Página 1 de 2 Un
estudio realizado por científicos argentinos en los EE.UU. detectó la
presencia de un producto cancerígeno que está autorizado en nuestro
país. Las pruebas en laboratorio fueron concluyentes sobre ratones.
¿Cuántos argentinos cada día calentamos nuestra comida en envases
plásticos? ¿Cuántos de los productos que compramos en el supermercado
están envueltos en envases “irrompibles” de plástico?.
Quizás, muchos de ellos puedan tener entre sus componentes el Bisfenol
A, un compuesto que algunos plásticos tienen incorporado y que, según
las investigaciones realizadas por científicos argentinos, produce
alteraciones en ratones de laboratorio de características cancerígenas.
El Bisfenol A, presente en varios recipientes plásticos, está avalado
para la conservación de alimentos, pero según los Científicos de la
Universidad Nacional del Litoral, “actúa como un perturbador endócrino
y podría generar tumores en mamas y otras glándulas como la hipófisis”.
Ese fue el resultado de un estudio de científicos argentinos y
estadounidenses realizaron sobre ratones para comprobar las posibles
consecuencias negativas del Bisfenol A.
Según descubrió un grupo de investigadores de la Universidad Nacional
del Litoral (UNL) y de la Tufts School of Medicine de Boston, la
sustancia es tan común que hasta se la libera al calentar un recipiente
de plástico en el microondas.
Publicado recientemente en "Endocrinology" y comentado por la
prestigiosa revista "Nature", el estudio determinó que, tras exponer a
ratonas en gestación a dosis mínimas del químico y estudiar las
alteraciones producidas en sus crías, "el Bisfenol A produce efectos a
largo plazo en la glándula mamaria que se evidencian bastante después
de finalizada la exposición".
Tal como explicaron al equipo de prensa institucional de la UNL los
Doctores Enrique H. Luque y Mónica Muñoz de Toro, investigadores de la
Universidad y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (CONICET), el problema es que "si este mismo efecto fuera
observado en humanos sugeriría un aumento en el riesgo de padecer
cáncer de mama", una posibilidad que se incrementa en el caso que las
exposiciones ocurran durante el período prenatal.
El estudio fue realizado en forma conjunta por Luque, Muñoz de Toro, y
los Doctores Carlos Sonnenschein y Ana Soto, argentinos egresados de la
Universidad de Buenos Aires (UBA) que actualmente residen en los
Estados Unidos.
Un alcohol avalado
El alerta que dejó la investigación se fundamenta en el hecho de estar
ante un compuesto químico con actividad hormonal presente en elementos
tan corrientes como los recipientes plásticos (que al calentarse
liberan el químico), la pintura que recubre el interior de las latas de
conserva, los sellantes dentales y algunos productos farmacéuticos.
De hecho, la propia Cancillería argentina avala la utilización de este
alcohol en la lista positiva de polímeros y resinas para envases y
equipamientos plásticos en contacto con alimentos que dispone los
autorizados para funcionar dentro del Mercosur.
Al parecer, el Bisfenol A actúa como un perturbador endócrino que al
ingresar a los organismos vivos altera el funcionamiento de su sistema
glandular y puede ocasionar efectos como los comprobados en los ratones
de laboratorio.
"Los efectos que describimos en nuestras experiencias ocurren con
niveles de BPA similares a los que estamos expuestos cotidianamente",
indicaron los investigadores. En el caso de las ratonas estudiadas,
fueron sometidas a dosis mínimas de BPA durante el desarrollo
embrionario, cuando se forman los órganos.
"Los humanos estamos expuestos permanentemente a los efectos del
químico, incluso en situaciones tan cotidianas como calentar comida en
un recipiente de plástico (o leche en biberón) en el microondas o
cuando recibimos tratamiento odontológico. Y si tenemos en cuenta los
resultados en las ratonas, la exposición al BPA sería mucho más
perjudicial en mujeres embarazadas por sus efectos sobre el feto en
gestación", agregaron.
La presencia del Bisfenol A en nuestros organismos ha sido confirmada
en un reciente estudio realizado por el Center for Disease Control, de
Atlanta, Estados Unidos, que corroboró que el 95% de las muestras
analizadas entre habitantes tenían niveles detectables del químico en
orina.
En estos casos, "los niveles de BPA en orina representan un mínimo de
la exposición real, ya que no se puede asumir que todo el BPA se
absorbió y se excretó sin bioacumularse ni metabolizarse en el
organismo", explicaron Luque y Muñoz-de-Toro.
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¿Qué se esta haciendo al respecto? Escrito por Invitado el 2005-10-27 18:19:34 Excelente artículo. Ahora bien: conocido el problema, ¿qué se está haciendo al respecto?. Considero que si se comprobó el potencial daño, YA se debería restringir el uso del bifenol A. ¿Qué organismos tienen incumbencia en estos casos? |
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