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Por el cambio climático, viñedos y olivares se mudan a la Patagonia
Noticias - Noviembre 2009
Publicado por Administrador   
jueves, 12 de noviembre de 2009
Viñedos en la Patagonia Las actividades agrícolas serán las más afectadas por el aumento de la temperatura global. Según un informe del Banco Mundial, el cambio climático provocará un menor rendimiento de cultivos tradicionales como trigo y maíz, y un aumento del rinde de variedades genéticamente modificadas de soja. Estudios científicos avalan el futuro potencial de las tierras patagónicas para la producción de vid y olivo. Bodegueros e inversores miran al sur.

El calentamiento global a razón de 0,2º C por década resulta imperceptible, pero tiene amplias consecuencias en la naturaleza y las actividades productivas. En el caso de los viñedos, cuyo rendimiento depende en un 75% de las condiciones de temperatura y humedad, el cambio climático puede volver inviables zonas actualmente productivas, y transformar en aptas tierras que hoy no se consideran como tales.

Un estudio del Equipo Interdisciplinario para el Estudio de los Procesos Atomosféricos en el Cambio Global (Pepacg), destaca las consecuencias que tiene el aumento de la temperatura global en la reciente actividad vitícola de la Patagonia. El trabajo, dirigido por el dr. Pablo Canziani (h.), integrante del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) que obtuvo el Nobel de la Paz en 2007, e investigador del Conicet y del flamante Centro de Investigación de la Universidad Católica (UCACyT) , destaca que hubo un notable aumento de las temperaturas durante 1961 y 1990 y esto “trae aparejados cambios aptitudinales para la elección de las variedades de uvas, y consiguientemente los estilos de vinos”. El estudio realiza una prospectiva climática que llega hasta el año 2080, dado que “es necesario observar el clima presente y escenarios futuros con miras a una producción efectiva, sostenible y duradera”.

Diversos estudios científicos muestran que el “calentamiento global” no es uniforme, sino que se alternan áreas de aumento y disminución de la temperatura. El incremento medio de la temperatura global de 1900 al presente se estima en cerca de 1º C. No obstante, se viene acelerando y “además del incremento de temperatura se han registrado otras variaciones climáticas como la modificación del régimen de precipitaciones y la alteración del régimen hídrico, cuyas consecuencias son aún inciertas”, destaca Canziani.

Es difícil predecir los cambios en el clima que tendrán lugar debido al aumento del llamado “efecto invernadero” pero la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera está creciendo sostenidamente, a pesar de los compromisos asumidos para la reducción de emisiones por parte de los países firmantes del Protocolo de Kioto. Las proyecciones de los modelos climáticos globales (MCGs) estiman que la temperatura media global podría aumentar entre 1 y 4,5º C de aquí a 2100.

El clima es uno de los factores determinantes de la producción vitícola, ya que los viñedos necesitan un régimen de temperatura, insolación y lluvias muy determinando (el óptimo de temperatura media anual oscila entre los 11 y 18º C y veranos secos). La región patagónica argentina (Neuquén, Chubut y Río Negro) representa hoy menos del 2% de la superficie cultivada con viñedos (más del 70% corresponde a la provincia de Mendoza), según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

En Río negro hay 35 bodegas, con una superficie cultivada de 2.803 ha. repartidas en 419 viñedos. Más del 50% tiene una antigüedad superior a los 25 años. Neuquén tiene 10 bodegas con 1.523 ha. implantadas pertenecientes a 62 viñedos y la gran mayoría tiene entre cuatro y ocho años de implantado. En Chubut hay una bodega y un viñedo de 20 ha, de entre nueve y 15 años de implantado.

En los últimos años, hubo en la región importantes inversiones en bodegas y viñedos por parte de grupos nacionales y del exterior. Vinos de la Estepa, Agrestis, Noemía Patagonia,y Doña Paula (filial argentina de Bodegas Santa Rita) son algunas de las que se han instalado en el Alto Valle de Río Negro. La Bodega del Fin del Mundo fue pionera al establecerse en 1999 en San Patricio del Chañar (Neuquén), y hoy son varios los viñedos en la zona (Familia Schroeder, NQN, Familia Grittini). En tanto, en 2003, la bodega Weinert instaló su viñedo en El Hoyo, Chubut, y hay otras firmas interesadas en hacer lo mismo.

