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Las praderas templadas

Las praderas
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En zonas donde la pluviosidad es insuficiente para el desarrollo de bosques, surgen las praderas templadas, que se caracterizan por la presencia de vegetación herbácea. En América del Norte este bioma se extiende desde el río Missisipí al este y los Grandes Lagos al nordeste hasta las montañas Rocosas en el oeste. La región de praderas de América del Sur es conocida como pampa. Abarca el sur de Brasil, Uruguay y el centro-este de Argentina; toda esta región de pastos naturales se explota para la agricultura y la ganadería y allí se han establecido numerosas industrias.

El factor limitante de la pradera es el agua. El promedio anual de precipitaciones llega a 600 mm, y la temperatura media anual es de 20″C.

En las zonas más húmedas, donde las lluvias se equilibran con la evaporación desde el suelo desnudo y la transpiración de las plantas, abundan las hierbas altas. A medida que las precipitaciones disminuyen, las hierbas son más bajas y la pradera termina convirtiéndose en estepa y semidesierto. Las plantas se adaptan al clima, de manera que algunas crecen en la estación cálida y otras en otoño y primavera.

Las praderas

El suelo de la pradera se caracteriza por tener una abundante primera capa, horizonte 0, constituida por materia orgánica en descomposición. En la segunda capa, también de gran espesor, esta materia se halla mezclada con partículas de suelo. En el gran desarrollo de estos dos estratos radica la fertilidad de las praderas.

Un espacio para la agricultura

A lo largo de los cursos de agua hay arbustos y árboles. Los pastos naturales han sido sustituidos por el cultivo de cereales y de pasturas aptas para la ganadería. Es notable la fertilidad del suelo de las praderas. Las gramíneas que allí crecen tienen períodos de vida muy cortos, por lo que el humus, que se forma a partir de materia orgánica en descomposición y minerales del suelo, se acumula en una capa gruesa.

Los incendios que ocurren en estas regiones arrasan los arbustos, pero no los tallos subterráneos de las gramíneas. Estas vuelven a brotar, fertilizadas además por la carbonización de la materia orgánica gracias a la acción del fuego.

La pradera es el bioma donde se puede observar con claridad la influencia de la mano del hombre. En la Argentina, las regiones más húmedas son explotadas para cultivos de como trigo, maíz, avena, cebada y centeno, y las más secas ha dedicadas a la ganadería, ante todo ovina y bovina. Pero no siempre esa tarea se hizo con el cuidado necesario desde el punto de vista ecológico. Al no respetarse la técnica de rotación de cultivos, muchas regiones han sido erosionadas y degradadas.

Las praderas

Los animales de la pradera

De las praderas de América del Sur son originarios roedores y otros animales pequeños: vizcachas, maras y cuises, armadillos como los peludos y mulitas, comadrejas, lagartijas y zorros. Entre las aves se encuentran ñandúes, perdices americanas, lechuzas, patos, martinetas, chajáes, teros, chimangos y caranchos. De las especies de pájaros que pueblan los sitios arbolados se distinguen horneros, cardenales, calandrias, benteveos, tijeretas, churrinches y picaflores. En las regiones de pajonales abundan los pechos colorados, las cachirlas y los chingolos.

En América del Sur corren peligro de extinción el puma y el venado de las pampas. En América del Norte los bisontes, que hasta el siglo pasado formaban grandes rebaños, ahora viven en reservas naturales. Por otra parte, también son animales característicos de esas praderas el tejón americano, la mofeta rayada y el coyote. En las praderas asiáticas se encuentra el antílope saiga, que también frecuenta las estepas.

La fauna de la pradera cumple un papel fundamental en la preservación del equilibrio natural, esencial para la cadena alimentaria. Numerosas especies de animales excavadores de las praderas, al remover el suelo, modifican el contenido mineral de éste y posibilitan el crecimiento de las especies vegetales. Bajo tierra actúan las lombrices y otros invertebrados que, además, oxigenan el suelo, junto con millones de bacterias que descomponen los residuos orgánicos.

Antílope