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Un cielo plomizo
Noticias - Mayo 2009
Publicado por Administrador   
viernes, 22 de mayo de 2009

NubesTomando muestras de nubes, y creando sus propias nubes, unos investigadores han demostrado por primera vez una relación directa entre la existencia de partículas con plomo en el cielo y la formación de cristales de hielo que desarrollan las nubes. Los resultados sugieren que las partículas con plomo generadas por las actividades humanas causan que se formen nubes a temperaturas más cálidas y con menos agua. Esto podría alterar los patrones de lluvia y nieve en un mundo más caluroso.

Las nubes cargadas de plomo podrían tener, sin embargo, una contrapartida positiva: Bajo algunas condiciones, estas nubes podrían permitir que un parte mayor del calor de la Tierra fuese transferido al espacio, refrescando ligeramente el mundo.

El plomo atmosférico proviene en su mayor parte de actividades humanas como la combustión de carbón.

El equipo internacional de investigadores incluyó expertos de varias instituciones en Estados Unidos, Suiza y Alemania.

Los primeros intentos históricos viables de estimular la lluvia se hicieron con yoduro de plata y yoduro de plomo en la década de 1940. Desde entonces, se ha sabido que el plomo puede hinchar los cristales de hielo en las nubes. Pero hay actividades humanas que también agregan plomo a la atmósfera. Entre las fuentes más relevantes figuran la quema de carbón, y el vuelo de pequeños aviones a la altitud donde se forman las nubes.
 
El químico atmosférico Dan Cziczo, del Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste, y sus colegas quisieron averiguar cómo el plomo de estas fuentes afecta a las nubes.

Para ello, recolectaron aire por encima de la cumbre de una montaña en la frontera entre Colorado y Wyoming. En su laboratorio de gran altitud crearon nubes artificiales a partir del aire en una cámara del tamaño de un refrigerador pequeño. La mitad de los cristales de hielo que extrajeron de las nubes sintéticas contenían plomo.

El equipo tomó entonces una muestra de nube real encima de una montaña en Suiza. Cerca de la mitad de esos cristales de hielo también contenían plomo. Pero encontrar plomo en la composición no bastaba para demostrar que fuese el causante de los cristales de hielo.

Para determinar si el plomo promueve la formación de cristales de hielo y nubes, el equipo recurrió a un laboratorio en Alemania que aloja una cámara de nubes tan alta como un edificio de tres pisos, y otra cámara más pequeña en Suiza. Los investigadores crearon partículas de polvo sin plomo y otras que tuvieran un uno por ciento de su peso en plomo, aproximadamente lo que los científicos encontraron en la atmósfera. Pusieron estas partículas de polvo en las cámaras y midieron la temperatura y humedad a las que el hielo se nucleaba alrededor de las partículas.

Constataron que el plomo cambió las condiciones bajo las que las nubes aparecían. El aire no tenía que estar tan frío o cargado de vapor de agua cuando había plomo presente.

Fuente: NC&T

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