La 57 conferencia anual de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) arrancó ayer en la ciudad surcoreana de Ulsan con la derrota de la propuesta de Japón, que quería excluir de la agenda de la cumbre la creación de santuarios de ballenas.

La delegación nipona no consiguió la mayoría necesaria para que la propuesta prosperase en este gremio integrado por 66 miembros. Tampocó consiguió ser respaldada la iniciativa de que en el futuro las votaciones en el CBI sean secretas.

La primera de las propuestas recibió 29 votos en contra y 28 a favor. La segunda, apuntó AP, para incluir una votación secreta, contó con 30 sufragios en contra y 27 a favor.

Ambas votaciones eran consideradas como una prueba para ver si los países que están a favor de la caza de ballenas han logrado la mayoría entre los 66 miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI).

El resultado de la votación ha sido considerado una victoria parcial para los defensores de los animales. Con ello se garantiza en el futuro la transparencia del gremio, según comentó en Ulsan Sandra Altherr, miembro de la organización defensora de los animales Pro Wildlife.

"Pero el peligro de que la mayoría pueda modificarse sigue existiendo", añadió.

La comisión, cuya sede está en Cambridge, Inglaterra, prohibió en 1986 la caza con fines comerciales, un importante triunfo para los grupos ambientalistas que protegen a las especies que estaban a un paso de la extinción tras siglos de caza indiscriminada.

Noruega es el único país del mundo que desafía a la prohibición y tiene una temporada de caza comercial de ballenas. Japón mata ballenas para, según dice, realizar investigaciones científicas; pero vende su carne.

Se proyecta que Japón, Noruega y otras naciones matarán este año más de 1.550 ballenas. Nueva Zelanda, Australia y grupos conservacionistas como Greenpeace se oponen a la expansión de la caza de ballenas.

La delegación de Japón había anunciado oficialmente su intención de duplicar holgadamente la captura de ballenas mink y cazar en el futuro también, por primera vez, rorcuales comunes y ballenas jorobadas, en el marco de su controvertido programa para la captura "científica" de cetáceos.

Japón exigía que sus balleneros pudieran cazar en el santuario creado por la CBI en el Antártico, casi 900 ballenas mink al año.

Después de un período de transición de dos años, Japón también quería capturar diez rorcuales comunes al año.

Para el período 2007-2008, el Gobierno de Tokio pretende que se le autorice la captura de hasta 50 rorcuales comunes y de igual número de ballenas jorobadas. Ambas especies de ballenas están amenazadas de extinción. Sin embargo, Japón alega que las poblaciones de estos dos tipos de cetáceos se han recuperado.

Japón rechaza la creación de nuevos santuarios balleneros y propuso que el tema  -y otros a los que se oponen las naciones balleneras-  sean quitados de la agenda en el comienzo de la asamblea general anual de la comisión en Corea del Sur.

La CBI impuso en 1986 una moratoria a la caza comercial de ballenas, veda que es burlada por Japón, Islandia y Noruega, entre otras naciones balleneras, bajo el pretexto de la caza "para fines científicos".

En el centro de las discusiones de la 57 reunión anual de la CBI, de cinco días de duración, está nuevamente la cuestión de si se debe mantener o levantar la prohibición de la caza comercial de ballenas.

Según cifras del Fondo Internacional para la Protección de los Animales (IFAW), Japón ha capturado más de 8.000 ballenas desde que entró en vigor la moratoria hace 19 años.

Las organizaciones ambientalistas temen que por primera vez en años salgan favorecidos los promotores de la caza de ballenas. Sin embargo, según dijo un empleado de la CBI en Ulsan, esto no está tan claro. Algunos de los 66 países miembros aún no enviaron sus delegaciones o no cuentan aún con derecho de voto.