Al Gore, el ex vicepresidente de los EE.UU., definió alguna vez a la crisis climática como “el desafío más significativo que la civilización humana haya enfrentado jamás”. Es un hecho científico que el cambio climático está entre nosotros y que ningún país está exento de la amenaza medioambiental. Tampoco la Argentina. Expertos en diferentes áreas consultados apuntan cuáles son los 10 principales desafíos para contrarrestarlo:
1. Energías renovables
El sector energético “es el que aporta mayor cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, y particularmente en la Argentina, cuya matriz energética está basada en un 90% en combustibles fósiles: petróleo y gas natural”, destaca Juan Carlos Villalonga, de Greenpeace. En el documento Una política Energética Verde para la Argentina, el especialista señala que “para 2025, el país debe cambiar su matriz energética hoy fuertemente dependiente de los combustibles fósiles, por una de alto componente de energías limpias y renovables”. Esto incluye el redireccionamiento de los subsidios, hoy orientados a los hidrocarburos, hacia formas de energía más limpias y eficientes, como la eólica, cuyo potencial es enorme.
2. Sistemas de producción integrados
Se necesita una nueva revolución industrial, que priorice la utilización de energías renovables, y la concepción de los productos pensando en su reutilización. El concepto de diseño C2C (de la cuna a la cuna), gana adeptos en el mundo, dado que en lugar de seguir los procesos lineales en los que un producto se crea y se descarta, se construye un ciclo, como el de la naturaleza. El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) desarrolló un plan para ser aplicado en los municipios que contempla: eficiencia energética, procesamiento de residuos urbanos e industriales, diseño de unidades productivas pequeñas y descentralizadas, para que cada comunidad pueda abastecerse de productos básicos, evitando los costos de transporte y logística.
3. Planificación Urbana
Para 2050, el 70% de la población mundial vivirá en centros urbanos. Los problemas de transporte, consumo energético y generación de residuos se multiplicarán para entonces. La ciudad de Buenos Aires presentó su propio plan ambiental durante la Conferencia de Alcaldes por el Clima, que incluye una meta de reducción de emisiones del 30% para el período 2010-2030. El plan contempla el recambio de luminarias de alumbrado y semáforos por LED (un sistema de iluminación que consume cinco veces menos energía que las lámparas incandescentes), la utilización de biodiesel de aceite vegetal en el transporte de pasajeros, la ampliación de bicisendas, redes de subtes e impulso a los automóviles híbridos y eléctricos.
4. Salud
Como consecuencia del aumento de las temperaturas globales, se está extendiendo el área de influencia de enfermedades tropicales. “Se calcula que en los próximos 20 años habrá entre 220 y 400 millones de casos adicionales de malaria, 3.500 millones de casos de dengue, y también se extenderán otras enfermedades infecciosas como la leishmaniasis”, señala el climatólogo Osvaldo Canziani, ex integrante del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Asimismo, los cambios en la distribución, cantidad y calidad de los pólenes, así como la contaminación ambiental, ya están provocando una mayor prevalencia de asma y alergia y un empeoramiento de los síntomas.
5. Producción agrícola
Un incremento de temperatura mayor a los 2° y la ocurrencia de eventos climáticos extremos impactará de lleno en la actividad agrícola, beneficiando a algunas zonas y cultivos (especialmente la soja genéticamente modificada), y perjudicando a otros. Según el informe del Banco Mundial Desarrollo con menos carbono: respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático, una disminución en las precipitaciones en las regiones áridas y semiáridas de Argentina, podría causar una grave escasez de agua en los próximos años. Asimismo, se espera que entre un 47 y 100% de las zonas de mayor riesgo de inundaciones en Argentina y Uruguay tengan una exposición aún mayor a precipitaciones intensas. El informe también prevé, “una reducción promedio del rendimiento de 4% en trigo, 9% en maíz y 14 % en soja en el norte del país”, y un aumento del rendimiento para los tres cultivos, promediando 14% en trigo, 19% en maíz y 67% en soja para la región sur.
6. Instrumentos Financieros
En la Cumbre de Copenhague, se cerró un acuerdo impulsado por los EE.UU., Brasil, India, China y Sudáfrica -con la oposición del bloque del ALBA (Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba) y Sudán-, que estableció un fondo de u$s10.000 millones entre 2010 y 2012 y u$s 100.000 millones anuales a partir de 2020 para financiar programas de mitigación y adaptación en los países menos desarrollados (Argentina no está incluida). La cifra resulta exigua si se la compara con los u$s700 mil millones que desembolsó el gobierno norteamericano para salvar a un grupo de bancos tras la crisis subprime.
7. Exportaciones libres de carbono
Una tendencia creciente en el comercio internacional es exigir a los productos el etiquetado de la huella de carbono, donde conste las unidades de carbono equivalentes consumidas en la producción y transporte de la mercadería. Esto pondría en desventaja a las exportaciones argentinas, por su lejanía de los mercados centrales. Según FLACSO, un tercio de los productos que exporta el país tienen una intensidad de carbono alta (carnes, aceites, textiles). Las mayores emisiones de gases de efecto invernadero en el país no provienen de la industria, sino del sector energético y de las actividades agrícola-ganaderas. Reducir la intensidad de carbono de las exportaciones demandará reconvertir la matriz energética, y los sistemas de cultivo y alimentación del ganado.
8. Pobreza
El cambio climático “acrecentará las desigualdades sociales y la pobreza”, afirma la economista Cecilia Ugaz, representante del PNUD de la ONU. Las principales amenazas que traerá el aumento de las temperaturas en la próxima década son: la caída de la productividad agrícola, la inseguridad del agua, mayor frecuencia de lluvias, sequía e inundaciones, desaparición de ecosistemas y reaparición de enfermedades que se creían controladas.
9. Consumo
Las nuevas generaciones son más conscientes del cambio climático y surgen pequeñas acciones, como el llevar la propia bolsa para hacer las compras en lugar de utilizar bolsas de plástico contaminantes, o exigir, además de precio y calidad, que el producto que se está comprando no dañe el medio ambiente.
10. Oportunidades de negocios
El cambio climático plantea limitaciones al crecimiento de las economías, pero también oportunidades, desde reconvertir la producción agrícola-ganadera, hasta textiles, muebles, juguetes, electrónica y viviendas sustentables. Otro mercado a desarrollar es el de los seguros ambientales. Si bien en 2002 se sancionó la ley de Ambiente, que obliga a las actividades riesgosas a contratar un seguro de cobertura para garantizar la recomposición del daño que pudiera producir, su exigencia aún no es generalizada.
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