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Captura de orcas

El viento se ha levantado, el mar golpea la embarcación, justo cuando las orcas son avistadas. Comienza la carrera. La contienda consiste en capturar un animal de varias toneladas y poco miedo, capaz de huir rápidamente nadando o sumergiéndose, capaz de saltar sobre las redes o destruirlas saltando encima de ellas. Para tener éxito hay que conocer las debilidades de las orcas: Primero, encontramos el instinto familiar. Estos animales viven en grupos con estrechos lazos familiares. Si un animal es capturado, el resto permanecerá merodeando la zona para asistir a su compañero. Esto permite a los captores realizar una selección entre los individuos presentes.

Por otro lado, las orcas son animales curiosos por naturaleza, y en búsqueda de comida, la precaución es dejada a un lado. Las orcas suelen acercarse a barcos de pesca cuando levantan redes para capturar algunos peces. Tanto en aguas de Islandia como de Norte América, donde se captura orcas, muchas veces éstas han sido atrapadas accidentalmente en redes de pesca.

Por último, una vez que la orca ha sido capturada, ésta respeta las redes. A pesar de que podrían atravesar o saltar sobre la mayoría de las redes, pocas veces intentan escapar. Puede que algunas teman a las redes y eviten acercarse demasiado a la malla.

Los métodos de captura han variado desde la captura de Corky y otras orcas a fines de los ´60. El punto de inflexión tuvo lugar luego de que las primeras orcas fueron capturadas en 1961 y 1964. En aquellos años, varias murieron accidentalmente luego de ser atrapadas, y por lo menos una murió luego de ser tranquilizada con un dardo. En un intento de captura en 1962, coleccionistas del acuario Marineland dispararon sobre una orca macho y una hembra, matando a la hembra luego de que la hélice del bote quedara enganchada a la red donde estaba atrapada ésta. Las orcas habían atacado el bote, lo que produjo que los coleccionistas utilizaran sus armas. Los primeros coleccionistas que realizaron una operación de captura exitosa fueron Ted Griffin y Don Goldsberry a fines de los ´60. Goldsberry continuó capturando orcas durante los años ´70, convirtiéndose en director de capturas de Sea World y mudándose a Islandia en 1976. En 1987, en un permiso para importar una orca apareció el nombre de Goldsberry como 'Director de Capturas Asociado', a pesar de que George J. Becker Jr. de Sea World Texas había desmentido que Goldberry trabajara para compañía.

Tratando de capturar orcas, los coleccionistas han utilizado arpones, y otros elementos. En 1962, coleccionistas del Marineland California capturaron una orca utilizando redes 'hoop-net', pero la línea quedó atascada en la hélice del bote. Algunas capturas durante los años ´70 y ´80 llevadas a cabo por coleccionistas japoneses, donde se utilizaban arpones, contaban con el mismo grado de ineptitud. De 3 orcas capturadas con este método, 2 murieron durante el primer año y la restante durante el segundo año. Dos fueron los métodos principalmente utilizados durante la mayor parte de los años ´60. El primero utilizado mayoritariamente en Brithish Columbia y Washington, consistía en esperar a las orcas y emboscarlas, acarrearlas hacia una zona de aguas poco profundas y desplegar entonces las redes. De este modo toda la manada era atrapada, permitiendo a los captores realizar una selección de individuos. Si las orcas no nadaban hacia esta zona, algunos captores como Don Goldsberry utilizaban explosivos conocidos como 'seal bombs' para lograr su cometido.

El otro método utilizado empezó a usarse en Washington y luego fue incorporado en lugares como Islandia donde las capturas son llevadas a cabo en mar abierto, lejos de la costa. Este método consiste en atrapar una orca con una red conocida como 'purse seine'. Hasta ahora sigue siendo el método más utilizado y fue Dudok van Heel del acuario Dolfinarium Harderwijk de Holanda el encargado de adaptarlo a las revueltas aguas de Islandia. Describió 2 técnicas para distraer a las orcas el tiempo suficiente para rodearlas con la red:

Una técnica consiste en seguir a un bote pesquero y rodear a la orca con la red mientras ésta se dispone a atrapar algunos peces a medida que se sube a bordo la red de pesca. La otra técnica consiste en arrojar carnada fresca delante de una manada de orcas, a medida que los animales se acercan, se despliega la red sobre ellos.

