Todos sabemos que en nuestro pequeño planeta Tierra el nivel del mar sube y baja debido a la influencia gravitatoria de la Luna y el Sol, dando lugar a las mareas. De este fenómeno se aprovecha la energía mareomotriz para generar electricidad.

El principio de funcionamiento es sencillo, normalmente existe un dique que separa dos masas de agua, el aumento del nivel en una de ellas por causa de la marea hace que aumente la presión con respecto a la otra. Esta diferencia de presiones es la que aprovecha un conjunto de turbinas para generar energía eléctrica.

Como se puede ver en el esquema, el proceso de generación mediante energía mareomotriz suele funcionar en ambos sentidos, tanto pleamar-bajamar como bajamar-pleamar. Además, este sistema cuenta con la ventaja de que la generación es bastante “predecible”, ya que depende directamente de las mareas. Esto hace que conozcamos la magnitud de la energía que se va a generar así como la distribución horaria de la generación. Por ejemplo, es mucho más sencillo predecir mareas, que condiciones de ventosidad para generación eólica.

Como muchos habrán imaginado ya, algunos sistemas para provechar la energía mareomotriz pueden afectar a la fauna marina, es sencillo imaginar que los alabes de las turbinas girando pueden hacer “pupa” al señor pez que pasaba tranquilamente por allí. Este es una de las principales bazas en contra de este tipo de energía renovable, y uno de los principales retos tecnológicos a los que se enfrentan los diseñadores de generadores mareomotrices en la actualidad. Además de todo esto, existe un riesgo bastante alto de alterar la salinidad del agua de la zona e incluso la temperatura del agua.

No debemos confundir la energía mareomotriz (mareas) con la undimotriz (o olamotriz), la cuál consiste en el aprovechamiento de la energía de las olas y se encuentra en estos momentos menos desarrollada tecnológicamente. Aunque los generadores undimotrices son bastante peculiares y curiosos de ver (tipo flotador, serpiente marina, etc.).

Sí podemos encontrar un cierto parecido con las centrales hidroeléctricas, donde también se utiliza una diferencia de presiones para conseguir energía, aunque en este caso en ríos en vez de en mar. Los problemas que afectan a la fauna marina también están presentes en este sistema de generación eléctrica.

En resumen, la energía maremotriz puede considerarse una alternativa de futuro a la generación eléctrica, pero al igual que el resto de las renovables, hay que utilizarla con precaución. Que se trate de energías renovables no quiere decir que no puedan tener un impacto importante en nuestro planeta e incluso causar más problemas que ventajas.