Sin embargo, las inundaciones, las sequías, la pobreza, la
contaminación, el tratamiento inadecuado de los desechos y la
insuficiencia de infraestructuras para la desinfección del agua
plantean serias amenazas a la salud pública, al desarrollo económico y
social de los países en vías de desarrollo.
Se deben diferenciar dos tipos de contaminación:
- Contaminación natural: es la que existe siempre, originada por restos
animales y vegetales y por minerales y sustancias que se disuelven
cuando los cuerpos de agua atraviesan diferentes terrenos.
- Contaminación artificial: va apareciendo a medida que el hombre
comienza a interactuar con el medio ambiente y surge con la inadecuada
aglomeración de las poblaciones, y como consecuencia del aumento
desmesurado y sin control alguno, de industrias, desarrollo y progreso.
Es gravísima. Podemos decir que es preocupante el uso del agua para
fines tales como: lavado de automóviles, higiene, limpieza,
refrigeración, y procesos industriales en general, ya que si no son
debidamente tratados retornan al ciclo con distintos niveles de
contaminación.
Son enfermedades transmitidas por el agua el cólera, la fiebre
tifoidea, la disentería, la poliomielitis, la meningitis y las
hepatitis A y B, entre otras. Los lugares que carecen de instalaciones
de saneamiento apropiadas favorecen la rápida propagación de estas
enfermedades debido a que las heces expuestas a cielo abierto contienen
organismos infecciosos que contaminan el agua y los alimentos.
La mayoría de estas enfermedades se pueden prevenir con la mejora del
saneamiento público, la provisión de agua limpia y medidas de higiene
como lavarse las manos después de ir al baño o antes de preparar la
comida. La construcción de letrinas sanitarias y el tratamiento de las
aguas servidas para permitir la biodegradación de los desechos humanos
ayudarán a contener las enfermedades causadas por la contaminación.
La falta de agua adecuada para el consumo, es una fuente directa de
enfermedades, por lo que para proteger la salud no basta con tener
agua. La capacidad del agua para transmitir enfermedades depende de su
calidad microbiológica. Las enfermedades pueden ser causadas por virus,
bacterias o protozoarios.
Las bacterias patógenas que contaminan el agua y causan enfermedades se
encuentran en las excretas de los seres humanos y de los animales de
sangre caliente (mascotas, ganado y animales silvestres). Pueden
transmitirse a través del agua, de los alimentos, de persona a persona
y de animales a seres humanos. Las bacterias que más afectan la salud
pública son Vibrio cholerae, causante del cólera; Escherichia coli,
Campylobacter jejuni y Yersinia enterocolitica, causantes de
gastroenteritis agudas y diarreicas; Salmonella typhi, que produce
fiebres tifoideas y paratifoideas; y Shigella, causante de disentería.
Estas bacterias llegan a los cursos de agua a través de las descargas
de aguas residuales sin tratar o con tratamiento deficiente, del
drenaje de lluvias, de las descargas provenientes de plantas de
procesamiento de carne de ganado y aves, y de escorrentías que pasan
por los corrales de ganado. En las zonas rurales, la práctica de la
defecación a campo abierto también constituye una fuente de
contaminación de las aguas superficiales.
Las bacterias patógenas representan un serio riesgo para la salud
pública y es prioritario eliminarlas del agua de consumo humano, debido
a que su ingestión podría ocasionar una epidemia con graves
consecuencias para la salud de la población.
La cuarta parte de la población mundial no tiene acceso al agua
potable. Más de la mitad de la humanidad carece de un saneamiento
adecuado del agua. La mala calidad del agua, la falta de higiene y la
contaminación ambiental figuran entre las principales causas de
epidemias, enfermedades intestinales y muerte.
Con el crecimiento de las ciudades, los pobladores comenzaron a
utilizar los ríos, junto a los cuales habían vivido, no sólo para
abastecerse de agua y alimento, sino también para deshacerse de los
desperdicios domésticos. También las industrias vaciaron sus residuos
en los ríos aumentando la contaminación del agua y el peligro para la
salud. Se puede tomar como ejemplo la descarga de arsénico en las aguas.
La intoxicación por el consumo de aguas contaminadas con arsénico
provoca alteraciones cardíacas y vasculares, alteraciones neurológicas,
lesiones hepáticas y renales, repercusiones en el aparato respiratorio
y lesiones cutáneas que avanzan progresivamente hasta la neoplasias.
