 El
gobierno de Estados Unidos ha logrado “debilitar secciones clave” de
una propuesta de acción conjunta del Grupo de los Ocho (G8, los siete
países más ricos y Rusia) sobre el cambio climático, informó ayer el
diario The Washington Post.
El diario, que tuvo acceso a documentos no identificados, señaló que
“bajo presión de EE.UU.” los negociadores del G-8 “suavizaron el
documento” y “eliminaron textos que hubieran detallado la forma en que
el aumento de las temperaturas afecta al planeta”.
En una versión a la que tuvo acceso la BBC fue borrada, por ejemplo, la
promesa de crear un fondo para transferir a los países pobres
tecnología sobre fuentes de energía renovables que aparecía en una
copia que circulaba en mayo.
Pero quizás lo más significativo es que el documento anterior reconocía
explícitamente que las actividades humanas eran responsables del cambio
climático.
En cambio, en la copia que obtuvo la BBC, frases como “nuestro mundo se
está calentando” figuran entre corchetes, lo que significa que al menos
un país del G8 no está de acuerdo.
Los medios británicos señalan que se cree que Washington, que no acepta
el protocolo de Kyoto sobre el control de las emisiones de gases que
contaminan el medio ambiente, ha ejercido influencia para suavizar el
contenido del documento del G-8.
Todos los países firmantes del Protocolo de Kyoto se han comprometido a
bajar para el 2012 las emisiones de gases contaminantes a los niveles
de 1990, pero el presidente de EE.UU., George W. Bush, decidió en el
2001 que no se sujetaría al protocolo que ya había firmado.
La cumbre del G-8, que se celebrará entre los próximos días 6 y 8 en la
localidad británica de Glenagles, debía estudiar medidas para reducir
las emisiones de dióxido de carbono.
El Gobierno del presidente estadounidense George W. Bush ha puesto en
duda los argumentos científicos sobre un calentamiento de la atmósfera
causado, en gran medida, por la contaminación producida por la quema de
combustibles fósiles.
La semana pasada, el diario The New York Times informó de que el jefe
del Consejo de la Casa Blanca sobre Calidad Ambiental, Phillip Cooney,
alteró documentos científicos para enfatizar dudas en las conclusiones
científicas sobre cambio climático.
Cooney renunció el viernes pasado y pasó a trabajar en relaciones
públicas para la firma petrolera Exxon Mobil, una de las principales
adversarias de los límites obligatorios a las emisiones de los gases
que contaminan la atmósfera.
Los grupos ecologistas han expresado su malestar por el contenido del texto.
El director ejecutivo de Greenpeace, Stephen Tindale, considera que
Bush, es “una amenaza internacional”, y Catherine Pearce, de Friends of
the Earth (Amigos de la Tierra), calificó la última versión del
documento del G8 de “desastrosa”.
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