anidar en un mismo lugar y porque ha debido cambiar su rutina alimentaria.

Fuente: ELESPECTADOR.com

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