En lo que es una prometedora iniciativa de inspección medioambiental a escala personal, un grupo de expertos en computación de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, ha construido una pequeña flota de sensores portátiles de polución que permitan a los usuarios supervisar la calidad del aire en tiempo real en sus teléfonos inteligentes (smartphones).
Los sensores podrían resultar particularmente útiles a las personas que padecen ciertas enfermedades crónicas, como el asma, y que como consecuencia de ello necesitan evitar exponerse a gases contaminantes que les provoquen reacciones asmáticas.
El sistema CitiSense es el único sistema de monitorización de la calidad del aire disponible en cualquier momento y capaz de suministrar información en tiempo real a los usuarios de teléfonos móviles y de ordenadores personales.
Los datos reunidos por los sensores portátiles también pueden usarse para estimar la calidad del aire en los lugares donde haya dispositivos que los contengan, proporcionando así información útil no sólo para los portadores, sino para la gente del entorno.
Con solo 100 sensores desplegados en un área bastante grande, se podría obtener una valiosa cantidad de datos, mucho más allá de lo que un pequeño número de estaciones convencionales de vigilancia atmosférica puede proporcionar. Además, el costo sería inferior.
Los sensores del sistema CitiSense detectan los niveles de ozono, dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono, los gases contaminantes más comunes emitidos por los automóviles y otros vehículos con motor de combustión interna. La interfaz de usuario muestra las lecturas del sensor en un teléfono inteligente usando una escala por colores basada en las categorías empleadas por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos para calificar la calidad del aire, abarcando desde el verde (indicativo de bueno) hasta el púrpura (peligroso).
En las pruebas iniciales, los sensores resultaron ser excelentes herramientas educativas para sus usuarios. Mucha gente asume que la polución se distribuye de manera homogénea en el aire. Pero eso no es así. En realidad se concentra en "puntos calientes", como por ejemplo a lo largo de las calles más transitadas por el tráfico rodado, en las intersecciones entre ciertas calles, y en sitios menos obvios.
Los sensores se lo dejaron claro a los usuarios, quienes, gracias a ello, fueron capaces de emprender acciones para limitar lo más posible su exposición a los gases contaminantes. Por ejemplo, los que habitualmente realizan en bicicleta sus desplazamientos urbanos se percataron de que podían evitar gran parte de la polución si circulaban por una calle paralela a la más contaminada, y ubicada justo al lado de ésta.
Otro ejemplo es el de las personas que de forma cotidiana recorren en autobús el trayecto entre su vivienda y el puesto de trabajo. En sus periodos de espera en la parada o estación donde suben a su autobús, se ven expuestos a los gases de los tubos de escape de los de las diversas líneas que se detienen. Estas personas descubrieron que su exposición a tales gases se veía reducida de forma significativa por el mero hecho de evitar estar cerca de la zona de la parada o estación que queda justo ante el tubo de escape de los autobuses que se van deteniendo, ya que esa zona suele tener un aire bastante más contaminado que la del resto de la parada.
Los usuarios también descubrieron que la polución no sólo varía según el lugar, sino también según la hora del día. A media mañana, los valores de las mediciones en algunas carreteras pueden ser bajos, mientras que en las horas punta, cuando la gente va a trabajar o regresa a casa, pueden ser muy altos.
El último comentario se muestra en esta página, los anteriores podrás leerlos en las páginas subsiguientes. Todos los comentarios requieren de la aprobación del administrador. No se publicarán consultas, las que sugerimos realizar a través del formulario de contacto.Sólo los usuarios registrados pueden escribir comentarios. Por favor valídate o regístrate. Powered by AkoComment 2.0! |