Ha finalizado un año de grandes problemas para toda la humanidad y comienza otro durante el cual los principales desafíos serán el combate a la pobreza, un flagelo creciente como consecuencia de la crisis global capitalista, y la lucha contra el cambio climático que amenaza la vida de toda nuestra especie.

Si bien durante más de 15 años se habían logrado progresos para mejorar el nivel de vida de millones de personas, a partir de los últimos meses de 2008 y durante todo 2009 todos los esfuerzos se vinieron abajo.

En América Latina y El caribe diciembre cierra con la impresionante
cifra de 189 millones de pobres, de los cuales 76 millones serán indigentes, es decir que carecen en absoluto de capacidad para satisfacer sus necesidades más perentorias.

Al principio del año había en la región 180 millones de pobres y 71 millones en extrema pobreza, índices que venían en retroceso hasta tropezar con los graves efectos de la crisis.

Según los pronósticos más optimistas, 2010 puede significar el comienzo de la recuperación, tras una pérdida promedio de 1,8 por ciento en el Producto Interno Bruto, pero aún en el caso de realizarse el anunciado crecimiento, éste será incapaz de compensar las pérdidas sufridas

Ban Ki-moon, Secretario General de la ONU, se congratuló por la convocatoria a una reunión en septiembre próximo para revisar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, aunque todo parece indicar que sólo servirá para constatar el escaso avance en todos los frentes, particularmente, en el de la pobreza.

Respecto a la situación climática, el funcionario señaló el tema como otra de las prioridades de la máxima entidad mundial, debido a la seria amenaza que constituye el calentamiento global para la vida.

Como se sabe, la Cumbre de Copenhague fue un rotundo fracaso ante la actitud egoísta del mundo desarrollado, que se negó a aceptar su responsabilidad por la emisión de gases contaminantes y pretendió pasarla a los países pobres.

Esto dejó en la cuerda floja al Protocolo de Kyoto, único instrumento hasta hoy para regular las obligaciones respecto al efecto invernadero, pero cuyo vencimiento está ya casi a las puertas, en 2012, sin que exista ninguna herramienta para sustituirlo.

En los próximos meses habrá dos oportunidades más para resolver este candente problema. La primera será en la ciudad alemana de Bonn y la otra en México, donde se espera que los jefes de gobierno y de Estado del mundo industrializado lleguen con una oferta concreta.

Antes de ello, el presidente de Bolivia, Evo Morales, convocó del 19 al 22 de abril a una Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático, con el objetivo de mantener la lucha por la humanidad, la vida y el planeta después del fiasco que constituyó la cita en la capital de Dinamarca.

En la reunión se insistirá en la necesidad de realizar un referendo mundial sobre el tema, así como reclamar a la ONU la constitución de un Tribunal de Justicia Climática.

Resulta justificado, pues, que la ONU insista este 2010 en dos aspectos que para millones de personas significan una temible alternativa para un futuro muy próximo, morir por hambre, o perecer como consecuencia de las alteraciones del clima.