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José Neiff, investigador del CONICET, consideró que la región se
encuentra ante "la mayor crisis ecológica que se haya registrado en el
Paraná en los últimos cincuenta años". La sequía inusualmente
prolongada, los embalses de la alta cuenca, la contaminación creciente
de las aguas y la sobrepesca son algunos de los factores que han puesto
en riesgo los recursos pesqueros.
El investigador señaló que no hay una respuesta integral y oportuna a
la crisis. Neiff es investigador del Centro de Ecología Aplicada que
depende del CONICET y autor de numerosos trabajos vinculados a los
recursos naturales.
Consultado por momarandu.com brindó su visión de la crisis que afecta
al Río Paraná. "Vivimos hoy con mucha preocupación la mayor crisis
ecológica que se haya registrado en este curso de agua en los últimos
cincuenta años" dijo. El investigador indicó que la crisis tiene sus
antecedentes en una compleja situación ecológica. Por un lado
perturbaciones naturales, como la sequía inusualmente prolongada (cinco
años de aguas bajas), que afecta a la cuenca de los ríos Paraná y
Paraguay.
Pero además Neiff dio cuenta de una configuración ecológica
desfavorable, agravada por disturbios antrópicos, como el efecto de los
embalses de la alta cuenca sobre el régimen hidrológico; la
contaminación creciente de las aguas, especialmente en el Brasil y en
el tramo final del Paraná, y la sobrepesca que ha puesto en serio
peligro a los recursos pesqueros.
-El tema de la crisis pesquera ocupa cada vez más espacios en los
medios de comunicación regionales, pero no se observa la adopción de
medidas de fondo. ¿Comparte usted esa visión?
-Si. La gravedad de lo que sucede está dada porque no se evidencia
hasta hoy capacidad de respuesta integral al problema. No se ve ni en
las décadas pasadas ni actuales un esquema de gestión efectiva,
destinado a circunscribir el conflicto, controlar sus causas y mitigar
los efectos.
Neiff consideró que la sociedad se ha manifestado y dado a conocer su
opinión en reiteradas oportunidades respecto de la pesca depredatoria
en los ríos. "Pero ello solo ha generado algunas respuestas parciales
como las leyes de pesca en las provincias, un aumento temporario en los
controles de la pesca furtiva, entre otras.
"Con estas medidas hemos estado tranquilos pensando que se había
corregido el desorden ambiental. Sin embargo, los resultados muestran
que la situación ha empeorado y que incluso amenaza con tornarse
irreversible. Indicador de esto es la evolución del precio del pescado
y la dificultad para conseguir pescado fresco de río" aseguró.
El investigador señaló que algunos movimientos liderados por ONGs en
Santa Fe y Entre Ríos consiguieron instalar el tema en la sociedad para
reclamar a las autoridades de aplicación, que se arbitren las medidas
necesarias para mitigar y revertir esta situación. "Aunque la crisis
del río se ha centrado en la pesca y sobrepesca, éste es sólo uno de
los aspectos preocupantes de ella".
Neiff dijo que no se podía desconocer la irracionalidad de permitir la
exportación de más de setenta mil toneladas de peces fluviales al año,
ni la existencia de prácticas pesqueras inadecuadas. "Pero se trata de
un efecto gatillo que agrava una constelación de efectos naturales y
antrópicos desfavorables que hoy tienen lugar".
Todo ello lleva a que en un período de seca tan prolongado, el área que
ocupan los peces sea mucho menor, disminuya la calidad del hábitat y su
extensión y muchas funciones del hábitat como la cría de pececillos
(alevinos) en los bañados, no se cumplan porque han quedado secos.
-Funcionarios de Fauna y Flora local manifestaron a este medio que el
daño producido por Yacyretá a la fauna ictícola no podía ser
dimensionado. ¿Realmente es así?
-¿Cómo que no se puede? En setiembre de 1994 se encontraron muertos al
pié de la represa de Yaciretá una cantidad que nosotros estimamos en
120.000 peces (menores de 25cm) muertos, reventados, con los ojos
salidos de la cabeza, flotando en las aguas del Paraná y depositándose
en sus costas. Los estudios realizados entonces por el CECOAL dieron
cuenta que se trataba de un siniestro, que no había sido producido por
causas naturales, por patógenos, por contaminación. Que los peces no
habían muerto en ningún tramo del río que se encontrara encima del
embalse de Yaciretá. Entonces se dijo, y la autoridad de aplicación lo
aceptó, que los peces habían muerto como consecuencia de "la enfermedad
de la burbuja" y los peces quedaron librados a su suerte.
Posteriormente ocurrieron otras mortandades menores, que tampoco fueron
tenidas en cuenta. El efecto de las represas sobre el régimen
hidrológico y los bañados y áreas de cría de los peces puede ser
perfectamente estudiado y cuantificado.
-¿Vislumbra usted una salida?
- El problema es de gestión ambiental y debiera tratarse dentro de una
configuración muy distinta de la que hoy tiene: asumiendo cabalmente la
crisis, convocando a los actores sociales involucrados, generando
medidas de emergencia y diagramando una terapia de mantenimiento del
recurso, sin que se eludan responsabilidades por parte de los que
afectan al recurso y por parte de los que tienen la responsabilidad de
cuidarlo y administrarlo. En el esquema de gestión seguido hasta hoy,
pareciera que solo se aplican las leyes a los indefensos y que la
naturaleza ha creado la "enfermedad de la burbuja" para regular a las
poblaciones de peces.
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Argentina: a maior crise ecológica dos Escrito por Milton Cavalcanti el 2005-10-20 14:00:58 Excelente informação que, junto com as noticias da estiagem na Amazônia, nos mostra a necessidade de maior união entre nossos paises para enfrentarem os problemas que ameaçam o continente sul-americano. | |