Argentina es uno de los más afectados por esta enfermedad, ya que las
napas de los suelos de las provincias centrales están contaminadas por
arsénico, debido a diferentes movimientos geológicos. Además, aunque en
mucho menor escala, existen aguas infectadas por el desecho de residuos
industriales en algunos ríos. Por otro lado, la existencia de arsénico
en aguas y suelos tiene que ver con la posible contaminación de
alimentos de origen vegetal y animal que crecen y se crían en esta
regiones.
Las provincias más expuestas al consumo de agua contaminada son Córdoba
(principalmente en el área de llanura pampeana: Río Cuarto, Belle
Ville, Marcos Juárez y San Francisco), Santa Fe (Venado Tuerto), Chaco,
Santiago del Estero, San Luis, La Pampa, y Buenos Aires, en la que si
bien no hay casos registrados, los altos índices de arsénico en algunas
de sus regiones hacen sospechar que existen personas potencialmente
enfermas.
El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de purificación,
pero esta misma facilidad de regeneración del agua, y su aparente
abundancia, hace que sea el vertedero habitual en el que arrojamos los
residuos producidos por nuestras actividades. Pesticidas, desechos
químicos, metales pesados, residuos radiactivos. Muchas aguas están
contaminadas hasta el punto de hacerlas peligrosas para la salud
humana, y dañinas para la vida.
Por eso a partir de hoy es necesario actuar antes de contaminar la
fuente de agua, y para ello cada uno debe ser responsable de los
desechos que genere y encargarse de su tratamiento. Desarrollo y medio
ambiente limpio deben ir de la mano. Y esto es lo más difícil,
concientizar -a los industriales principalmente- que incluyan en la
inversión de su fábrica el costo de tratamiento de sus efluentes
(sólidos, líquidos y emisiones gaseosas) el cual deben asumir. Lo mismo
ocurre para las plantas de tratamiento cloacales de las ciudades.
Enfermedades trasmitidas por la contaminación del agua
Tipo de microorganismo |
Enfermedad |
Síntomas |
Bacterias |
Cólera |
Diarreas y vómitos intensos. Deshidratación. Frecuentemente es mortal si
no se trata adecuadamente. |
Bacterias |
Tifus |
Fiebres, Diarreas y vómitos. Inflamación del bazo y del intestino.
|
Bacterias |
Disentería |
Diarrea. Raramente es mortal en adultos, pero produce la muerte e muchos
niños en paises poco desarrollados. |
Bacterias |
Gastroenteritis |
Náuseas y vómitos. Dolor en el digestivo. Poco riesgo de muerte
|
Virus |
Hepatitis |
Inflamación del hígado e ictericia. Puede causar daños permanentes en el
hígado |
Virus |
Poliomelitis |
Dolores musculares intensos. Debelidad. Temblorees. Parálisis. Puede ser
mortal. |
Protozoos |
Disentería amebiana |
Diarrea
severa, escalofríos y fiebre. Puede ser grave si no se trata.
|
Gusanos |
Esquistosomiasis |
Anemia y fatiga contínuas. |
Cómo evitar enfermedades
- Evitar la contaminación de las fuentes de agua (preservación del
ambiente), primordialmente la contaminación de ríos y todos los cursos
del agua (riego).
- Tener procesos adecuados de tratamiento y una buena distribución que
alcance a toda la población y en los casos que no se pueda llegar por
redes, instalar tanques para la depuración domiciliaria y enseñar los
procedimientos.
- Educar para la salud: enseñar a la población las normas de asepsia apropiadas.
- Evitar el agua estancada es evitar el dengue.
Cómo cuidar el agua
- Cerrar las canillas cuando no se necesite el agua. Una canilla que gotea derrocha 46 litros de agua potable cada 24 horas.
- Revisar el estado del flotante y las válvulas del deposito de los inodoros, evitará perdidas de agua.
- Cuidar los sistemas cloacales. Evitar que sean arrojados en el hogar
a través de ellos pañales, trapos, envases, productos contaminantes,
algodones, esponjas y tierra.
- Enseñar a los niños que no se deben arrojar juguetes en el inodoros o rejillas.