Esta compañía de Algemesí, Valencia, España, se dedica a la alimentación desde hace más de 20 años, especialmente al proceso de conservación de cerca de 250.000 kilos de este producto en bolsas de plástico cada año.

Laes García Mayo SL nació en 1985 de la mano de Rufino García y Rosalía Mayo. Esta empresa familiar se constituyó como la primera de su región en dedicarse a la conservación de caracoles, concretamente al lavado y envasado de los mismos.

Una tarea con más de 20 años de experiencia para la que cuentan con la colaboración de dos trabajadores en la fábrica que se encuentra ubicada en Algemesí.

El gerente de la compañía, Rufino García, explicó un día del trabajo que realizan, “compramos el caracol vivo, lo lavamos y a continuación, lo conservamos”.

“Trabajamos mucho, aproximadamente conservamos 250.000 kilos al año”, según confirmó García.

Para este proceso de conserva y semiconserva se cuece el caracol para que pase a convertirse en conserva. Una vez cocido las piezas son elegidas una por una y envasadas.

La peculiaridad con la que cuenta es el envasado del producto en bolsa de plástico, una vez se ha cocido el caracol. De esta manera, se escogen pieza por pieza antes de sellar la bolsa.

Las bolsas pueden ser de un kilogramo, dos o diez y su caducidad una vez pasado a conserva es de unos dos años.

Formato innovador

Según explicó García, “fuimos los primeros en elaborar este formato y es todo un símbolo de nuestra empresa, ya que fue el primer formato que sacamos al mercado y actualmente continuamos elaborándolo”.

Finalizado el envasado se procede a la pasterización, etiquetación y esterilización.

La propia empresa es la que se encarga de la distribución de su producto por toda la provincia, mientras que para el resto del país cuenta con una red de distribuidores.

Por otra parte, según García, “importamos de donde podemos, especialmente de América Latina”.

Latinoamérica es uno de los lugares donde más se desarrolla la helicicultura que es la cría, según su ciclo biológico, de caracoles comestibles terrestres ya sea en criaderos abiertos, cerrados o naturales. Una actividad que se lleva a cabo sobre todo en países como Chile, Perú o Argentina, aunque Europa se está convirtiendo en uno de las principales consumidores de este producto en los últimos tiempos, especialmente Francia.

Alimento saludable

Según manifestó el gerente de la empresa, “la carne del caracol es muy rica en proteínas y muy pobre en grasas”.

Por tanto, puede formar parte de la dieta mediterránea, ya que supone un alimento altamente saludable y sabroso.

García argumentó, además, que la carga bactereológica del caracol “es inferior a la de cualquier otro alimento como cualquier tipo de carnes”.

Actualmente, Laes García presenta una novedad, ya que comienza una andadura artesanal con la producción de boquerones en vinagre y en aceite.

Unos productos atípicos para muchas personas pero muy naturales que, además, se han convertido en la razón de ser de esta fábrica de la Ribera Alta.

Esta compañía, que elabora todos sus productos de manera totalmente artesanal, de esta manera consigue que no pierdan su sabor tradicional. Unos productos que cada vez se consumen más en la Comunidad Valenciana debido a su gran calidad.

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