Una vez capturadas, las orcas nadan en círculos; a medida que la red se va encogiendo suelen permanecer en la superficie (boyando), y se vuelven dóciles, pareciendo aceptar su destino. Sólo unas pocas orcas han escapado, por lo visto eran animales adultos que conocían bien las redes de pesca y las atravesaron.

Al principio, no existían controles sobre las capturas, eran llevadas a cabo accidentalmente por pescadores o incidentalmente por personas con poca experiencia. En pocos años, este campo se centró en dos grupos coleccionistas en British Columbia, dos en Islandia y uno en Washington. Todos estos grupos contaban con experiencia y disponían de veterinarios que controlaban a los animales luego de las capturas. Algunos miembros eran dueños o coleccionistas de acuarios y otros eran personas con estrechas relaciones con los acuarios a quienes les vendían los animales capturados.

Las capturas realizadas en British Columbia concluyeron a mediados de los años ´70. A medida que la población de orcas residente que los coleccionistas estiman contaba con miles de individuos, quedó constituida por sólo unos 300 animales de acuerdo a datos basados en estudios de foto identificación, las personas empezaron a cuestionar seriamente las capturas. La población sur, de la cual 45 orcas fueron capturadas, terminó con alrededor de un 70% de los ejemplares que había antes de las capturas. La población norte, menos explotada que la sur, salvo por el grupo (pod) A5, se encuentra cerca de recuperar su número previo a las capturas. Pero fue la oposición pública lo que permitió que no se llevaran acabo nuevas capturas en British Columbia y Washington. En 1976, el coleccionista para Sea World, Don Goldsberry, capturó 6 orcas en Budd Inlet, Pudget Sound. Fue acusado de violar los términos de su permiso. En esa ocasión se lo había visto utilizando bombas explosivas y una avioneta para conducir las orcas hacia sus redes. Fue multado por el estado de Washington. Esto marcó un precedente cuando el Estado coincidió en levantar cargos sobre Goldsberry y Sea World acordó en no realizar más capturas en Pudget Sound.

La última captura en British Columbia fue en 1975. Una gran parte del público y de grupos ambientalistas de British Columbia y Washington se encuentra fuertemente opuesta a nuevas capturas. A pesar de que los permisos pueden solicitarse, es poco probable que se realicen nuevas capturas de orcas. Bob Wright del acuario Sealand Victoria, British Columbia, obtuvo un permiso en 1982 pero tuvo que enfrentarse en tierra y en mar con manifestantes dispuestos a prevenir las capturas. Finalmente desistió.

Luego de que concluyeran las capturas en British Columbia y Washington, Sea World (el protagonista y principal impulsor del comercio de orcas, el cual ha exhibido alrededor de 36 orcas, una cuarta parte de las exhibidas en total), exploró la posibilidad de capturar orcas en la Antártida y Alaska. La Antártida presentó dificultades logísticas debido a su remota ubicación. Alaska contaba con una población de orcas muy cercana -geográfica y emocionalmente- a los residentes y grupos ambientalistas locales que no querían que su fauna fuera removida. Sea World obtuvo en 1983 un permiso para capturar 100 orcas, 90 de las cuales serían mantenidas en cautiverio temporalmente para estudio y 10 que serían distribuidas entre sus parques marinos. Finalmente la compañía debió retirarse con las manos vacías. En una batalla judicial que duró 3 años, perdió el permiso, lo apeló y lo volvió a perder. Fue otra vez la oposición pública lo que permitió que no se llevaran a cabo las capturas.

Entre los años 1976 y 1989, Islandia demostró ser la mejor fuente de orcas para Sea World y otros acuarios que desean capturar o comprar estos animales. Al principio las capturas fueron bienvenidas en Islandia. Entre 1955 y 1972 los cazadores noruegos capturaron alrededor de 300 orcas en Islandia y un número indeterminado de animales murió debido a conflictos con pescadores. Exportar orcas para acuarios se presentaba como una salida para mantener conformes a los pescadores locales y un gran negocio financiero; pero resultó ser un asunto poco seguro para los captores debido a la dificultad de obtener permisos de importación para los Estados Unidos. Para los acuarios norteamericanos resultaba más fácil importar orcas de otros acuarios en términos de 'programas de reproducción'.