El olivo es otro cultivo que se está expandiendo en la región patagónica, aunque no existe todavía un estudio científico que determine su viabilidad climática. El trabajo de Canziani y su equipo fue realizado a pedido de una cámara de bodegueros y contempla únicamente los aspectos climáticos, sin ser un estudio de mercado. Lo cierto es que para tomar la decisión de invertir en viñedos, hay que tener en cuenta que es un negocio a largo plazo. Pueden pasar de cinco a siete años desde que se plantan los sarmientos hasta que se obtiene la producción. Razón de más para contar con información precisa antes de decidirse.

Adaptación de cultivos

A pesar de no ser un gran emisor de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático, la Argentina padecerá sus efectos negativos, principalmente en la agricultura. No obstante, el país tiene grandes posibilidades de mitigación a través del desarrollo de energías renovables y del mejoramiento de la eficiencia energética, sostiene un estudio del Banco Mundial, titulado “Desarrollo con menos carbono: respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático”.

El informe, que tiene un amplio capítulo dedicado a la Argentina y fue presentado a mediados de año, advierte que una disminución en las precipitaciones en las regiones áridas y semiáridas del país, podría causar una grave escasez de agua en los próximos años. Igualmente, se espera que entre un 47% y 100% de las zonas de mayor riesgo de inundaciones en Argentina y Uruguay tengan una exposición aún mayor a precipitaciones intensas. Y si se mantienen intactas las tendencias actuales, se predicen graves pérdidas de biodiversidad para el 2050.

Las variaciones observadas en los últimos años en los patrones de precipitaciones pluviales -con lluvias intensas en el nordeste y escasez en el suroeste- pueden agudizarse aun más, si no se adoptan a tiempo medidas apropiadas de mitigación y adaptación, señala el informe.

“La agricultura -incluyendo cambios en el uso de la tierra y los recursos forestales- es el sector con mayor incidencia en la emisión de gases de efecto invernadero en Argentina, con el 51% del total”, sostuvo Augusto de la Torre, economista jefe del Banco Mundial para América Latina durante la presentación del trabajo. “Algunas de las vulnerabilidades observadas en el sector agrícola pueden reducirse mediante la investigación para desarrollar variedades resistentes a la sequía y calor, la extensión y mejoramiento de la infraestructura de irrigación y el desarrollo de un mercado de seguros contra variaciones climáticas extremas”, agregó el experto.

El futuro es hoy

La evidencia científica señala que el calentamiento global ya está afectando el clima de la región. Las temperaturas han aumentado en 1º C durante el siglo XX, mientras que los niveles de elevación del nivel del mar han alcanzado 2 a 3 mm/año desde la década de los ochenta. “En Argentina es muy probable que las temperaturas se incrementen en 1º C en todo el país hacia el 2020/2040, particularmente en el norte, provocando una mayor evaporación y, como consecuencia, un incremento en la aridez y desertificación”, destaca el informe del BM. El estudio también señala que la elevación del nivel del mar puede provocar una erosión de la costa, especialmente al sur de Patagonia, y alerta sobre el posible aumento en la frecuencia y magnitud de los desastres naturales.

A pesar de todo, existe un gran potencial para la reducción de emisiones a través del impulso a las energías renovables. Las condiciones de viento son excelentes en la Patagonia, por caso. También es posible y necesario implementar programas para la conservación de bosques, mejorar el sistema de transporte público e impulsar aquel que menor contaminación provoca, como el ferrocarril, y promover el uso eficiente de la energía en la iluminación residencial y comercial.

En la segunda semana de diciembre, se llevará a cabo la Conferencia Internacional de Cambio Climático en Copenhagen, Dinamarca, donde las naciones debatirán cómo adaptarse a este fenómeno y quién pagará los costos. Argentina es uno de los cuatro países en desarrollo que ha entregado dos informes nacionales a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. No obstante, el país no delineó aún -como sí lo han hecho la mayoría de los países de la región- un Plan de Adaptación a un cambio de clima que ya ocurrió.

María Gabriela Ensinck
Fuente: CRONISTA.COM

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