En
25 años de desplazaron 18 especies hacia aguas más frías, en dirección
al Artico. Expertos prevén que en 2050 variedades como la bacaladilla
habrán desaparecido del lugar.
Una gran cantidad de especies de peces que viven en el Mar
del Norte abandonan su hábitat por el calentamiento global, afirma un
estudio realizado por científicos de la Universidad Británica de East
Anglia, publicado en la revista Science (DOI: 10.1126/science.1111322)
en su versión online.
Según los resultados de la investigación, 18 especies emigraron a lo
largo de los pasados 25 años en dirección norte hasta más de 100
kilómetros, mientras que 21 especies desplazaron sus sitios de desove
por el aumento de la temperatura del agua.
La temperatura del agua del Mar del Norte aumentó un grado celsius en 25 años.
El centro de la población de bacalao, una especie amenazada por la
sobrepesca, se movió 117 kilómetros en dirección al Artico. En tanto,
el límite sur del hábitat del eglefino se trasladó 105 kilómetros al
norte.
Al mismo tiempo, especies de peces que viven en aguas más cálidas son
detectadas en el Mar del Norte. Durante el periodo que duró el estudio,
la faneca (Trisopterus luscus) extendió su hábitat 342 kilómetros hacia
el norte.
Los científicos analizaron los cambios geográficos de las poblaciones de 36 especies de peces que viven en el Mar del Norte.
Para ello se valieron de datos proporcionados por la industria
pesquera, que fueron comparados con cambios en la temperatura del agua,
modelos climáticos generales y la influencia de la corriente del Golfo.
El estudio refuerza el temor de que las ya amenazadas poblaciones de
peces en el Mar del Norte se vean aún más afectadas por el cambio
climático, por lo que las medidas de regulación de la pesca que ya
están vigentes en este lugar, deben ser incrementadas.
Según la investigación, los peces reaccionan de manera más
significativa al aumento de las temperaturas que los seres vivos
terrestres.
Los expertos concluyeron, con base en estimaciones, que algunas
especies de peces, como la bacaladilla o la acerina, ya no vivirán en
el Mar del Norte para el año 2050.
Asimismo, descubrieron que las especies de peces que tienen ciclos de
vida cortos y un tamaño menor reaccionan más pronto a los cambios de
temperaturas continuos que las de mayor tamaño. Además, las especies
más amenazadas por la sobrepesca están en peores condiciones para
adaptarse al calentamiento global.
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