El instituto Heartland no sólo se dedica al clima. También defiende que el humo del tabaco no es dañino para quien los fuma pasivamente y está en contra de las políticas públicas de salud en EEUU.
El Heartland Institute fue fundado en 1984 y es una organización no gubernamental con sede en Washington. Es la misma que organiza desde 2008 una reunión internacional de escépticos y negacionistas del cambio climático conocida como International Conference on Climate Change.
Los documentos del Heartland Institute, que circulan desde hace dos días por decenas de webs de todo el mundo, indican qué empresas lo financian. Entre ellas están compañías ligadas al petróleo como Koch Industries, una de las mayores compañías privadas del mundo, especializada en servicios para la industria petroquímica, y a la que Greenpeace acusa de haber gastado 20 millones de dólares en cinco años para atacar a quienes advierten de la emergencia del cambio climático.
Los papeles filtrados también señalan cuánto paga el Instituto Heartland mensualmente a quienes escriben en contra del cambio climático, tienen blogs sobre la materia o participan en conferencias. Los pagos van desde asignaciones de varios miles de euros al mes por persona, o donaciones de decenas de miles de euros para ‘proyectos’ concretos.
El Heartland Institute, por ejemplo, ha destinado 1,2 millones de dólares a la puesta en marcha desde 2009 del Nongovernmental International Panel on Climate Change (NIPCC), un grupo de escépticos liderados por Fred Singer y que tienen como nombre uno que emula el panel oficial de la ONU sobre el clima, Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC).
Además, la filtración también pone al descubierto un memorando interno con los planes para impedir que la ciencia del clima sea enseñada en las escuelas de EEUU, poniendo al descubierto los planes para crear un frente de disputa similar al del intento de imponer el creacionismo en las aulas estadounidenses. De hecho, el Heartland Institute está dispuesto a allanar la tarea y para ello ha presupuestado este año 200.000 euros para elaborar una propuesta de currículo escolar anticlimático que podría proporcionar a las escuelas para que fuera impartido.
Admite la veracidad del documento
El conjunto de papeles,
unos 100 folios que, según parece, fueron suministrados por un topo infiltrado en el Heartland Institute a una página web anti-negacionista llamada
desmogblog.com indican que el Heartland Institute ha gastado varios millones de dólares en los últimos cinco años en apoyar todo tipo de esfuerzos para debilitar la ciencia del clima. La mayoría del dinero viene de un una persona a la que los documentos mencionan como “El donante anónimo”.
Según los documetnos, este año el Heartland Institute espera conseguir 7,7 millones de dólares para sus objetivos.
Tras conocerse la filtración, el Heartland Institute admitió que algunos de sus documentos habían sido robados, pero señaló que no habían tenido tiempo de comprobar si todo lo que circulaba por la web era cierto o había sido alterado o falsificado. Pero al mismo tiempo, el Heartland Institute se disculpó públicamente ante sus donantes pidiéndoles perdón por el hecho de que sus nombres hayan sido puestos al descubierto, lo que ha sido interpretado por los medios de EEUU como un reconocimiento implícito de la validez del documento, que incluye también muchos detalles de las actividades del think tank, como salarios, fichajes de plantillas y planes para obtener más dinero.
El Heartland Institute puede acabar saliendo mal parado de esta filtración. Según señala The New York Times, algunos documentos filtrados parecen indicar que ha destinado fondos a influir en campañas políticas y esto es algo que tiene vetado por su estatus de organización no gubernamental.
Visto el escándalo provocado por la filtración de documentos del Heartland Institute, que ha generado un fuerte impacto en la prensa internacional, algunos pensarán que, donde las dan, las toman.
Hace tres años, el robo de los correos electrónicos de uno de los centros punteros en el estudio del clima, la Unidad de Investigación del Clima de la Universidad de East Anglia (Gran Bretaña), fue utilizado para acusar a los científicos de no ser rigurosos en el estudio del cambio climático. Aquella resultó ser una campaña sin fundamento, pues sucesivas investigaciones demostraron que no había nada raro en el asunto y que los expertos de East Anglia habían trabajado en todo momento con total corrección y honestidad.
Pero eso no impidió que el prestigio de los científicos del clima quedara muy tocado por este caso, conocido como ‘Climategate’. Los correos robados se dieron a conocer justo antes de la Cumbre de Copenhague, en diciembre de 2009,y sirvieron para crear un ruido de fondo contra quienes abogaban por luchar contra el cambio climático.
Ahora, tres años después, la sociedad ya sabe quién anima las campañas contra la ciencia del clima, y quién las paga.