Las cosas negativas, como la crisis financiera que nos sacude, tienen también su lado positivo y es que según un nuevo estudio, el nivel de emisiones de gases invernadero se ha reducido últimamente.

La recesión económica internacional ha conducido al descenso en las emisiones de gases invernadero más acusado de los últimos cuarenta años, según un nuevo estudio publicado por la Agencia Internacional de Energía (IEA). Concretamente las emisiones cayeron un 2,6%, una reducción ‘imprecedente’ que en opinión de la IEA debería aprovecharse como una oportunidad para combatir el cambio climático.

El factor que más ha influído en esta caída es el descenso en los niveles de producción industrial, pero los nuevos planes en el comercio de carbón y la ausencia de financiación para la apertura de nuevas plantas de generación eléctrica basadas en su combustión también han jugado su papel. El objetivo de la Unión Europea de cortar las emisiones en un 20% en el año 2020, las políticas de eficiencia energética de China y los nuevos estándares en las emisiones de los coches estadounidenses también parecen haber tenido un efecto notable.

El descenso en las emisiones de este año superará a la caída del 1,3% que vino después de la crisis del petróleo de 1981.

Estos nuevos datos jugarán un papel primordial en las discusiones sobre el cambio climático que los líderes mundiales mantendrán en Copenhague el próximo mes de diciembre. El objetivo de dichas reuniones será llegar a un nuevo pacto climático que sustituya al protocolo de Kyoto, y que será operativo a partir del año 2012.

Las cifras de la IEA llegaron también antes de la reunión del G20 en Nueva York organizada para tratar el cambio climático, y convocada por Ban Ki-moon, secretario general de Naciones Unidas.

Fatih Birol, jefe de economía de la IEA se ha referido al descenso en las emisiones como “sorprendente” y predice que esta noticia hará “mucho menos complicados” los esfuerzos que recomiendan los expertos para reducir las emisiones y el calentamiento global.

No obstante, Birol también sostiene que la noticia sobre la caída en las emisiones solo será positiva si va acompañada de un acuerdo en Copenhague que facilite a los inversores una señal “baja en carbono”.

“Esperamos que el acuerdo en Copenhague haga llegar una señal a las nuevas inversiones para que vayan en una dirección [medioambiental] sostenible. Si perdemos esta oportunidad, después será mucho más duro y caro intentar que el sistema energético mundial siga un camino sostenible”.

Fuente: Financial Times