 Tres
colombianos y un danés son los responsables del seguimiento de la
especie que vive en Quindío, Risaralda, Tolima, Caldas y Antioquia.
Scytalopus stilesi, se llama así en honor a Gary Stiles, un ornitólogo
nacido en Estados Unidos, que ahora vive en Bogotá, trabaja en el
Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, y es editor
de la revista Ornitología Colombiana.
"Decidimos darle su nombre porque es un profesional que ha contribuido
a la conservación de muchas especies", afirmó Luis Miguel Renjifo, uno
de los biólogos descubridores de la nueva especie. Andrés Cuervo,
Daniel Cadena y Niels Krabbe son los otros tres ornitólogos
responsables de este hallazgo. Aunque ellos viven en diferentes países
coordinaron el trabajo a distancia y cada uno desarrolló una labor
diferente.
Cuervo, que estudia en la Universidad de Puerto Rico, se encargó de la
morfología del ave para identificar las similitudes o diferencias con
otras especies del mismo género. "Es muy similar a otras, casi
indistinguible –dijo–. Precisamente por esto no había sido descrita
anteriormente".
Y aunque físicamente es muy parecida a otras especies, hay algo que la
distingue: Su canto fuerte y constante. El mismo que despertó la
curiosidad de los investigadores y ayudó a determinar que esta
característica es "su cédula".
Esta ave de cuerpo y pico pequeños, barras cafés en la parte posterior
y plumaje gris oscuro, vive en la parte baja de bosques húmedos entre
1.400 y 2.100 metros de altura, "un lugar donde casi no llega la luz,
lo que hace difícil su observación", afirma Renjifo, decano de la
facultad de estudios ambientales y rurales de la Universidad Javeriana,
encargado de analizar la ecología de la especie (hábitat). "Y aunque no
está en peligro de extinción, sí está totalmente desprotegida porque es
un área deforestada", afirmó.
Por su parte, Cadena – que estudia en la Universidad de Missouri
(Estados Unidos)– encontró que genéticamente "la Scytalopus Stilesi es
totalmente disímil. Secuencié lecturas del ADN mitocondrial y comparé
con otros pajaritos –explicó–. Esta especie ha estado separada como una
unidad por más de dos millones de años".
Trabajo de campo
Descubrir una nueva especie es un trabajo dispendioso que necesita
meses de entrenamiento. Más en un país como Colombia en donde hay gran
diversidad de aves: en el Caribe habitan 685; en el Pacífico, 637; en
la zona Andina, 772 y en la Oriental, 894 especies, según la Lista de
Chequeo de las Aves de Colombia, registrada en marzo del 2001.
Con trabajos continuos de observación, los ornitólogos dedicaron días y
meses en la exploración apoyada con una grabadora y micrófono
profesional para hacer posible el registro de vocalizaciones, los
cantos y los diferentes sonidos de las aves. "Terminamos por aprender
cada uno de los reclamos, afinamos el oído", cuenta Renjifo.
En este caso, aunque grabaron el canto de la Scytalopus Stilesi, no
supieron con certeza si era una especie ya descrita, lo que los llevó a
consultar al experto en vocalizaciones, Thomas Schulenberg. Este, a su
vez, confirmó con el danés Niels Krabbe, conocedor de los cantos de
aves. "Teniendo la certeza de que era una especie no descrita,
decidimos trabajar juntos desde el 2002", contó Cadena.
Los investigadores emplearon un análisis basado en sistemas de
información geográfica de la nueva especie bajo los criterios de la
Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN). El descubrimiento se hizo
oficial en la revista 'The Auk', respaldada por The American
Ornithologists Union de Estados Unidos.
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