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lunes, 11 de julio de 2005 |
Página 1 de 2 Deberíamos
alegrarnos de que el cambio climático sea un tema principal en la
agenda de la reunión anual de los países más poderosos de la Tierra.
Sin embargo Ecologistas en Acción manifiesta su preocupación por el
modo en que se ha planteado este tema fundamental: parece que tan solo
se pretendía emitir una declaración general de reconocimiento de la
importancia del calentamiento global y ni siquiera esto ha resultado
posible.
Cuando siete de los Estados que forman el G8 se han comprometido ya con
una ley internacional para reducir emisiones de gases de efecto
invernadero, el famoso Protocolo de Kyoto, quedarse en una declaración
de ese tipo es, de hecho, un retroceso.
Durante la última Cumbre del Clima de Buenos Aires, en 2004, se hizo
evidente que George Bush no sólo no se uniría al Protocolo sino que
estaba dispuesto a obstaculizar cualquier avance en ulteriores
compromisos internacionales de reducción de emisiones. Por eso el paso
de los países que quieran frenar el cambio climático no puede
acompasarse al de EE UU. Por supuesto que es necesario que el mayor
emisor del mundo las reduzca, en realidad ya hay varios Estados
norteamericanos que han adoptado medidas al respecto, pero no se puede
caer en la trampa de esperar por él. Esto tiene el peligroso efecto de
alentar las posiciones contrarias a tomar ninguna medida para frenar el
cambio climático. El último ejemplo es el de la cámara de los Lores
británica, que el 6 de julio ha presentado un informe cuestionando la
política de limitación de emisiones y energías renovables del Reino
Unido. Haciendo el juego a Bush hacen hincapié en los cambios
tecnológicos y las medidas de adaptación a los impactos que vendrán. En
un alarde de cinismo consideran que no se ha valorado suficientemente
los aspectos positivos del cambio climático para el Reino Unido.
Los cambios tecnológicos y la adaptación son muy necesarios,
especialmente en los países menos desarrollados cuyas emisiones tienen
que crecer ya que su consumo de energía por habitante es bajo y se
exponen a los peores impactos. Pero además para evitar un aumento de
temperatura catastrófico, que los científicos estiman en 2ºC, es
fundamental que los países industrializados disminuyan fuertemente sus
emisiones. Esta es la conciencia política que debían transmitir los
otros siete países del G8.
Sin embargo nos encontramos con que las voluntades se debilitan. Otro
ejemplo, los miembros de la Unión Europea rechazaron el pasado Junio
hacer obligatorios los objetivos de aumento de eficiencia energética
propuestos por la Comisión. A su vez el presidente de la Comisión,
Barroso, no ha tenido empacho en declarar que política ambiental se
subordinará al crecimiento económico.
Esta cumbre será recordada por el trágico atentado múltiple de Londres,
y si acaso como otra oportunidad perdida para la lucha contra el cambio
climático y contra el abuso sobre África que es la deuda. África pierde
doblemente.
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G8 y cambio climático Escrito por Invitado el 2005-07-25 11:04:00 El G8 se ocupará realmente por el problema del cambio climático cuando éste empiece a afectar realmente al poderío económico de las multinacionales que mantienen a esos gobiernos. Será el miedo a perder ese poder, lo que les hará reaccionar, pero tal vez ya sea tarde. Mientras tanto, China sigue su desarrollo industrial implacable, con el apoyo de todos los "vendedores" europeos y americanos. Parece como si en el área asiática no existiera el cambio climático. Benito A. de la Morena (España) | |