Una consecuencia de las capturas islándicas salió a la luz: orcas mantenidas en precarios estanques y varias muriendo mientras esperan ser embarcadas desde Islandia. A esto debe sumarse la falta de estimación de la población total de orcas. En 1989, Sean White y la Whale and Dolphin Conservation Society UK comenzaron un intensivo esfuerzo por detener las capturas de orcas. Este esfuerzo fue apoyado por numerosos grupos ambientalistas y conservacionistas de todo el mundo. En 1990 y 1991, Helgi Jonasson de Fauna Company, quien junto con Jon Gunnarson ha realizado todas las capturas desde 1978, solicitó permisos de captura, pero fueron negados por el Ministerio de Pesca.

Orcas y delfines también se ofrecen en Japón. Algunos coleccionistas trabajando con japoneses afirman -al igual que los coleccionistas islandeses- que estos animales mueren de todos modos por conflictos con los pescadores y ésta sería una forma de defenderlos. Pero, el veterinario de mamíferos marinos y coleccionista, Jay C. Sweeney, quien filmó capturas de delfines en Japón, terminó negando su participación en éstas por sentirse incómodo con la forma de trabajo de los pescadores. Estos pescadores practicaban el 'oikomiryo', método de pesca utilizado todos los años en las islas Iki y Taiji que conduce a la muerte a miles de pequeñas ballenas y delfines. Los grupos ambientalistas han cuestionado la integridad de los parques marinos que compran cetáceos a un país que envuelto en la muerte de miles de pequeñas ballenas y cetáceos en sus costas, y lucha cada año la moratoria contra la caza comercial de ballenas. Muchos delfines calderón y falsa orca capturados vivos que no son vendidos a parques marinos japoneses o de afuera, pasan al mercado para consumo humano.

Muchos parques marinos, incluidos acuarios japoneses (a pesar de que para éstos últimos es más barato a falta de permisos de importación, costos de transporte, etc.), evitan comprar orcas capturadas en Japón debido a la inexperiencia de los captores con animales vivos y en parte por el estigma de las grandes matanzas para consumo humano.

Un aspecto final de la captura de orcas -y poco considerado por cierto- es el efecto de dichas capturas en los animales que quedan en la manada. Si el grupo es pequeño (menos de 6 individuos) aún la captura de un solo ejemplar puede poner en serio riesgo la supervivencia del grupo. En marzo de 1970, todo el grupo transeúnte M conformado por 5 miembros fue capturado en una bahía al sur de la Isla de Vancouver. De éstos animales, 2 fueron transportados poco después de la captura al acuario Sealand de Victoria, cuyo dueño, Bob Wright, participó de la captura. El resto de los animales permaneció a la espera en piletones, rehusándose a comer durante 70 días. Luego de que una hembra muriera, la orca Charlie Chin y la hembra restante comenzaron a comer y fueron vendidos a un parque marino en Texas. Una noche, antes de poder ser transportados, fueron liberados sin autorización de Sealand. Desde 1970, el grupo ha tenido 2 crías, una de las cuales permanece hasta estos días con el grupo. Parte de la estrategia de supervivencia de un grupo transeúnte, a diferencia de uno residente, se basa en el alejamiento de algunos individuos para unirse a otros grupos transeúntes. A veces nadan juntos formando supergrupos transeúnte. Sin embargo, cuando Charlie Chin y la hembra terminen sus ciclos reproductivos, el grupo puede desaparecer.

No se ha demostrado que las capturas de orcas hayan eliminado un grupo, pero subgrupos formados por madre, hija y crías han sido arrasados. Estos subgrupos son muchas veces independientes, viajando apartados del grupo por períodos extensos, posiblemente en proceso de formar nuevos grupos. Aquí puede hallarse otro ejemplo de como la captura complica la supervivencia de los que quedan. Investigaciones realizadas sugieren que los machos mueren poco tiempo después que sus madres mueren. Se sabe que los machos tienen una esperanza de vida menor que las hembras. Esto puede significar que la captura de las madres contribuye a la muerte prematura de su progenie.

Aunque no estuvieran en peligro, el número de orcas no es muy elevado. Se pueden encontrar en todos los océanos del mundo, pero comparados con otros delfines y ballenas, son pocas y su tasa de crecimiento poblacional no es muy elevado. Un buen manejo de los recursos debe ser cauteloso y limitar el número de capturas de cada población a muy pocos individuos.

Eric Hoyt
Traducido por Facundo Moyano
Enviado por Sandra Nicosia

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