Un equipo de científicos ha revelado los detalles de las fuentes hidrotermales (o fumarolas) más extremas del mundo, situadas a 5 kilómetros de profundidad en una grieta en el fondo del mar Caribe. Estos chorros calientes submarinos, 0,8 kilómetros más profundos que los conocidos hasta el momento, pueden superar los 450°C, y disparan agua mineral a una distancia de un kilómetro hacia la superficie.
A pesar de estas condiciones extremas, las fumarolas están llenas de ejemplares de una nueva especie de camarón, que posee un órgano sensible a la luz en su parte posterior. Además, tras haber encontrado aún más fumarolas en una montaña submarina cercana, los investigadores sugieren que los respiraderos de aguas profundas pueden estar más extendidos de lo que se pensaba.
El equipo de investigadores del Centro Nacional de Oceanografía en Southampton (Reino Unido), que ha llevado a cabo el estudio, publicado por ‘Nature communication’, descubrieron los respiraderos durante una expedición en abril de 2010, a bordo del Royal Research Ship James Cook.
Para su investigación utilizaron el robot submarino del Centro Nacional de Oceanografía, llamado Autosub6000, y el vehículo de buceo profundo, HyBIS -fabricado por la firma británica Hydro-Lek- para localizar y estudiar las fuentes hidrotermales situadas a una profundidad de cinco kilómetros en la depresión Caimán, una grieta volcánica submarina al sur de las Islas Caimán.
Las fumarolas, llamadas por el equipo Beebe Vent Field, en honor al primer científico que se aventuró en las profundidades del océano, expulsan chorros de líquido caliente inusualmente ricos en cobre, y disparan chorros de agua cargada de minerales a una distancia cuatro veces mayor que otros respiraderos de aguas profundas.
Aunque los científicos no fueron capaces de medir la temperatura directamente, estas dos características indican que los respiraderos más profundos del mundo pueden superar los 450°C. Según el estudio, “estas fuentes hidrotermales pueden ser uno de los pocos lugares en el planeta donde estudiar las reacciones entre las rocas y los fluidos a temperaturas y presiones extremas”.
Nuevas especies animales
Además, el equipo halló una nueva especie de camarón pálido cuyos miembros se encontraban congregados en hordas (de hasta 2.000 camarones por m2) en torno a las columnas de minerales de seis metros de altura que expulsan las fumarolas. A falta de ojos normales, los camarones tienen, en cambio, un órgano sensible a la luz en su parte trasera, que los ayuda a navegar a través del débil resplandor de las aguas profundas. Los investigadores han denominado a esta nueva especie de camarones Rimicaris hybisae, por el nombre del vehículo que se utilizó para recogerlos.
Estos camarones están relacionados con una especie llamada Rimicaris exoculata, que se encuentra en otras fumarolas a 4.000 kilómetros de distancia, en la dorsal mesoatlántica. Por otro lado, en otros lugares de Beebe Vent Field, el equipo observó cientos de anémonas de tentáculos blancos sobre las grietas por donde se filtra el agua caliente del fondo del mar.
El autor del estudio, Marino Copley ha afirmado que el estudio de las criaturas de estas fumarolas, y su comparación con otras especies que viven en fuentes hidrotermales en otras partes del mundo, ayudará a entender cómo estos animales se dispersan y desarrollan en las profundidades del océano.
Los investigadores también encontraron fumarolas en las laderas superiores de una montaña submarina llamada Dent. La montaña Dent se eleva casi tres kilómetros sobre el lecho marino de la depresión Caimán, aunque su punto más alto se encuentra aun a tres kilómetros por debajo de la superficie. “Encontrar fumarolas en la montaña Dent fue una completa sorpresa”, afirma Connelly. Debido a que las montañas submarinas, como Dent, son muy comunes en los océanos, el descubrimiento sugiere que las fuentes hidrotermales podrían estar más extendidas de lo que se pensaba.
Las fumarolas de la montaña Dent también están atestadas de la nueva especie de camarón, así como de peces con aspecto de serpientes y especies nunca antes vistas de caracoles y anfípodos.
La expedición británica siguió los pasos de una expedición estadounidense realizada en noviembre de 2009, que detectó las columnas de agua en la depresión Caimán. Ahora, una segunda expedición, también estadounidense, está utilizando un vehículo de buceo profundo operado por control remoto para seguir investigando estas fumarolas y, por otro lado, el equipo del Reino Unido también tiene previsto regresar a la depresión Caimán en 2013, con Isis, un vehículo del Centro Nacional de Oceanografía operado a control remoto, que puede trabajar a profundidades de hasta seis kilómetros.
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