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Calor extremo y calidad del aire Un riesgo creciente para la salud pública

Calor extremo y calidad del aire

El calor extremo no solo agota: también contamina el aire.

El aumento de las olas de calor es uno de los efectos más visibles del cambio climático. Sin embargo, un aspecto menos evidente —y mucho más peligroso— es cómo las altas temperaturas alteran la química de la atmósfera, incrementando la contaminación del aire que respiramos.

Investigadores de la Universidad Texas A&M, en un estudio presentado ante la Sociedad Química Estadounidense (ACS), confirmaron que durante los episodios de calor extremo se disparan los niveles de ozono y aerosoles orgánicos secundarios, dos contaminantes estrechamente vinculados con problemas respiratorios y cardiovasculares.

El mecanismo: cómo el calor multiplica la contaminación

El estudio se llevó a cabo en College Station, Texas, durante una ola de calor en la que la temperatura osciló entre 32 y 41 °C. Los científicos recolectaron muestras de aire y analizaron la concentración de contaminantes.

Los resultados fueron claros:

• Aumento de emisiones naturales: ciertos árboles liberan más isopreno en condiciones de calor extremo.
• Radiación solar intensa: este compuesto, al reaccionar con otros contaminantes y bajo la acción del sol, se transforma en ozono troposférico y aerosoles orgánicos secundarios.
• Resultado: más contaminación atmosférica en los días más calurosos, incluso en zonas alejadas de grandes fuentes industriales.

Riesgos para la salud

El impacto combinado del calor extremo y la contaminación atmosférica representa una doble amenaza para la salud humana:

• Agravamiento de enfermedades respiratorias, como el asma.
• Mayor riesgo de problemas cardiovasculares.
• Complicaciones graves en niños, adultos mayores y personas con afecciones crónicas.

En otras palabras, el calor no solo puede provocar golpes de calor o insolación, sino que también deteriora silenciosamente la calidad del aire, aumentando la exposición a contaminantes invisibles pero peligrosos.

Cambio climático y salud: una conexión urgente

Este hallazgo refuerza lo que muchos científicos vienen advirtiendo: el cambio climático y la contaminación del aire están profundamente interconectados.

Los investigadores de Texas A&M sostienen que comprender cómo el calentamiento global modifica la química atmosférica es esencial para desarrollar estrategias de salud pública y políticas ambientales que protejan a la población.

Conclusión

Las olas de calor son cada vez más frecuentes y severas, y sus efectos van más allá del termómetro. El estudio de Texas A&M demuestra que el calor extremo intensifica la contaminación del aire, generando un riesgo adicional para millones de personas.

La ciencia ofrece una advertencia clara: enfrentar el cambio climático es también proteger la calidad del aire y la salud de la población.

“Este artículo fue elaborado con el apoyo de herramientas de redacción asistida por inteligencia artificial.”