Un estudio del Instituto alemán de Investigaciones Económicas indicó en fecha reciente que las catástrofes naturales se triplicaron en la última década en el Planeta, una cifra considerada muy alta respecto a los años 80 y 90 del pasado siglo.

Según la institución, que advierte sobre los altos costos del cambio climático en las últimas décadas, entre 1975 y 1984 ocurrió a nivel mundial tan solo una catástrofe natural de grandes dimensiones, el huracán Alicia, que golpeó las costas de México y Estados Unidos y dejó pérdidas por mil millones de dólares.

En la década posterior hubo 13 catástrofes, y en la última, desde 1995, la cifra subió a 35.

La directora del estudio, Claudia Kemfert, dijo que “lo peor de las catástrofes provocadas por el cambio climático es su mayor cantidad e intensidad. Partimos del supuesto de que estos desastres naturales se producirán en Europa, con inundaciones y olas de calor, pero también en otras regiones", advierte.

Los autores del análisis germano indican que las catástrofes naturales tienen su origen en la actividad humana. Y apuntan al respecto que, desde 1750, la concentración de dióxido de carbono aumentó en un 31%, mientras la temperatura lo hizo en 0,8 grados Celsius.

Para Kemfert, el cambio climático es irreversible, y aunque la Humanidad reaccionara de forma enérgica en un intento de cambiar la situación, ya el daño está hecho, pues durante décadas ha habido una constante emisión de gases que provocan el efecto invernadero, sin una respuesta de los países industrializados para contrarrestar el impacto.

Kemfert, directora del departamento de energía, tránsito y medioambiente del Instituto alemán de Investigaciones Económicas afirmó que los resultados de esta inconsciencia serán las catástrofes naturales, cuyos costos alcanzarán los 200 mil millones de dólares estadounidenses hasta el 2050, partiendo de un aumento en la temperatura de 3,5 grados Celsius hasta el 2100.

La situación es gravísima. Estados Unidos, el principal emisor de gases de efecto invernadero, se niega a suscribir el Protocolo de Kyoto, pues perjudicará a su industria.

Pero los especialistas son poco optimistas. Aunque Norteamérica firmara el Protocolo no sería suficiente, pues para detener la actual tendencia es imprescindible reducir entre un 60 y un 80.5 las emisiones de gases de efecto invernadero.

Situación válida para otras grandes naciones que también ignoran la petición mundial de que adopten medidas para proteger al Planeta.

Si Estados Unidos cooperara en la lucha por salvar a la Tierra también saldría beneficiado, no sólo en cuanto a la sobre vivencia de sus habitantes, sino también en el mercado de crédito de emisiones. Cada tonelada de dióxido de carbono se cotiza actualmente en 51 dólares, pero, de adoptarse las medidas pedidas, los llamados “certificados de emisión” reducirían su precio a 25 dólares.

De adherir Washington el Protocolo de Kyoto, las emisiones de gases de efecto invernadero se traducirán en reducciones de 500 mil millones de dólares, indican los especialistas alemanes.

La protección del clima tiene en la actualidad un costo equiparable al uno por ciento del Producto Social Bruto Mundial.

Fuente: Radio Rebelde